Columnistas

Liderazgos efervescentes

Actualizado
  • 13/05/2024 23:00
Creado
  • 11/05/2024 13:09

La principal emoción que percibe la ciudadanía frente a una decadente clase política [...] es el hastío, el hartazgo colectivo [...]

Las recientes elecciones presidenciales cargadas de desproporcionalidades cuyos motores impulsores, básicamente son los dos poderes económicos enfrentados por su lucha sin tregua por el poder político, desató una serie de conflictos jurídicos, legales entre ellos, que implicaba el uso de la institucionalidad para lograr reducir, neutralizar a sus adversarios políticos con el manejo de los órganos del Estado como arma política, poniendo en peligro y al borde del colapso lo que ellos denominan puerilmente “elecciones libres y democráticas”. En escritos anteriores enumeramos cronológicamente la historia electoral fraudulenta en nuestro país.

La principal emoción que percibe la ciudadanía frente a una decadente clase política, carente de ideología, moral política y credibilidad es el hastío, el hartazgo colectivo, que hábilmente los sectores acaparadores de riquezas captan y no dudan en sacar sus productos o figuras para explotarlos frente a una ciudadanía ávida de ver el famoso “cambio”, que no llega específicamente en los últimos 35 años, para ello llegaron a figurar dos estructuras políticas que calaron inmediatamente vistas en el desaparecido Papa Egoró y Cambio Democrático; este último arrasó en el 2009 con más del 60% del electorado, vimos su desastroso final y ahora su resurgimiento. Paralelamente secundado por dos plataformas las usurpadas de la libre postulación o independiente, elaboradas por sus antípodas, provenientes también del sector dominante empresarial, siendo el Otro Camino y Vamos originarios de MOVIN, cuyos propietarios son conocidos; estos satélites del poder económico fueron puestos como mercancía política para ser ofertados a diario hasta la saciedad en los medios de comunicación para hacerlos crédulos ante la población desinformada, la estrategia funcionó y los resultados de estos falsos liderazgos se han asentado en la esfera política logrando espacios rápidos en la Asamblea con la fórmula electoral corrupta del “voto plancha” avalada por el Tribunal Electoral cuyos Magistrados permitan el financiamiento privado. Definitivamente que estos recientes liderazgos impuestos desde la criptocracia no identificada por los analistas a sueldo televisados, sino por los estudiosos de la ciencia política, han logrado su cometido, que reclutan, suman jóvenes con excelentes perfiles académicos, pero sin trayectoria ni ejecutorias públicas reconocidas llegaron con ímpetu a puestos de elección popular con la fuerte observación que no podemos cambiar un mal por otro. Prontamente como en las legislaturas pasadas el desencanto llega casi de inmediato, aunque le auguramos éxitos a los que se desvincularán de esta égida del poder económico por convicción personal. De esta manera señalamos, el surgimiento, aseguramiento y riesgo de los liderazgos efervescentes y su connotación en la vida política nacional. ¡Acción!

El autor es ciudadano independiente