Panamá y Perú, cinco siglos de relaciones estrechas
- 30/07/2024 00:00
- 28/07/2024 20:30
Los vínculos humanos entre Panamá y Perú han sido quizá aún más remarcables que todos los demás. Casi todos los peruanos actuales descienden de alguien que pasó por Panamá Acabamos de celebrar el 203 aniversario de la independencia de la República del Perú, país con el cual tenemos vínculos estrechos y cinco veces centenarios. Panamá formó parte desde 1542 del Virreinato del Perú hasta 1739 cuando fue traspasado definitivamente al Virreinato de Nueva Granada. Así, fuimos peruanos durante 197 años y neogranadinos y luego colombianos por 164 años seguidos, cuando desde 1903 somos únicamente panameños, es decir, desde hace 121 años.
Pizarro, Almagro y Luque idearon aquí la conquista del Perú desde 1523 y la ejecutaron en 1533. Diego de Almagro El Mozo, nacido en Panamá en 1522, fue el segundo gobernador del Perú hasta 1542, año de creación del Virreinato. Varios obispos peruanos sirvieron en Panamá y otros panameños lo hicieron en Perú. La Universidad de San Marcos, fundada en 1551, tuvo profesores y hasta rectores de Panamá y muchos panameños notables se educaron allí.
Políticamente nuestra relación fue igualmente estrecha desde la época republicana colombiana. Recordemos que el limeño, José Higinio Durán Martel, obispo de la diócesis panameña, fue prócer de la independencia de Panamá de España en 1821, y otro limeño, Antonio Escobar y Carvajal, firmó el acta liberadora.
Un grupo de panameños, en el llamado “batallón del Istmo”, participó en las batallas que aseguraron la independencia del Perú y de Sudamérica. Estuvieron en Junín, Matará y Ayacucho en 1824. Sobresalieron Tomás Herrera Pérez Dávila (1804-1854), José Antonio Miró Rubini (1803-1842), Bernardo Vallarino Ximénez (1791-1829), Bartolomé García de Paredes Ximénez (1809-1840), Sebastián de Arce Delgado (1802-1870) y José María Alemán (1807-1880), entre otros, mientras que el doctor José Domingo Espinar Aranda (1791-1865), ingeniero, médico y geógrafo, instalado definitivamente en Perú, fue el ayudante de Simón Bolívar.
Ilustres delegados peruanos participaron en el Congreso Anfictiónico de Panamá de 1826 convocado por Simón Bolívar –que nunca visitó el istmo-. En el siglo XIX Perú tenía vicecónsules en la ciudad de Panamá, honorarios, generalmente personalidades destacadas de la elite urbana.
Las relaciones entre Panamá y Perú en la era republicana panameña han sido estrechas, realmente fraternas desde el principio. El 18 de diciembre de 1903 Perú fue uno de los primeros Estados que reconoció la República de Panamá y nombró su primer encargado de negocios en agosto de 1904.
Más adelante, Perú, bajo el mando del general Juan Velasco Alvarado, apoyó fuertemente a Panamá en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU celebrada en nuestra capital en marzo de 1973 con la activa participación de su canciller Miguel Ángel de la Flor. Panamá y Perú eran entonces los miembros latinoamericanos del Consejo.
La economía, el comercio y hasta la defensa unieron íntimamente Panamá y Perú desde el siglo XVI. Durante largo tiempo Nombre de Dios, luego Portobelo (desde 1597), Chagres y finalmente Colón (desde 1850) fueron los puertos del Perú en el Atlántico. El Canal de Panamá desde hace un siglo sirve activamente el comercio internacional peruano. Para impulsar los intercambios se firmó en 2011 el tratado de Libre Comercio entre Panamá y Perú, el mismo año que se creó, en Lima, la Alianza del Pacífico. Cuando formemos parte de esta asociación tan exitosa en la cual debimos estar desde el principio, habremos fortalecido todavía más la alianza estratégica con Perú.
Los vínculos humanos entre Panamá y Perú han sido quizá aún más remarcables que todos los demás. Casi todos los peruanos actuales descienden de alguien que pasó por Panamá. Primero, los indígenas u originarios que venían del norte. Luego, los europeos que atravesaron el istmo desde la época colonial y los africanos, esclavizados, que hasta finales del siglo XVIII llegaban al mercado de esclavos de la ciudad de Panamá y eran comprados allí por comerciantes peruanos.
Emigraciones importantes en los dos sentidos sucedieron en los siglos XVI y XVII. En la década de 1530 y después de la conquista del Perú, se produjo una emigración masiva de españoles desde Panamá. Luego, en 1671 con la destrucción de nuestra capital por el pirata Morgan cuando perecieron más de tres mil personas, más de mil sobrevivientes partieron a Lima. Las migraciones continuaron en el siglo XVIII por el istmo panameño. Desde el siglo XIX muchas familias peruanas notables descienden de emigrados panameños (por ejemplo, Villarán, Paz-Soldán, Miró-Quezada, Arosemena, de la Barrera-Velarde, Vallarino, etc.).
Son infinidad los peruanos que vinieron a Panamá en el siglo XX, de todas las capas sociales y de diversas profesiones. Destacó el arquitecto Leonardo Villanueva Meyer (1891-1981) que llegó en 1911 y dejó una lucida obra en Panamá con reminiscencias limeñas como se advierte en la remodelación del Palacio de las Garzas en 1922 durante la presidencia de Belisario Porras Barahona (1856-1942). Recibimos políticos como Víctor Haya de la Torre que llegó desterrado en 1923 y más tarde nos visitó Luis Alberto Sánchez. Hoy encontramos en Panamá a numerosas personalidades eminentes de origen peruano, inmigrantes o de segunda generación, en los negocios, las profesiones liberales, el periodismo, la política, la cultura y la educación.
Son frecuentes en las últimas décadas los encuentros, recíprocos, de altos funcionarios, desde los presidenciales hasta los ministeriales que deben alentarse porque marcan el interés político de mantener y cultivar las relaciones de amistad y de cooperación entre ambos países. El gobierno peruano nos ha enviado en los últimos años representantes diplomáticos excepcionales: el embajador Jorge Raffo y su sucesor Mario López Chávarri, quienes han trabajado para fortalecer nuestras relaciones en una época difícil, tanto para Panamá como para Perú.
El autor es geógrafo, historiador, diplomático
Acabamos de celebrar el 203 aniversario de la independencia de la República del Perú, país con el cual tenemos vínculos estrechos y cinco veces centenarios. Panamá formó parte desde 1542 del Virreinato del Perú hasta 1739 cuando fue traspasado definitivamente al Virreinato de Nueva Granada. Así, fuimos peruanos durante 197 años y neogranadinos y luego colombianos por 164 años seguidos, cuando desde 1903 somos únicamente panameños, es decir, desde hace 121 años.
Pizarro, Almagro y Luque idearon aquí la conquista del Perú desde 1523 y la ejecutaron en 1533. Diego de Almagro El Mozo, nacido en Panamá en 1522, fue el segundo gobernador del Perú hasta 1542, año de creación del Virreinato. Varios obispos peruanos sirvieron en Panamá y otros panameños lo hicieron en Perú. La Universidad de San Marcos, fundada en 1551, tuvo profesores y hasta rectores de Panamá y muchos panameños notables se educaron allí.
Políticamente nuestra relación fue igualmente estrecha desde la época republicana colombiana. Recordemos que el limeño, José Higinio Durán Martel, obispo de la diócesis panameña, fue prócer de la independencia de Panamá de España en 1821, y otro limeño, Antonio Escobar y Carvajal, firmó el acta liberadora.
Un grupo de panameños, en el llamado “batallón del Istmo”, participó en las batallas que aseguraron la independencia del Perú y de Sudamérica. Estuvieron en Junín, Matará y Ayacucho en 1824. Sobresalieron Tomás Herrera Pérez Dávila (1804-1854), José Antonio Miró Rubini (1803-1842), Bernardo Vallarino Ximénez (1791-1829), Bartolomé García de Paredes Ximénez (1809-1840), Sebastián de Arce Delgado (1802-1870) y José María Alemán (1807-1880), entre otros, mientras que el doctor José Domingo Espinar Aranda (1791-1865), ingeniero, médico y geógrafo, instalado definitivamente en Perú, fue el ayudante de Simón Bolívar.
Ilustres delegados peruanos participaron en el Congreso Anfictiónico de Panamá de 1826 convocado por Simón Bolívar –que nunca visitó el istmo-. En el siglo XIX Perú tenía vicecónsules en la ciudad de Panamá, honorarios, generalmente personalidades destacadas de la elite urbana.
Las relaciones entre Panamá y Perú en la era republicana panameña han sido estrechas, realmente fraternas desde el principio. El 18 de diciembre de 1903 Perú fue uno de los primeros Estados que reconoció la República de Panamá y nombró su primer encargado de negocios en agosto de 1904.
Más adelante, Perú, bajo el mando del general Juan Velasco Alvarado, apoyó fuertemente a Panamá en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU celebrada en nuestra capital en marzo de 1973 con la activa participación de su canciller Miguel Ángel de la Flor. Panamá y Perú eran entonces los miembros latinoamericanos del Consejo.
La economía, el comercio y hasta la defensa unieron íntimamente Panamá y Perú desde el siglo XVI. Durante largo tiempo Nombre de Dios, luego Portobelo (desde 1597), Chagres y finalmente Colón (desde 1850) fueron los puertos del Perú en el Atlántico. El Canal de Panamá desde hace un siglo sirve activamente el comercio internacional peruano. Para impulsar los intercambios se firmó en 2011 el tratado de Libre Comercio entre Panamá y Perú, el mismo año que se creó, en Lima, la Alianza del Pacífico. Cuando formemos parte de esta asociación tan exitosa en la cual debimos estar desde el principio, habremos fortalecido todavía más la alianza estratégica con Perú.
Los vínculos humanos entre Panamá y Perú han sido quizá aún más remarcables que todos los demás. Casi todos los peruanos actuales descienden de alguien que pasó por Panamá. Primero, los indígenas u originarios que venían del norte. Luego, los europeos que atravesaron el istmo desde la época colonial y los africanos, esclavizados, que hasta finales del siglo XVIII llegaban al mercado de esclavos de la ciudad de Panamá y eran comprados allí por comerciantes peruanos.
Emigraciones importantes en los dos sentidos sucedieron en los siglos XVI y XVII. En la década de 1530 y después de la conquista del Perú, se produjo una emigración masiva de españoles desde Panamá. Luego, en 1671 con la destrucción de nuestra capital por el pirata Morgan cuando perecieron más de tres mil personas, más de mil sobrevivientes partieron a Lima. Las migraciones continuaron en el siglo XVIII por el istmo panameño. Desde el siglo XIX muchas familias peruanas notables descienden de emigrados panameños (por ejemplo, Villarán, Paz-Soldán, Miró-Quezada, Arosemena, de la Barrera-Velarde, Vallarino, etc.).
Son infinidad los peruanos que vinieron a Panamá en el siglo XX, de todas las capas sociales y de diversas profesiones. Destacó el arquitecto Leonardo Villanueva Meyer (1891-1981) que llegó en 1911 y dejó una lucida obra en Panamá con reminiscencias limeñas como se advierte en la remodelación del Palacio de las Garzas en 1922 durante la presidencia de Belisario Porras Barahona (1856-1942). Recibimos políticos como Víctor Haya de la Torre que llegó desterrado en 1923 y más tarde nos visitó Luis Alberto Sánchez. Hoy encontramos en Panamá a numerosas personalidades eminentes de origen peruano, inmigrantes o de segunda generación, en los negocios, las profesiones liberales, el periodismo, la política, la cultura y la educación.
Son frecuentes en las últimas décadas los encuentros, recíprocos, de altos funcionarios, desde los presidenciales hasta los ministeriales que deben alentarse porque marcan el interés político de mantener y cultivar las relaciones de amistad y de cooperación entre ambos países. El gobierno peruano nos ha enviado en los últimos años representantes diplomáticos excepcionales: el embajador Jorge Raffo y su sucesor Mario López Chávarri, quienes han trabajado para fortalecer nuestras relaciones en una época difícil, tanto para Panamá como para Perú.