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Futuro de las migraciones; estemos preparado

Actualizado
  • 13/07/2024 23:00
Creado
  • 12/07/2024 13:05

Antes que todo reconozco el compromiso explícito, y el esfuerzo desplegado hasta hora por nuestro primer mandatario a fin de enfrentar y resolver positivamente la crisis que significa la llegada de miles de migrantes a nuestro territorio a través de la provincia de Darién. En ese sentido, le dedico esta entrega a reflexionar sobre el futuro de las migraciones y qué podemos hacer para estar preparados.

Para comenzar, de acuerdo con la OPS y la OIM, el aumento de personas en movimiento en las Américas se multiplica cada año y, en ese contexto, durante 2023 la migración correspondió principalmente a personas procedentes de Venezuela y Ecuador; a lo cual se le suma la intensa movilidad humana desde países de Centroamérica y el Caribe, especialmente de Haití, donde ha incrementado, a menudo provocado por el aumento de la violencia y la inseguridad, combinadas por los efectos de fenómenos adversos como sequías y huracanes, así como con la falta de oportunidades económicas.

En este contexto, de acuerdo con reportes de autoridades en Panamá, hasta la última semana de noviembre de 2023 más de 501,297 migrantes cruzaron el tapón del Darién, siendo los venezolanos la nacionalidad predominante con 320,465 ingresos, seguidos por los ecuatorianos con 54,757. Esta cifra supera significativamente los 248,000 ingresos de 2022 y los 133,000 de 2021; y seguirá aumentando, pues, las condiciones que provocan la migración persisten en los países de origen.

Esta situación tiene un severo impacto negativo en la economía, la biodiversidad y la seguridad de nuestro país y requiere de un plan multinacional que permita el abordaje sistemático, permanente, trascendiendo la atención de la emergencia, por parte de todos los gobiernos de los países involucrados en el viaje de los migrantes. El futuro de las migraciones será complejo y multifacético, influenciado por una combinación de factores globales y locales. La manera en que los gobiernos, las organizaciones internacionales y las comunidades respondan a estos desafíos determinará en gran medida cómo se desarrollarán los patrones migratorios en las próximas décadas.

En tales circunstancias, gestionar la llegada de miles de migrantes a nuestro país - que recordemos, es de tránsito - es un desafío complejo que requiere una coordinación efectiva entre diversos actores y una combinación de políticas humanitarias, económicas, y de seguridad, mientras se garantiza el cumplimiento de las leyes nacionales e internacionales.

Al respecto, subrayo de entrada la importancia estratégica que tiene la reciente firma de un memorando de entendimiento entre Panamá y Estados Unidos, el cual promueve la colaboración en el manejo de la migración, incluyendo el apoyo de repatriación; y comparto algunas estrategias para ayudarnos a aprovechar al máximo el memorando de entendimiento y gestionar efectivamente el flujo migratorio.

Para empezar - si es que no lo tenemos - necesitamos conformar un comité de crisis que incluya representantes del gobierno, ONG, organismos internacionales - ONU, la OIM, y ACNUR - y líderes comunitarios. Este grupo deberá diseñar un plan que aborde la llegada - a través de un corredor humanitario como el que estamos desarrollando -, registro, albergue, alimentación, atención médica, y seguridad de los migrantes; así como la colaboración con otros países de tránsito y destino para gestionar conjuntamente los flujos migratorios, y los mecanismos para monitorear la situación y evaluar la eficacia de las medidas adoptadas.

Un elemento importante del plan será la implementación de un programa de retorno voluntario asistido - considerando si la situación en el país de origen ha mejorado y es seguro regresar - para aquellos migrantes que deseen regresar a su país de origen, garantizando su seguridad y dignidad.

No menos importante será el establecimiento - en nuestro caso mejoramiento - de los centros de acogida temporal con instalaciones adecuadas para el registro y alojamiento de los migrantes; garantizando el acceso a alimento, agua potable, y productos de higiene; así como servicios médicos y apoyo psicológico para atender las necesidades inmediatas de los migrantes.

En este sentido, cobra especial relevancia la implementación de medidas especiales para proteger a mujeres, niños, personas mayores y personas con discapacidades, quienes pueden estar en mayor riesgo de abuso y explotación. Una buena idea es crear refugios específicos para estos grupos vulnerables, con personal capacitado para atender sus necesidades particulares.

Especial importancia reviste la protección en todo momento de los derechos humanos de los migrantes. Así mismo deberemos trabajar con las fuerzas de seguridad para proteger a los migrantes de la explotación y el abuso, y mantener el orden público. Y, mientras dure su estancia en nuestro territorio, facilitar el acceso a la educación para niños y adolescentes.

Finalmente, está la obligación de mantener informados a los ciudadanos sobre las medidas que se están tomando y los beneficios potenciales de la gestión adecuada de la migración; así como la implementación de campañas para reducir la xenofobia y promover la comprensión y la solidaridad con los migrantes.

El autor es médico, exrepresentante de la OMS