La autoridad moral necesaria en austeridad
- 06/09/2024 00:00
- 05/09/2024 20:15
La actual economía contraída ha hecho caer los ingresos del gobierno y, dependiendo de la credibilidad de la gestión de crisis de deuda, las exigencias del pueblo aumentarán o no. El mayor desafío en la gestión de crisis será ‘el riesgo moral’ (...) Actualmente, en Panamá es difícil estimular el crecimiento económico porque el servicio y las cargas de la deuda que nos dejó el gobierno pasado han aumentado por la inflación, y el equipo gubernamental entrante viene como rescatista a gestionar “la crisis de deuda” que nos dejaron.
La gestión de crisis de deuda trata de distribuir el sufrimiento de las malas deudas. Los mayores riesgos de gestionarlas, generalmente, no vienen de la deuda en sí, sino del fracaso de los responsables de formular políticas, de hacer las cosas correctas, debido a la falta de conocimiento y/o falta de autoridad moral.
Los actuales formuladores de políticas económicas gozan de buena credibilidad por parte de la ciudadanía por el amplio conocimiento del tema. El reto más importante para el éxito de la gestión de crisis por austeridad será, entonces, la autoridad moral y la credibilidad de los nuevos asesores y demás miembros del gabinete que acompañan al titular de economía.
La autoridad moral es indispensable, ya que los fake news tienden a aumentar en la gestión de crisis y se debe gozar de la entera credibilidad para la implementación de la austeridad en la mitigación de los peores efectos de la crisis de la deuda. Habrá que evitar el aumento del populismo que pueda llevar a un autócrata disfrazado de mesías al Palacio de las Garzas en 2029.
La llegada de un movimiento populista salvador será mucho peor que la crisis de deuda en sí misma para Panamá.
Recordemos que aún en una austeridad profunda no se equilibra la deuda y los ingresos. Ahora que se recortará el gasto, los ingresos también se reducirán y ojalá no repercutan en los subsidios del bienestar social para obtener disminuciones significativas en la tasa deuda/ingresos.
La actual economía contraída ha hecho caer los ingresos del gobierno y, dependiendo de la credibilidad de la gestión de crisis de deuda, las exigencias del pueblo aumentarán o no. El mayor desafío en la gestión de crisis será “el riesgo moral”: el panameño sacrificado cree justificadamente que los excesos de mala deuda volverán a ocurrir si los asesores y miembros del pasado gobierno no sufren las consecuencias negativas de sus acciones. El problema se agravará en un estallido social si los asesores previos son reciclados. Evitemos la agitación popular por falta de autoridad moral, mejoremos la percepción de justicia en Panamá. Ante los sacrificios que nos están pidiendo, es esencial redoblar el esfuerzo de información y sensibilización. Para ello, la credibilidad del gobierno es un recurso crítico, ya que la información debe aceptarse sin evidencia.
Esperemos que el actual gabinete no destruya su credibilidad al reciclar los médicos asesores de la comisión desabastecida de medicamentos del Seguro en el ministerio de sanidad, o dejar a los mismos miembros de la junta directiva del Seguro, o dejar a los mismos médicos directivos de la administración del Seguro en sus puestos.
Premiar el fracaso sería la raíz más profunda de la indignación de los panameños.
Actualmente, en Panamá es difícil estimular el crecimiento económico porque el servicio y las cargas de la deuda que nos dejó el gobierno pasado han aumentado por la inflación, y el equipo gubernamental entrante viene como rescatista a gestionar “la crisis de deuda” que nos dejaron.
La gestión de crisis de deuda trata de distribuir el sufrimiento de las malas deudas. Los mayores riesgos de gestionarlas, generalmente, no vienen de la deuda en sí, sino del fracaso de los responsables de formular políticas, de hacer las cosas correctas, debido a la falta de conocimiento y/o falta de autoridad moral.
Los actuales formuladores de políticas económicas gozan de buena credibilidad por parte de la ciudadanía por el amplio conocimiento del tema. El reto más importante para el éxito de la gestión de crisis por austeridad será, entonces, la autoridad moral y la credibilidad de los nuevos asesores y demás miembros del gabinete que acompañan al titular de economía.
La autoridad moral es indispensable, ya que los fake news tienden a aumentar en la gestión de crisis y se debe gozar de la entera credibilidad para la implementación de la austeridad en la mitigación de los peores efectos de la crisis de la deuda. Habrá que evitar el aumento del populismo que pueda llevar a un autócrata disfrazado de mesías al Palacio de las Garzas en 2029.
La llegada de un movimiento populista salvador será mucho peor que la crisis de deuda en sí misma para Panamá.
Recordemos que aún en una austeridad profunda no se equilibra la deuda y los ingresos. Ahora que se recortará el gasto, los ingresos también se reducirán y ojalá no repercutan en los subsidios del bienestar social para obtener disminuciones significativas en la tasa deuda/ingresos.
La actual economía contraída ha hecho caer los ingresos del gobierno y, dependiendo de la credibilidad de la gestión de crisis de deuda, las exigencias del pueblo aumentarán o no. El mayor desafío en la gestión de crisis será “el riesgo moral”: el panameño sacrificado cree justificadamente que los excesos de mala deuda volverán a ocurrir si los asesores y miembros del pasado gobierno no sufren las consecuencias negativas de sus acciones. El problema se agravará en un estallido social si los asesores previos son reciclados. Evitemos la agitación popular por falta de autoridad moral, mejoremos la percepción de justicia en Panamá. Ante los sacrificios que nos están pidiendo, es esencial redoblar el esfuerzo de información y sensibilización. Para ello, la credibilidad del gobierno es un recurso crítico, ya que la información debe aceptarse sin evidencia.
Esperemos que el actual gabinete no destruya su credibilidad al reciclar los médicos asesores de la comisión desabastecida de medicamentos del Seguro en el ministerio de sanidad, o dejar a los mismos miembros de la junta directiva del Seguro, o dejar a los mismos médicos directivos de la administración del Seguro en sus puestos.
Premiar el fracaso sería la raíz más profunda de la indignación de los panameños.