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La OTAN y los atentados contra Trump y Fico

Actualizado
  • 20/07/2024 00:00
Creado
  • 19/07/2024 11:23

Tanto a la OTAN, como para el emporio económico globalista de Black Rock y el complejo militar estadounidense no les conviene la propuesta de paz que impulsa el eje de Hungría y China con el candidato presidencial del partido republicano Donald Trump

Llama la atención que el atentado del sábado en el mitin en Butler, Pensilvania contra el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene cierta conexión con el atentado del 15 de mayo de este año contra el primer ministro de Eslovaquia Robert Fico, en la ciudad de Handlova. Ambos líderes tienen buenas relaciones con el Kremlin. El líder eslovaco es uno de los aliados de Rusia dentro de la Unión Europea (UE) y la OTAN. Además, protagonista en la organización Atlántica por frenar la ayuda militar a Ucrania y ser crítico de las políticas contra Moscú.

Detrás de ambos atentados se evidencia un oscuro libreto sobre los intereses de la economía de guerra de esa élite globalista que ha incentivado las tensiones de la OTAN contra Rusia desde centros de pensamientos como la Rand Corporation, controlada por el Departamento de Estado de Estados Unidos.

Cuando se lee el informe publicado el 24 de abril de 2019 por la Rand Corporation “Estresar y desequilibrar a Rusia”, en el cual se plasman las acciones que debería desarrollar Estados Unidos y sus aliados en materia política, económica, militar y estratégica contra Rusia. Por ende, se comprende las dimensiones de la propaganda estadounidense y de sus aliados para que se desencadenara la guerra entre Rusia y Ucrania. Luego las escaladas de sanciones para estrangular la economía rusa. Sin embargo, los efectos han sido contrarios, la economía rusa crece a buen ritmo, Europa se quebró y los emporios económicos globalistas de la anglofera los grandes beneficiarios de la guerra. Tanto a la OTAN, como para el emporio económico globalista de Black Rock y el complejo militar estadounidense no les conviene la propuesta de paz que impulsa el eje de Hungría y China con el candidato presidencial del partido republicano Donald Trump.

El papel que ha asumido el primer ministro de Hungría Viktor Orbán, quién ocupa la presidencia del Consejo de la UE, en la búsqueda de un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania va en contra de los intereses de la OTAN, del complejo militar estadounidense, de Black Rock y de la continuidad de los demócratas en la Casa Blanca.

Orbán, el 2 de julio inició el periplo en la búsqueda de un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania. Ese día voló a Kiev y se reunió con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. Tres días después aterrizó en Moscú y se reunió con el presidente de Rusia Vladimir Putin, en cuya reunión discutieron sobre un posible acuerdo de paz. Dos días después en desarrollo de su misión de paz arribó a Pekín para reunirse con el presidente de China Xi Jinping, con quién también dialogó sobre las posibilidades de un acuerdo de paz entre rusos y ucranianos.

Reuniones que han desatado la irá de la gran mayoría de los líderes de la OTAN y de la UE. Por eso su asistencia a la cumbre de la OTAN no fue del agrado de la gran mayoría de los atlantistas. Sus viajes han sido cuestionados y fueron motivo de debate en la cumbre. La posición del primer ministro húngaro contra de la guerra y su cercanía con Putin ha generado fricciones al interior de la UE y la OTAN.

Orbán se vio obligado a abandonar anticipadamente la cumbre y terminó en una reunión con el expresidente Donald Trump, en la Florida, en cuya reunión hablaron sobre cómo se puede alcanzar un acuerdo de paz entre rusos y ucranianos.

Trump ha dicho que si gana las elecciones acaba con la guerra de Ucrania. 24 horas después de haberse reunido con el primer ministro húngaro y dos días antes que arrancara la Convención Republicana que lo va a proclamar candidato sufrió aquel atentado.

De llegar de nuevo a la Casa Blanca se vislumbra que la OTAN y la agenda de la élite globalista mundial tendrán muchos tropiezos. La permanencia de los demócratas y de los globalistas en la Casa Blanca significa la continuidad de la guerra.

Un triunfo de Trump por sus características es vista como una ventana hacia un nuevo reparto en el dominio mundial con las potencias del Sur Global.

En conclusión: el mayor temor para la élite globalista de la anglofera que tiene de rodillas a las élites europeas es que Trump vuelva a la Casa Blanca.

El autor es escritor