Esas canciones que no mueren
- 21/04/2025 00:00
Investigando aprendí y comparto con ustedes que: “La compositora clásica más antigua cuya música sobrevive hoy en día es Hildegard von Bingen (1098-1179). Fue una abadesa benedictina, escritora, compositora y visionaria de la Edad Media (...) Es reconocida por su extensa colección de himnos, secuencias y otras composiciones vocales sagradas. Su música fue influyente durante su vida y continúa siendo estudiada e interpretada en la actualidad”.
Por diversos medios, el cine. Por ejemplo, o las presentaciones de las orquestas sinfónicas, hemos podido apreciar las composiciones de otros históricos, conocidos e influyentes compositores como: Johann Sebastian Bach, Wolfgang Amadeus Mozart, Beethoven, Pyotr Ilyich Tchaikovsky, Frédéric Chopin y Antonio Vivaldi entre otros. Cuyos aportes musicales han perdurado a través del tiempo para, de una u otra manera, darle un sentido al tiempo de la historia.
Desde Hildegard von Bingen, creo que es sano concluir que de una u otra manera podremos encontrar que en todas las épocas de la historia existen vínculos a expresiones artísticas; eso incluye la música. Hay conexiones emotivas a periodos vividos ya sea individualmente o por la experiencia colectiva de un país o una región.
En los Estados Unidos, el Jazz, por ejemplo, un género originado a principios del siglo XX, se asocia a Nueva Orleans. La música de los Big Bands, nació y se popularizó entre la década de 1930 y posterior a la Segunda Guerra Mundial.
En América Latina, desde finales de 1960, la nueva canción latinoamericana marcó significativamente en el devenir de las luchas sociales. La Nueva Trova Cubana, Los hermanos Carlos y Luis Enrique Mejía Godoy de Nicaragua, Alfredo Zitarrosa de Uruguay, la venezolana Soledad Bravo y muchos otros, incursionaron con fuerza en el espectro musical para dejar una huella indeleble en una época en que la memoria de sus aportes artístico-musicales siempre despertarán un escenario inolvidable en la psique de cientos de latinoamericanos.
Con respecto a Panamá, un artículo escrito por Margarita Rodríguez y publicado el 24 de septiembre de 2024 en la BBC Mundo relata los detalles de fondo sobre la histórica canción “La Historia de un Amor”, de Carlos Eleta Almarán. En el escrito, su sobrina Aurora Eleta Casanovas, señaló que “El bolero compuesto por su tío Carlos Eleta Almarán habla del amor de los padres de Aurora: Mercedes y Fernando”. En los casi 70 años de su creación, “La canción cuenta con versiones en árabe, chino, francés, hebreo, inglés y ruso, entre otros”. (...) “Aurora” le dice a BBC Mundo que sus amigos cuando van al extranjero la contactan para contarle que escucharon la canción: “Me siguen llegando versiones”.
Esa canción se universalizó, pero en el imaginario interno panameño, hay ejemplos que nos marcan a todos. La Canción Patria de Rubén Blades es una de esas piezas musicales que, después de 25 años, en donde se encuentre un panameño seguramente trastoca las fibras más sensibles de su sentimiento patriótico. Es poética, emotiva y conduce los sentimientos por el camino del reconocimiento de pertenencia patriótica.
En la década de 1970, en plena lucha por la recuperación de la Soberanía Nacional y en plena dictadura como a algunos les gusta subrayar, se dio un incremento artístico cultural sin precedentes en la historia del país. Pille Collado “Cantor de la Patria”, fue una figura central en mantener la emotividad de la población frente a la lucha que se libraba en el proceso de negociación. Rómulo Castro con su grupo Liberación presentaron una propuesta musical sin ambages y alineadas con la lucha patriótica. El grupo Trópico de Cáncer igualmente ofreció una propuesta musical diferente y retadora, muchas veces fundamentada en las inequidades histórica y la necesidad de un cambio social profundo. Y, entre otros, el cantante venezolano Óscar De León popularizó la canción “De Frente Panamá”, escrita por el radio comentarista Andrés Vega “Domplín”.
Mucho se ha dado desde la Invasión del 20 de diciembre de 1989. Ocho gobiernos han conducido el país desde entonces y la corrupción es asfixiante. Muchos barcos han pasado por el Canal de Panamá, el canal centenario y el ampliado. Pero en momentos de tensión con los Estados Unidos, como hoy ocurre, la canción de Luis Bejarano “Colonia Americana ¡No!”, seguirá siendo un himno motivador que llama a la defensa de la dignidad nacional. Se lleva en el alma y promete no morir.