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Actualizado
  • 31/07/2024 00:00
Creado
  • 30/07/2024 13:34

Anoche, la empresa encargada de entregar energía a los ciudadanos, y apadrinada por todos los gobiernos anteriores nos hizo padecer de otro apagón. [...] Las excusas que dan para explicar daños, que no son otra cosa que el resultado de años de desidia, son historietas mal elaboradas

Crecer en el campo tiene un universo de ventajas. Los que tuvimos esa oportunidad sabemos lo que es realmente la oscuridad en la noche, no lo que viven en las ciudades. Es una oscuridad que permite ver realmente las estrellas, sin el bloqueo visual que causa la iluminación artificial circundante. Tal vez por eso, la gente del campo sueña más. Han podido ver más adentro del universo que los demás.

Otra de las muchas ventajas que ofrece la educación campesina es el sentido común. Cosas básicas que pueden ser sencillas, o en extremo complejas, al punto de aprender hasta habilidades de supervivencia. Por ejemplo, alguien que sabe cómo se ve una ortiga, y las muchas razones por las que no debe tocarla. En la ciudad, leen ortiga como uno de los ingredientes de champús y cuanta cosa, pero ni se imaginan qué es.

Otra cosa simple al ojo educado del campo, si uno ve el agua del río o de la quebrada turbia, no hay que entrar. Punto. Esa turbiedad habla de lluvias en los cerros y alta posibilidad de una cabeza de agua. En la actualidad, la institución que debería ocuparse de entregarnos agua a todos usa esa misma circunstancia para desvincularse de su incapacidad de cumplir con su trabajo.

Eso lo explica el axioma “El primer acto de corrupción que un funcionario público comete, es aceptar un cargo para el cual no tiene las competencias necesarias”. Gancho al hígado. Pero esta historieta no los incluye. Próximamente tendrán su oportunidad, Dios mediante.

Otro beneficio que el acervo campesino nos proporcionaba era la habilidad para divertirnos con cosas sencillas, como el viento. Una cometa de verano era el equivalente a una consola de juegos actual. No exagero. Desde competencias a ver quién podía elevarla más, hasta cuál tenía el rabo más llamativo, y por supuesto, guerra de cometas a ver cuál tumbaba a las otras.

Se necesitaba imaginación, y sentido común.

Anoche, la empresa encargada de entregar energía a los ciudadanos, y apadrinada por todos los gobiernos anteriores nos hizo padecer de otro apagón. Uno de los demasiado frecuentes sufrimientos colectivos de los ciudadanos. Acá, salvo que cuentes con un sistema de respaldo de energía, conocerás las ingratitudes de sudar acostado, mientras tratas de descansar.

Puedo transmitir esto diciendo “anoche”, aunque esto se publique en cualquier fecha. Así de frecuentes son las muestras de incapacidad y desinterés hacia los que pagamos sus salarios, con las que nos presentan. Inventan historietas cada vez que estos eventos suceden.

El asunto acá es que demuestran ser gente de ciudad, en vez de gente de campo. Le achacan el problema siempre a un factor externo, pues jamás dirán la verdad: es que no invertimos en el mantenimiento ni la actualización de los sistemas, pues todo es ganancia, joder. Además, estos tíos (señalando a los corruptos con poder) siempre nos apoyan. ¡Qué vaina! Y uno sudando.

La molestia es imposible de evitar, mientras tengamos a las mismas empresas que nos abusan desde hace mucho. Pagamos uno de los peores servicios de distribución, y encima carísimo. Aparte, nos siguen viendo como nos veían por allá por los 1500’s, cuando nos daban espejitos, y nosotros les dábamos oro. Ahora, no nos dan más que dolores de cabeza, y tenemos que pagarles un porcentaje demasiado alto de nuestro sudado salario.

En el circo que es la proyección con la que defienden su pésima gestión ya ha colmado la paciencia hasta de los más tranquilos. Las excusas que dan para explicar daños, que no son otra cosa que el resultado de años de desidia, son historietas mal elaboradas.

Un niño del campo puede explicarles las muchas razones por las que sus fantasiosas explicaciones son improbables. Las cometas se vuelan de día, pues es cuando se pueden disfrutar. Además, son más factibles en verano, pues el Norte sopla de manera continua, favoreciendo el vuelo de la cometa. Luego de horas de molestia para miles de usuarios, salir con una historieta en la cual la causa de un apagón fue una cometa, es simplemente echarle leña al fuego del hartazgo generalizado. No tienen suficiente personal para cubrir las áreas que deben cubrir. Más allá, los subcontratos que ocupan para atender tantos daños, como reparaciones o instalaciones nuevas, no reciben los pagos de manera regular.

Así, un personal insuficiente, mal atendido, mal provisto, y mal pago hace lo que puede para apagar los fuegos que cada vez se espacian menos entre sí.

Las cometas se vuelan en verano, y de día, no en pleno invierno y de noche.

Si no les interesa cumplir con todo lo que implica brindar un servicio por el cual paga toda la población, pues regresen a su país y permitan que empresas nuevas y capaces atiendan a una población que clama por servicios cónsonos con los tiempos, y con la tarifa que paga.

Las soluciones son secretos a voces, pero se necesita la voluntad de parte de las autoridades. Gente capaz hay, falta que los involucren, antes que pactar y negociar ganancias con los mercaderes de la necesidad del pueblo.

No más historietas. Resultados.

El autor es ingeniero