Columnistas

Nadie puede pelear la vida aisladamente

Actualizado
  • 20/12/2024 00:00
Creado
  • 19/12/2024 19:41

Estamos en un mes en que el pueblo panameño aspira a tener algún tiempo para compartir con los seres queridos, para vivir en armonía, para el regocijo familiar, después de un año de penurias y dificultades. Para los cristianos, es un periodo de hermandad, de solidaridad, de esperanza.

Esta añoranza del pueblo es desconocida por un gobierno empresarial que insiste en imponer el proyecto ley 163 que reforma la ley de la Caja de Seguro Social, a todas luces inhumano, pues condena a los trabajadores a pensiones de miseria, a mujeres y jóvenes les niega la posibilidad de pensionarse, privatiza servicios médicos a través de externalizaciones, entrega al capital financiero todos los recursos (fondos y reservas) de los asegurados. No se tomaron en cuenta las opiniones de la mayoría de las organizaciones que participaron en las llamadas mesas de conversación o de escucha en la Presidencia, que se desarrollaron a puertas cerradas, la propuesta maquillada de la empresa privada (Conep).

Una propuesta que aumenta la edad de jubilación a hombres y mujeres, lo que significa tener que trabajar más para recibir menores pensiones; que aumenta de 5 % a 6.75 % la cuota de enfermedad y maternidad a quienes tengan que acogerse al subsidio de la CSS, lo cual disminuye lo que recibirán; se le quita a la CSS la posibilidad de hacer préstamos a jubilados y pensionados (personales e hipotecarios) que estaban en la Ley 51, aunque ningún director le dio prioridad; proponen que la mayoría de los trabajadores obtengan pensiones de hambre (pensión básica universal de 144 balboas y pensión garantizada solidaria de 265 balboas). Allanan el camino para reabrir la mina y la posibilidad de nuevos impuestos, entre otras nefastas medidas. Todo ello enmarcado en el claro conflicto de intereses de sus proponentes, los primos Boyd y los Chapman irradian hacia los 115 ultramillonarios que concentran la riqueza del país.

¿Quién miente? La palabra solidaridad aparece 106 veces en el proyecto de ley de 94 páginas, pero de eso no hay nada. Se desnaturaliza el concepto y se incurre en falsedad ideológica. Pero, además, se niega el derecho constitucional del pueblo de protección en la vejez al imponerse pensiones miserables y se menoscaba gravemente la autonomía de la institución. ¿Qué quieren? El propósito, en el fondo, es privilegiar los intereses de la casta oligárquica de siempre y al capital financiero; entregan los recursos de los asegurados a los empresarios a través del llamado Fondo General de Reserva de la Caja de Seguro Social (CSS), que no es más que ponerlos al servicio del desarrollo del negocio especulativo de la banca privada.

Lo inhumano. Cada uno se va a jubilar según sus aportes, los cuales dependen del nivel de salario. A salario de miseria, ahorro de miseria, pensión de miseria. Calculan que casi el 50 % de los trabajadores no se van a pensionar dado el alto nivel de desempleo (9.5 %) e informalidad (49 %), despidos tanto en el sector público como el privado, situación que no atienden los gobiernos y que al parecer le es funcional a los grandes empresarios, pues para ellos se trata de, a mayor desempleo, menores niveles de salarios, lo que afecta a la Caja.

Como si fuera poco, la élite económica, en su desesperación por robarse el Seguro, ahora proponen violar la Constitución del país para poder imponer el proyecto ley 163, tal como lo hicieron con el leonino contrato minero.

En medio de ello, la ASEP valora un proceso de impuesto a la energía solar; sigue el vertiginoso incremento de los precios de los alimentos; los feminicidios, asesinatos, robos, inseguridad en las calles se incrementan frente a un Gobierno ineficaz. Un Gobierno que solo está interesado en cubrir la “deuda” con los empresarios, que mantiene negociados como aparecen en denuncias y noticias. Se trata de un Gobierno y empresarios que como en otros tiempos quieren someter a la población.

En el 2019, en plena pandemia, el papa Francisco, en su mensaje de Navidad dijo: “Nadie puede pelear la vida aisladamente...”. Hoy, 2024, parafraseando al papa, decimos que la solidaridad es uno de los principios y sentimientos más hermosos del ser humano; es contraria a la lógica de ganancias extraordinarias que pretenden imponer el Gobierno y los grandes empresarios con el proyecto de reformas a la CSS y con el proceso de reapertura de la mina.

“Ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible ser solidario y contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia, nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo” (Eduardo Galeano). A todo el pueblo panameño, en especial a los obreros, les deseamos felices fiestas.