María Corina Machado, ¿Nobel de la Paz?
- 09/07/2024 23:00
- 09/07/2024 11:29
Con todo en contra, Machado ha logrado despertar unos niveles de emoción y esperanza para el pueblo venezolano, esperanza que no se veían hace muchos años; pero, eso no es suficiente, pues el régimen seguirá manipulando el proceso electoral [...] El Nobel de la Paz, es uno de los cinco premios instituidos por el inventor e industrial sueco Alfred Nobel. Este prestigioso galardón lo conceden anualmente a la persona o entidad que ha realizado contribuciones significativas para la fraternidad entre países, la reducción de ejércitos y la promoción de la paz y los derechos humanos.
Este galardón es considerado el más controvertido de los Premios Nobel, y muchos de sus acreedores han sido criticados. Sin embargo, el caso más polémico, quizás, haya sido el de Mahatma Gandhi, el dirigente más destacado del movimiento de independencia de la India; para ello practicó la desobediencia civil no violenta, y, pese a ello, jamás ganó el premio, muy a pesar de haber sido candidato en cinco ocasiones.
Recientemente, un grupo de venezolanos comenzó un movimiento que busca promover la postulación de María Corina Machado al Premio Nobel de la Paz. Como muchas cosas en Venezuela, esta idea ha generado polémica y debate.
La argumentación de quienes promueven esta iniciativa, va más allá de si Machado pudiera o no ganar el premio, si lo merece o no. El objetivo del grupo promotor es estratégico. Buscan volver a poner el tema de Venezuela en la agenda internacional; pues el 28 de este mes están pautadas unas elecciones que pudieran ser el inicio de una transición, que devuelva al país la senda democrática; y, paralelamente, también se quiere con esta postulación, tratar de darle, por un lado, mayor exposición internacional y con ello, protección a su integridad y hasta su vida.
En lo personal, difiero de muchas posiciones políticas que ha adoptado María Corina Machado a lo largo de los años, pero, debo reconocer que, en ese mismo tiempo, ella ha sido constante y se mantiene firme en sus convicciones y luchas, ha sido coherente, y eso, definitivamente se respeta.
Hace meses comenté en varios programas de radio, TV y foros, que Machado no sería candidata, puesto que el régimen no se lo permitiría, pero al haber sido electa de forma abrumadora como la candidata de la oposición, ella tendría que asumir el rol histórico de unir a la oposición, elevar el nivel de emoción entre la población, para que, se renovara la esperanza de que es posible, por la vía electoral y democrática, producir un cambio en el país.
En su momento fui duramente criticado, pero el tiempo me ha dado la razón, y eso es lo que Machado ha estado haciendo a pesar de todas las trabas que el régimen le pone a diario.
Es claro que su inhabilitación es absolutamente ilegal e inconstitucional, situación muy dura no solo para ella, sino para la democracia; en especial después de ser electa candidata de la oposición de manera demoledora, y que no se permitiera participar. Pero, sobre todo, es doloroso que no haya habido una gran movilización social que protestara por semejante atropello.
El régimen puso todas las trabas e impidió la postulación a la historiadora Corina Yoris, a quien Machado intentó postular para que la sustituyera, y es así como se llega a Edmundo González Urrutia, un internacionalista, diplomático, profesor y escritor, quien se transforma en el candidato para las elecciones presidenciales de la coalición Plataforma Unitaria Democrática.
Es de suponer que el régimen apostó a que González no lograría capitalizar el voto opositor, pero sorprendentemente, lo ha logrado, por la intensidad y tenacidad que le ha imprimido María Corina Machado a la campaña; muy a pesar de que no le permiten subirse a un avión o helicóptero; destruyen carreteras para evitar que ella y su equipo lleguen a los eventos para conectar y conversar con la gente; cierran puentes, instalan alcabalas móviles a lo largo de los trayectos que la dirigente recorre, sin embargo, y a pesar de este seguimiento y hostigamiento constante con elemento de los órganos de seguridad y ahora hasta con drones, ella se las ingenia y llega al destino donde está la gente.
Con todo en contra, Machado ha logrado despertar unos niveles de emoción y esperanza para el pueblo venezolano, esperanza que no se veían hace muchos años; pero, eso no es suficiente, pues el régimen seguirá manipulando el proceso electoral; se requiere que la gran mayoría de los venezolanos, tengan la misma energía y determinación de Machado, para lograr un cambio real y retornar a una democracia plena.
Por esa lucha incansable, por sus esfuerzos por unificar a los venezolanos de manera pacífica y democrática, bien merecido y vale la pena, postularla al Nobel de la Paz.
El autor es consultor político
El Nobel de la Paz, es uno de los cinco premios instituidos por el inventor e industrial sueco Alfred Nobel. Este prestigioso galardón lo conceden anualmente a la persona o entidad que ha realizado contribuciones significativas para la fraternidad entre países, la reducción de ejércitos y la promoción de la paz y los derechos humanos.
Este galardón es considerado el más controvertido de los Premios Nobel, y muchos de sus acreedores han sido criticados. Sin embargo, el caso más polémico, quizás, haya sido el de Mahatma Gandhi, el dirigente más destacado del movimiento de independencia de la India; para ello practicó la desobediencia civil no violenta, y, pese a ello, jamás ganó el premio, muy a pesar de haber sido candidato en cinco ocasiones.
Recientemente, un grupo de venezolanos comenzó un movimiento que busca promover la postulación de María Corina Machado al Premio Nobel de la Paz. Como muchas cosas en Venezuela, esta idea ha generado polémica y debate.
La argumentación de quienes promueven esta iniciativa, va más allá de si Machado pudiera o no ganar el premio, si lo merece o no. El objetivo del grupo promotor es estratégico. Buscan volver a poner el tema de Venezuela en la agenda internacional; pues el 28 de este mes están pautadas unas elecciones que pudieran ser el inicio de una transición, que devuelva al país la senda democrática; y, paralelamente, también se quiere con esta postulación, tratar de darle, por un lado, mayor exposición internacional y con ello, protección a su integridad y hasta su vida.
En lo personal, difiero de muchas posiciones políticas que ha adoptado María Corina Machado a lo largo de los años, pero, debo reconocer que, en ese mismo tiempo, ella ha sido constante y se mantiene firme en sus convicciones y luchas, ha sido coherente, y eso, definitivamente se respeta.
Hace meses comenté en varios programas de radio, TV y foros, que Machado no sería candidata, puesto que el régimen no se lo permitiría, pero al haber sido electa de forma abrumadora como la candidata de la oposición, ella tendría que asumir el rol histórico de unir a la oposición, elevar el nivel de emoción entre la población, para que, se renovara la esperanza de que es posible, por la vía electoral y democrática, producir un cambio en el país.
En su momento fui duramente criticado, pero el tiempo me ha dado la razón, y eso es lo que Machado ha estado haciendo a pesar de todas las trabas que el régimen le pone a diario.
Es claro que su inhabilitación es absolutamente ilegal e inconstitucional, situación muy dura no solo para ella, sino para la democracia; en especial después de ser electa candidata de la oposición de manera demoledora, y que no se permitiera participar. Pero, sobre todo, es doloroso que no haya habido una gran movilización social que protestara por semejante atropello.
El régimen puso todas las trabas e impidió la postulación a la historiadora Corina Yoris, a quien Machado intentó postular para que la sustituyera, y es así como se llega a Edmundo González Urrutia, un internacionalista, diplomático, profesor y escritor, quien se transforma en el candidato para las elecciones presidenciales de la coalición Plataforma Unitaria Democrática.
Es de suponer que el régimen apostó a que González no lograría capitalizar el voto opositor, pero sorprendentemente, lo ha logrado, por la intensidad y tenacidad que le ha imprimido María Corina Machado a la campaña; muy a pesar de que no le permiten subirse a un avión o helicóptero; destruyen carreteras para evitar que ella y su equipo lleguen a los eventos para conectar y conversar con la gente; cierran puentes, instalan alcabalas móviles a lo largo de los trayectos que la dirigente recorre, sin embargo, y a pesar de este seguimiento y hostigamiento constante con elemento de los órganos de seguridad y ahora hasta con drones, ella se las ingenia y llega al destino donde está la gente.
Con todo en contra, Machado ha logrado despertar unos niveles de emoción y esperanza para el pueblo venezolano, esperanza que no se veían hace muchos años; pero, eso no es suficiente, pues el régimen seguirá manipulando el proceso electoral; se requiere que la gran mayoría de los venezolanos, tengan la misma energía y determinación de Machado, para lograr un cambio real y retornar a una democracia plena.
Por esa lucha incansable, por sus esfuerzos por unificar a los venezolanos de manera pacífica y democrática, bien merecido y vale la pena, postularla al Nobel de la Paz.