Participación social para alcanzar la cobertura universal de salud
- 15/06/2024 23:00
- 14/06/2024 13:24
La necesidad de promover las voces de todas las personas que se encuentran en situaciones vulnerables y/o de marginación es obligatoria En la recién terminada Asamblea Mundial de la Salud, nuestro país, junto con los demás países del globo terráqueo, aprobó la Resolución A77/A/CONF./3, por medio de la cual nos comprometimos a aplicar, fortalecer y mantener una participación social periódica y significativa en las decisiones relacionadas con la salud en todo el sistema, según proceda, teniendo en cuenta el contexto y las prioridades nacionales.
En particular, la resolución aprobada solicita que cada país lleve a cabo las actividades necesarias y suficientes para: fortalecer las capacidades del sector público para concebir e implementar una participación social significativa; promover una participación equitativa, diversa e inclusiva, prestando especial atención a promover las voces de todas las personas que se encuentran en situaciones vulnerables y/o de marginación; garantizar que la participación social influya en una toma de decisiones transparente en materia de salud a lo largo del ciclo normativo, a todos los niveles del sistema; aplicar y mantener una participación social periódica y transparente a través de una serie de mecanismos apoyados por políticas públicas y leyes; asignar recursos del sector público suficientes y sostenibles en apoyo de una participación social eficaz; facilitar el fortalecimiento de la capacidad de la sociedad civil para propiciar una participación social diversa, eWquitativa, transparente e inclusiva y; apoyar la investigación conexa, y la puesta en marcha de proyectos/programas piloto, y el correspondiente seguimiento y evaluación, para promover la implementación de la participación social.
El compromiso es de gran magnitud y debemos honrarlo, pues - como señalé antes en esta columna - la cobertura universal de salud no es solo una cuestión de salud, sino también una cuestión propia del desarrollo, la cual produce claros beneficios sanitarios, económicos y políticos. Todos interrelacionados y de gran importancia.
Esta resolución que acabamos de suscribir nos viene como anillo al dedo para avanzar en nuestro proyecto nacional de transformar el sistema de salud y alcanzar la cobertura universal de salud, lo que no ha sido plenamente posible.
La necesidad de promover las voces de todas las personas que se encuentran en situaciones vulnerables y/o de marginación es obligatoria. Es harto conocido que, a pesar de las promesas de campaña, y de los casi 45 mil millones de balboas que han tenido disponibles entre el Minsa y la CSS desde el 2019 hasta la fecha, la población - que no dispone de los recursos financieros para pagar por la atención en una clínica u hospital privado - sigue esperando por el prometido acceso equitativo a los servicios integrales y garantizados, que necesitan a lo largo del curso de vida, con calidad y sin dificultades financieras.
No me detendré a describir los beneficios sanitarios que no hemos alcanzado porque son evidentes para propios y extraños. De hecho, basta con echarle una mirada a las estadísticas vitales del INEC de los últimos 15 años y verificar con desaliento y tristeza que no avanzamos en el control efectivo de las principales causas de enfermedad y muerte en nuestro territorio.
Pero la resolución de marras no se limita a solicitarle a los países una serie de actividades para promover la necesaria participación social. También pide al director general de la OMS que, armonice el apoyo técnico relativo a la participación social entre las divisiones de la OMS y los tres niveles de la organización.
Tal armonización del apoyo técnico obliga a la OMS a abogar por la implementación periódica y sostenida de una participación social significativa tanto en el sector de la salud como en otros sectores y organizaciones multilaterales que afectan a la equidad en materia de salud y al bienestar, como medio para acelerar el progreso equitativo en pro de la cobertura sanitaria universal, la seguridad sanitaria y los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la salud.
También compromete la cooperación técnica de la Organización para elaborar orientaciones técnicas e instrumentos operacionales para fortalecer y sostener la participación social, incluido el seguimiento y la evaluación de su implementación en los países, y proporcionar capacitación y apoyo técnico a petición de los Estados miembros.
Y, no menos importante, solicita al director y su equipo, documentar, publicar y difundir las experiencias de los Estados miembros en la implementación de una participación social significativa a través de diferentes tipos de mecanismos, en diferentes etapas del ciclo normativo y a diferentes niveles del sistema; lo cual facilitará la puesta en común y el intercambio periódico de las experiencias de los Estados miembros en lo que respecta a la participación social.
Finalmente subrayo que, para nosotros, debe ser de obligatorio cumplimiento lo acordado. Desde hace quinquenios ha sido y es una prioridad nacional alcanzar la salud para todos en todos los lugares. Además, contamos con los recursos financieros , humanos, leyes, reglamentos, pactos diversos, y toda suerte de material bibliográfico con indicaciones precisas de qué hacer y cómo hacerlo.
Que no nos falte - nuevamente - la necesaria voluntad política.
El autor es médico, exrepresentante de la OMS
En la recién terminada Asamblea Mundial de la Salud, nuestro país, junto con los demás países del globo terráqueo, aprobó la Resolución A77/A/CONF./3, por medio de la cual nos comprometimos a aplicar, fortalecer y mantener una participación social periódica y significativa en las decisiones relacionadas con la salud en todo el sistema, según proceda, teniendo en cuenta el contexto y las prioridades nacionales.
En particular, la resolución aprobada solicita que cada país lleve a cabo las actividades necesarias y suficientes para: fortalecer las capacidades del sector público para concebir e implementar una participación social significativa; promover una participación equitativa, diversa e inclusiva, prestando especial atención a promover las voces de todas las personas que se encuentran en situaciones vulnerables y/o de marginación; garantizar que la participación social influya en una toma de decisiones transparente en materia de salud a lo largo del ciclo normativo, a todos los niveles del sistema; aplicar y mantener una participación social periódica y transparente a través de una serie de mecanismos apoyados por políticas públicas y leyes; asignar recursos del sector público suficientes y sostenibles en apoyo de una participación social eficaz; facilitar el fortalecimiento de la capacidad de la sociedad civil para propiciar una participación social diversa, eWquitativa, transparente e inclusiva y; apoyar la investigación conexa, y la puesta en marcha de proyectos/programas piloto, y el correspondiente seguimiento y evaluación, para promover la implementación de la participación social.
El compromiso es de gran magnitud y debemos honrarlo, pues - como señalé antes en esta columna - la cobertura universal de salud no es solo una cuestión de salud, sino también una cuestión propia del desarrollo, la cual produce claros beneficios sanitarios, económicos y políticos. Todos interrelacionados y de gran importancia.
Esta resolución que acabamos de suscribir nos viene como anillo al dedo para avanzar en nuestro proyecto nacional de transformar el sistema de salud y alcanzar la cobertura universal de salud, lo que no ha sido plenamente posible.
La necesidad de promover las voces de todas las personas que se encuentran en situaciones vulnerables y/o de marginación es obligatoria. Es harto conocido que, a pesar de las promesas de campaña, y de los casi 45 mil millones de balboas que han tenido disponibles entre el Minsa y la CSS desde el 2019 hasta la fecha, la población - que no dispone de los recursos financieros para pagar por la atención en una clínica u hospital privado - sigue esperando por el prometido acceso equitativo a los servicios integrales y garantizados, que necesitan a lo largo del curso de vida, con calidad y sin dificultades financieras.
No me detendré a describir los beneficios sanitarios que no hemos alcanzado porque son evidentes para propios y extraños. De hecho, basta con echarle una mirada a las estadísticas vitales del INEC de los últimos 15 años y verificar con desaliento y tristeza que no avanzamos en el control efectivo de las principales causas de enfermedad y muerte en nuestro territorio.
Pero la resolución de marras no se limita a solicitarle a los países una serie de actividades para promover la necesaria participación social. También pide al director general de la OMS que, armonice el apoyo técnico relativo a la participación social entre las divisiones de la OMS y los tres niveles de la organización.
Tal armonización del apoyo técnico obliga a la OMS a abogar por la implementación periódica y sostenida de una participación social significativa tanto en el sector de la salud como en otros sectores y organizaciones multilaterales que afectan a la equidad en materia de salud y al bienestar, como medio para acelerar el progreso equitativo en pro de la cobertura sanitaria universal, la seguridad sanitaria y los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la salud.
También compromete la cooperación técnica de la Organización para elaborar orientaciones técnicas e instrumentos operacionales para fortalecer y sostener la participación social, incluido el seguimiento y la evaluación de su implementación en los países, y proporcionar capacitación y apoyo técnico a petición de los Estados miembros.
Y, no menos importante, solicita al director y su equipo, documentar, publicar y difundir las experiencias de los Estados miembros en la implementación de una participación social significativa a través de diferentes tipos de mecanismos, en diferentes etapas del ciclo normativo y a diferentes niveles del sistema; lo cual facilitará la puesta en común y el intercambio periódico de las experiencias de los Estados miembros en lo que respecta a la participación social.
Finalmente subrayo que, para nosotros, debe ser de obligatorio cumplimiento lo acordado. Desde hace quinquenios ha sido y es una prioridad nacional alcanzar la salud para todos en todos los lugares. Además, contamos con los recursos financieros , humanos, leyes, reglamentos, pactos diversos, y toda suerte de material bibliográfico con indicaciones precisas de qué hacer y cómo hacerlo.
Que no nos falte - nuevamente - la necesaria voluntad política.