Esther María Osses en la patria de los niños; solidaridad
- 15/05/2024 23:00
- 15/05/2024 10:28
Hermoso el juego de Esther María. Su empleo dialógico facilita el contraste dialéctico guerra / paz, individualismo / soldaridad social. Y ella induce un posicionamiento empleando sabiamente los pronombres y las formas adverviales. Admirable ejercicio crítico, ético y estético Por lo que toca, a su sentido de solidaridad y justicia, tema vital para Esther María Osses, dos poemas infantiles lo presentan y resuelven con nitidez. Estos poemas son: “Con amor entero” y “Juguetería”. Exprésase así en el primero:
“Viene el heladero, / fiesta matinal, / Su música alegra / toda la cuidad. Tiene helados rojos / como un arrebol, otros blanco espuma / o verde limón. Si todos los niños / pudieran comprar / cada cual el suyo, ¡Qué felicidad! Párate, heladero, / tiene sed el sol. / Con un medio solo / ¿Qué te compro yo? Somos tres en casa: / uno, dos y tres. / Mamá y Carolina, / y yo, Elizabeth. Con un medio solo / ¿qué puedo yo hacer? / Con amor entero / lo dividió en tres.”
En el segundo, “Juguetería”, el tema es solidario, pero en clave distinta. No se trata solo de compartir, sino de posicionarse contra la guerra y en favor del servicio fraterno, denostando la inopinada costumbre de regalar juguetes de armas a los niños pequeños, en lugar de herramientas, telescopios, pianos o guitarras u otros juguetes para la paz y no para la guerra.
No resisto reproducirlo, resaltando sus tres partes constitutivas.
En la primera indica:
—Para ubicar al enemigo / quiero este equipo de radar.
—Yo la caja de bombarderos / para arrasar una ciudad.
—Yo estos tanques sólo quiero, / y estos soldados de metal.
—Yo aquel vestido de hombre rana. /
—Y yo esta nave sideral.
La segunda parte del poema, denota en contrapunto:
—Yo no. Jugaré a ser médico. / Me llevo este maletín.
Había muchos heridos, / y enfermos más de mil.
—Y nosotros te ayudábamos, / sin descansar ni dormir.
Y, remata:
—Yo no iré tampoco al cosmos, / ni al mar ni a la guerra iré.
Me llevo esta cocinita / con fogones de papel.
En ella yo cocinaba / alimentos para cien.
Había niños con hambre ...
—Te ayudaba yo también.
Hermoso el juego de Esther María. Su empleo dialógico facilita el contraste dialéctico guerra / paz, individualismo / soldaridad social. Y ella induce un posicionamiento empleando sabiamente los pronombres y las formas adverviales. Admirable ejercicio crítico, ético y estético.
Hasta aquí esta pequeña y modesta excursión en saludo al Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en su versión 2024, y a nuestra siempre admirada Esther María. Ojalá más literatos del Istmo quieran seguir la senda de sus menudos pasos.
Y debo agregar que ya por la Udelas se barrunta que el premio está aquilatado en el ámbito de la República y va siendo hora de abrirlo a todo el istmo centroamericano y sus creadores de cuento y poesía infanto / juvenil. Númenes propicios esthermariano, lo transmuten así.
El autor es docente universitario
Por lo que toca, a su sentido de solidaridad y justicia, tema vital para Esther María Osses, dos poemas infantiles lo presentan y resuelven con nitidez. Estos poemas son: “Con amor entero” y “Juguetería”. Exprésase así en el primero:
“Viene el heladero, / fiesta matinal, / Su música alegra / toda la cuidad. Tiene helados rojos / como un arrebol, otros blanco espuma / o verde limón. Si todos los niños / pudieran comprar / cada cual el suyo, ¡Qué felicidad! Párate, heladero, / tiene sed el sol. / Con un medio solo / ¿Qué te compro yo? Somos tres en casa: / uno, dos y tres. / Mamá y Carolina, / y yo, Elizabeth. Con un medio solo / ¿qué puedo yo hacer? / Con amor entero / lo dividió en tres.”
En el segundo, “Juguetería”, el tema es solidario, pero en clave distinta. No se trata solo de compartir, sino de posicionarse contra la guerra y en favor del servicio fraterno, denostando la inopinada costumbre de regalar juguetes de armas a los niños pequeños, en lugar de herramientas, telescopios, pianos o guitarras u otros juguetes para la paz y no para la guerra.
No resisto reproducirlo, resaltando sus tres partes constitutivas.
En la primera indica:
—Para ubicar al enemigo / quiero este equipo de radar.
—Yo la caja de bombarderos / para arrasar una ciudad.
—Yo estos tanques sólo quiero, / y estos soldados de metal.
—Yo aquel vestido de hombre rana. /
—Y yo esta nave sideral.
La segunda parte del poema, denota en contrapunto:
—Yo no. Jugaré a ser médico. / Me llevo este maletín.
Había muchos heridos, / y enfermos más de mil.
—Y nosotros te ayudábamos, / sin descansar ni dormir.
Y, remata:
—Yo no iré tampoco al cosmos, / ni al mar ni a la guerra iré.
Me llevo esta cocinita / con fogones de papel.
En ella yo cocinaba / alimentos para cien.
Había niños con hambre ...
—Te ayudaba yo también.
Hermoso el juego de Esther María. Su empleo dialógico facilita el contraste dialéctico guerra / paz, individualismo / soldaridad social. Y ella induce un posicionamiento empleando sabiamente los pronombres y las formas adverviales. Admirable ejercicio crítico, ético y estético.
Hasta aquí esta pequeña y modesta excursión en saludo al Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en su versión 2024, y a nuestra siempre admirada Esther María. Ojalá más literatos del Istmo quieran seguir la senda de sus menudos pasos.
Y debo agregar que ya por la Udelas se barrunta que el premio está aquilatado en el ámbito de la República y va siendo hora de abrirlo a todo el istmo centroamericano y sus creadores de cuento y poesía infanto / juvenil. Númenes propicios esthermariano, lo transmuten así.