Columnistas

Políticas que promuevan la equidad, la justicia social y la sostenibilidad son vitales para construir una sociedad más cohesionada y resiliente

Actualizado
  • 19/07/2024 00:00
Creado
  • 18/07/2024 13:47

Tras leer diversos artículos de organismos internacionales que destacan la integración como pieza clave para lograr la unidad tan necesaria en nuestros tiempos, me he sentido motivado a recopilar algunas notas y plasmar pensamientos que no se queden simplemente en el aire. Es importante documentar y compartir ideas que nos ayuden a crear un ambiente propicio para el intercambio y las buenas prácticas. Porque enseñar no se trata solo de transmitir conocimiento, sino de generar la posibilidad de producirlo, como decía Paulo Freire.

La integración regional en América Latina y el Caribe es un proceso complejo y multidimensional que abarca no solo aspectos económicos y comerciales, sino también políticas sociales, culturales y ambientales. Este enfoque holístico busca fortalecer los lazos entre los países y pueblos de la región, promoviendo un desarrollo conjunto que abarque todos los aspectos de la vida en comunidad. Desde el comercio hasta la infraestructura, y desde la seguridad hasta la cultura, la integración regional es esencial para enfrentar los desafíos del siglo XXI de manera unificada y efectiva.

Uno de los pilares fundamentales de esta integración es el fortalecimiento de la competitividad del bloque centroamericano en el escenario mundial. Al superar las divisiones ideológicas y trabajar hacia una visión común de unidad, los países de la región pueden mejorar su posición en el mercado global. Esto incluye la profundización del comercio intrarregional y la creación de un entorno económico más estable y atractivo para la inversión extranjera. Igualmente, la integración facilita el desarrollo de infraestructuras críticas y la cooperación en materia de seguridad, lo que a su vez impulsa el crecimiento económico y el bienestar social.

En un evento en Belice, tuve la oportunidad de escuchar al vicepresidente, Félix Ulloa de El Salvador hacer un llamado a todos los sectores de Centroamérica para que se unan a este proceso de verdadera integración. Él recalcó que las diferencias entre los Estados son temporales, y lo que es permanente son los principios y exigencias del pueblo en búsqueda del bien común. Estas palabras han quedado grabadas permanentemente en mi conciencia.

También en conversación con el director ejecutivo del Proyecto Mesoamérica el Dr. Roberto Salazar, palabras más o menos, destacó la importancia de la integración de la región mesoamericana por razones fundamentales las cuales enumero. Primero, el fortalecimiento económico, ya que la unión de sus 10 países constituye la primera economía de América Latina y el Caribe, permitiendo aprovechar economías de escala para mayor competitividad y crecimiento. Segundo, la mejora de la infraestructura mediante colaboración en proyectos de transporte, comunicación y energía. Tercero, el desarrollo social a través de proyectos conjuntos que mejoran la calidad de vida de 244 millones de ciudadanos. Cuarto, la protección del medio ambiente mediante una gestión eficaz de recursos naturales. Finalmente, la cooperación Sur-Sur, regional y triangular, que complementa y potencia los esfuerzos de integración para un desarrollo inclusivo y sostenible.

Sin embargo, para que la integración sea verdaderamente efectiva, es crucial que todas las voces participen, especialmente las de las comunidades locales y los pueblos indígenas, sean escuchadas e incluidas en el proceso de toma de decisiones. La aportación activa y el liderazgo de estas comunidades son esenciales para garantizar que los beneficios de la integración lleguen a todos los sectores de la sociedad. Políticas que promuevan la equidad, la justicia social y la sostenibilidad son vitales para construir una sociedad más cohesionada y resiliente. Solo a través de un enfoque inclusivo y colaborativo, que priorice el bienestar de todas las personas, la integración regional podrá ser una fuerza positiva y transformadora para América Latina y el Caribe.

Finalizo diciendo que Panamá, como país, como puente estratégico entre el norte y el sur, ha reconocido la importancia vital de la integración regional con el resto del mundo. Dada su posición geográfica estratégica y su desarrollo como centro logístico y comercial, Panamá entiende que la cooperación e integración con sus vecinos centroamericanos es fundamental para aprovechar las oportunidades económicas y comerciales que ofrece el mercado global. Panamá ha sido un firme defensor de la unidad centroamericana y de toda Latinoamérica, participando activamente en iniciativas de integración que fortalecen los lazos comerciales, la infraestructura y la colaboración en áreas clave como la seguridad y el desarrollo sostenible de la región. Esta visión panameña de la integración como motor de progreso y prosperidad compartida es un ejemplo a seguir para toda Centroamérica y Sudamérica.

El autor es profesor universitario y diplomático de carrera