Columnistas

Partido Demócrata, Biden, Obama, Trump y grupos negros (I)

Actualizado
  • 01/08/2024 00:00
Creado
  • 31/07/2024 13:38

La gran mayoría de la población negra de Estados Unidos dio a Obama el beneficio de la duda, y en ruidosa celebración, respetaron, consintieron y se sometieron a su astuta agenda, que ni siquiera entendían

Estamos en tiempos extraños y alrevesados, donde las cosas que solían ser generalmente aceptadas por la sociedad como incorrectas, pecaminosas, inmorales, pervertidas y anti Dios, ahora son totalmente adoptadas e impulsadas en nuestras sociedades por líderes del Partido Demócrata.

Viene siendo tiempo que los demócratas y sus seguidores se den cuenta de que nunca debemos normalizar ni siquiera formas aparentemente inofensivas de prejuicios, acusaciones y mentiras basadas en el odio que luego dan fuerza a actitudes sociales peligrosas que erosionan los valores de la sociedad. Aunado a eso, el silencio, el miedo y la complacencia ante acciones, acusaciones y noticias tendenciosas solo permiten que personas inestables internalicen mensajes dañinos que luego se vuelven comunes.

Vimos vívidamente cómo esas actitudes negativas y señales de advertencia no han sido tomadas en serio en la sociedad norteamericana amenazando sus principios democráticos, lo que finalmente condujo a un intento de asesinato del expresidente Donald Trump y al asesinato de un inocente seguidor.

Por otro lado, fuimos testigos durante la administración de Barack Obama, que por primera vez en la historia de los Estados Unidos, el Partido Demócrata impuso una agenda abiertamente anti Dios, anti Biblia, inmoral y perversa a una nación desprevenida y engañada, con énfasis en el asesinato de bebés nonatos, una agenda pro homosexual y transgénero junto con la imposición del matrimonio homosexual como política nacional, lo que se convirtió en tema central de su plataforma política y social.

También vimos por primera vez el surgimiento del culto a la diversidad, la equidad e inclusión, la imposición de la teoría crítica de la raza.

La gran mayoría de la población negra de Estados Unidos dio a Obama el beneficio de la duda, y en ruidosa celebración, respetaron, consintieron y se sometieron a su astuta agenda, que ni siquiera entendían.

Las ideas de Obama están motivadas por su deseo de establecer una conducta sexual completamente abierta e inmoral a esa nación, lo que no está impulsada por razonamiento sano, sino por lujuria. Obama y los líderes del partido demócrata con su agenda patológicamente progresista y liberal, con sus engaños y mentiras, sienten tener el derecho de cambiar unilateralmente la sociedad norteamericana como les plazca, que están dispuestos a desafiar y rebelarse contra Dios, contra Jesucristo y la Biblia; y todos los partidarios, seguidores y simpatizantes de ese partido son cómplices de esa agenda.

Obama y los líderes del partido demócrata odian a Dios porque odian sus leyes, sus normas morales y las Sagradas Escrituras, y se sienten cómodos con el pecado y las iniquidades. Sin embargo, mienten y engañan a sus seguidores diciendo que son cristianos y que aman a Dios, mientras promueven abiertamente el ateísmo y una vida de inmoralidad, perversión y pecados.

¿Cómo es posible que personas supuestamente inteligentes se sometan a un partido político con una plataforma y agenda tan demoníaca? Esto demuestra con qué facilidad se puede seducir, manipular, corromper, mentir y lavar el cerebro a las personas.

No deberíamos tener tolerancia ni aceptación de la plataforma sociopolítica y agenda de un partido político con mensajes anti Dios y anti bíblicos y acciones pecaminosas que impone un estilo de vida nefasto a la sociedad como una especie de norma a la que todos deben adherirse; además, abogan que todos seamos libres para ser lo que queramos ser. Dios, Jesucristo y las Sagradas Escrituras no toleran eso, y nosotros tampoco deberíamos tolerarlo.

Personas como Barack Obama y Joe Biden deben ser confrontados y expuestos, no colocados en un pedestal y admirados. Si los ciudadanos estadounidenses siguen eligiendo para cargos públicos a personas que no solo son inmorales, sino perversas y malvadas, lo que constituye una amenaza para el bienestar moral, espiritual y físico de nuestra juventud y niñez, entonces esa nación está perdida.

Nadie predijo que bajo la agenda socialista de Joe Biden, tutelada por Obama, y su guerra contra la racionalidad, la cordura, la verdad y la naturaleza, las cosas en esa sociedad empeorarían tanto en tan corto tiempo.

Hace apenas unos años, antes de la administración Obama, nunca imaginamos que tendríamos estos debates públicos perversos, inmorales y destructivos, ni el antagonismo sociopolítico y la desesperación que tenemos hoy.

Para la izquierda demócrata, se trata de su sueño anhelado del colapso definitivo de la cultura estadounidense para poder tener control, y no van a dar un paso atrás. Saben exactamente lo que tienen que repetir para seguir controlando el gobierno estadounidense, con más razón ahora que Donald Trump sigue vivo. Habían prometido después que Trump fue electo, que se asegurarían de no repetir el error de las elecciones del 2016.

Alguien una vez dijo: “Nunca tienes la oportunidad de expulsar a un gobierno marxista/socialista una vez que ganen una elección democrática y se han atrincherado en el gobierno”. Una anécdota muy cierta. Los ejemplos abundan a nuestro alrededor.

Millones de personas participan inconscientemente en este nefasto movimiento ideológico, político y social dirigido por los demócratas para controlar a los estadounidenses, y simplemente no pueden entender que ya está en marcha una segunda revolución estadounidense. La pregunta que queda es, ¿cuál será el resultado final y qué ideas prevalecerán? ¿Serán las ideas y la agenda izquierdista, atea, liberal, progresista, marxista, anti-Dios, anti-Biblia, género absurdo de los demócratas, o serán los ideales cristianos, conservadores, sensatos y naturales?

Los ciudadanos estadounidenses tienen la oportunidad de decidir eso en las próximas elecciones de noviembre.

El autor es planificador jubilado