El próximo presidente y los debates
- 27/03/2024 00:00
- 26/03/2024 14:34
No es momento de aprender desde la Presidencia, pues la curva de aprendizaje es un lujo que no podemos darnos y menos en esta ocasión El próximo presidente debe tener la capacidad de convocar a las mejores personas en el caso de independientes y a partidos políticos que demuestren interés de resolver los retos económicos e institucionales enormes. Para ello debe tener modestia, templanza, carácter y experiencia preferiblemente profesional y empresarial e imprescindible administrativa, de conocer los vericuetos burocráticos del Estado.
Si debe compartir poder, que filtre y de cabida a los mejores de cualquier color partidario, porque en todos hay de todo.
No es momento de aprender desde la Presidencia, pues la curva de aprendizaje es un lujo que no podemos darnos y menos en esta ocasión.
El llamado a un Gobierno de cierta unidad de propósito debe construirse desde ya, desde esta etapa, lo que pasa por no generalizar llamando corruptos o cualquier otro epíteto a quienes han ejercido funciones públicas descalificándolos por ese solo hecho. Tampoco el ataque a la vida privada y familia es conducente a preparar el terreno para un entendimiento nacional.
El buen gobernar es un arte que requiere el tener metas claras, realistas y forma de llegar a ellas sin exageraciones en promesas inalcanzables para complacer a todos; eso es engaño y demagogia.
En estos recientes debates presidenciales se ve más por el morbo de los ataques y resbalones argumentativos que la calidad de propuestas viables bien explicadas; en fin tienen valor de entretenimiento para generar comentarios jocosos, ataques de los sicarios mediáticos en medios tradicionales y redes, en fin, un espectáculo cuasi circense.
A futuro se debe repensar el formato de los mismos porque en tres minutos entre ataques y respuestas, no puedes desarrollar coherencia de ideas para explicar las propuestas y vías para ejecución que terminan más como consignas de campaña. Es una responsabilidad que el puñado de periodistas de calidad, que los hay, debe afrontar en el futuro.
Por ahora no contarán con este televidente que prefiere entretenerse con contenido más serio.
El autor es abogado
El próximo presidente debe tener la capacidad de convocar a las mejores personas en el caso de independientes y a partidos políticos que demuestren interés de resolver los retos económicos e institucionales enormes. Para ello debe tener modestia, templanza, carácter y experiencia preferiblemente profesional y empresarial e imprescindible administrativa, de conocer los vericuetos burocráticos del Estado.
Si debe compartir poder, que filtre y de cabida a los mejores de cualquier color partidario, porque en todos hay de todo.
No es momento de aprender desde la Presidencia, pues la curva de aprendizaje es un lujo que no podemos darnos y menos en esta ocasión.
El llamado a un Gobierno de cierta unidad de propósito debe construirse desde ya, desde esta etapa, lo que pasa por no generalizar llamando corruptos o cualquier otro epíteto a quienes han ejercido funciones públicas descalificándolos por ese solo hecho. Tampoco el ataque a la vida privada y familia es conducente a preparar el terreno para un entendimiento nacional.
El buen gobernar es un arte que requiere el tener metas claras, realistas y forma de llegar a ellas sin exageraciones en promesas inalcanzables para complacer a todos; eso es engaño y demagogia.
En estos recientes debates presidenciales se ve más por el morbo de los ataques y resbalones argumentativos que la calidad de propuestas viables bien explicadas; en fin tienen valor de entretenimiento para generar comentarios jocosos, ataques de los sicarios mediáticos en medios tradicionales y redes, en fin, un espectáculo cuasi circense.
A futuro se debe repensar el formato de los mismos porque en tres minutos entre ataques y respuestas, no puedes desarrollar coherencia de ideas para explicar las propuestas y vías para ejecución que terminan más como consignas de campaña. Es una responsabilidad que el puñado de periodistas de calidad, que los hay, debe afrontar en el futuro.
Por ahora no contarán con este televidente que prefiere entretenerse con contenido más serio.