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Gobierno trumpista: cuando las intimidaciones ocultan sus impotencias

Actualizado
  • 04/02/2025 00:00
Creado
  • 03/02/2025 19:00

En los diversos programas de comunicación masiva, de las llamadas redes sociales como los de los medios tradicionales, ha sido lugar común la confusión sobre cuáles son las verdaderas causas y por ende, la viabilidad de las bravuconadas del presidente de EE.UU., contra países diversos, incluido el nuestro. Solamente en círculos con mayor criterio critico -muy pocos, por cierto- que están fuera de esos medios periodísticos locales, reconocen que las medidas y políticas anunciadas por el gobierno Trump obedecen más a lo que no se dice que a lo que pregona. Más a lo que sufre la población estadunidense, que a lo que supuestamente hacen otros en su contra de lo que tienen que defenderse, llámense Estado chino, iraní o venezolano, llámense inmigrantes o etnias indígenas, agrupaciones LGTB+ u otros.

El discurso de campaña sobre resolver el problema del empleo y de los altos precios de la canasta básica familiar del habitante de EE.UU., ha sido dejado en una esquina del lado de las debilidades e impotencias propias de EE.UU. Ni siquiera en su toma de posesión el presidente hizo mención alguna de las carencias sociales y económicas del pueblo norteamericano. Al decir de Bernie Sanders (exsenador demócrata por Vermont), Trump pretende resolver problemas generando más problemas. Resolver el cambio climático incendiando -con más petróleo- el planeta, bajar los precios de la canasta básica aumentando sus costos (los precios de los huevos ya se han disparado). Diríamos también, resolviendo el problema del empleo, dejando sin trabajadores migrantes a las empresas que dependen de estos por ser actividades despreciadas por el gringo convencional.

Otra manifestación de impotencia del gobierno trumpista la identificamos en los resultados del último foro anual de los multiarchimillonarios del mundo (conocidos como “globalistas”), cual es el Foro Económico Mundial (FEM). Este año, algunos de sus voceros más representativos como Yuval Noah Harari y Klaus Schwab, dejaron saber, entre sus designios para el mundo, que estos tropiezan con la política de Trump. En efecto, ambos son “supremacistas”, pretenden imponer una dominación racializada de minorías, solo que los globalistas lo plantean a través de instituciones globales -tipo OMS, OMC, ONU, etc.- prescindiendo de los Estados, vulnerando sus soberanías, y Trump lo plantea desde su Estado colono imperial (@Prensa-alternativa, 31/01/2025).

Los supremacistas coinciden en que el foco de la mayor espoliación y explotación social se localiza en los territorios racializados, los pueblos que “no valen”, los de la zona del “no ser” (Fanon, 1957). Pero los trumpistas, a diferencia de los supremacistas globalistas que impulsan la globalización absolutamente liberal, fomentan el cierre de sus fronteras a las personas con medidas antimigratorias y a mercancías-con elevación de aranceles a las importaciones -provenientes del sur global, política que contradice el principio globalista... ergo, el trumpismo está poniendo su cabeza en la guillotina globalista, con lo cual aumenta su vulnerabilidad y su propia impotencia para llevar a cabo sus propósitos.

Los efectos negativos de alzas de aranceles no solamente afectarían a los proveedores extranjeros, sino, al final, a los propios consumidores en EE.UU. que tendrán aumentos de precios en la canasta básica, dado que no hay capacidad industrial para reemplazar las importaciones encarecidas.

Efectivamente, las ganancias obtenidas por las corporaciones oriundas de EE.UU. en Asia o América Latina particularmente por los bajos salarios relativos que pagan en estas regiones, no se comparan con los altos salarios relativos, en suelo EE.UU. y por consiguiente, sus atractivos para regresar a suelo gringo es casi nulo.

En Panamá, nuestro presidente ejemplifica comportamiento que transita entre la “colonialidad mental” y el “patrioterismo” (Ver explicación de estos términos en: Pinnock, 28/01/2025, La Estrella de Panamá). Solamente con afirmar que “Es Estados Unidos la relación privilegiada que tenemos, no es China” (La Estrella, 31/01/2025) y peor aún, renegar de la relación con este país, ya se pone del lado de uno de los jugadores de la geopolítica mundial. Respecto de esto último, afirmó en el tema de las relaciones diplomáticas con China que: “Él [Varela] es el responsable de lo que estamos teniendo por haber hecho una negociación turbia” (ibídem). Lo patriótico, es no matricular a los/as panameños/as con ninguna potencia, sino únicamente con los intereses de la plurinación panameña; no dejarnos consumir por el miedo, que es el arma más efectiva de los supremacistas trumpianos y globalistas. Alinearse sería una conspiración directa contra la requerida unidad nacional popular para no caer en la cesión de nuestra soberanía al colono imperial.