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El efecto mitocondrial

Actualizado
  • 08/06/2024 23:00
Creado
  • 07/06/2024 10:02

[...] las mitocondrias se relacionan con la fisiología humana, la alimentación y nuestra salud

Cada día nos enfermamos más y más, y la atención médica cada vez es peor y peor. Y todos piensan que la medicina moderna debería poder resolver estos problemas. Desafortunadamente, las enfermedades crónicas que están consumiendo todos los costos de atención médica, como diabetes tipo 2, hipertensión, cáncer, demencia, hígado graso, obesidad, etc., representan el 75% de los costos de atención médica. Y ninguna de ellas tiene cura.

En realidad, ninguna de ellas tiene un tratamiento. Se tratan los síntomas, pero no se atiende la enfermedad. Para las enfermedades cardíacas y colesterol, existen las estatinas. Resulta que el colesterol es el síntoma del problema, no la enfermedad. Para la diabetes, existe la insulina y los hipoglucemiantes orales. Resulta que la glucosa no es el problema, es el síntoma de la enfermedad. Para la presión arterial alta, existen los antihipertensivos. Son el síntoma del problema, no el problema en sí. Y ahí es donde se ha ido la atención médica. Y es por eso que la seguridad social está en quiebra.

El común denominador en todas estas enfermedades son las mitocondrias. Las mitocondrias, las pequeñas fábricas de energía dentro de cada una de nuestras células, son fundamentales. Cuando funcionan bien, vivimos con energía radiante. Pero cuando funcionan mal, morimos de una forma lenta y miserable, y le cuesta al sistema de salud 20 años mientras lo hacemos.

Y esto no podemos permitirlo, porque resulta que todo se trata de la comida. Cuando entendemos la bioquímica de la nutrición y entendemos la ciencia de los alimentos y cómo estos impactan en última instancia en las mitocondrias y en la salud metabólica, nos damos cuenta de que los alimentos que se consumen son el problema. Y resulta que los alimentos también son un problema para el clima, debido a la producción de dióxido de carbono, debido a la producción de metano, debido a la erosión del suelo, etc. La conclusión es que la crisis ambiental es la crisis alimentaria. Así que la comida tiene que ser parte integral de cualquier conversación sobre cómo solucionar el gran problema. Y por eso escribo estas columnas todas las semanas.

Cuando me refiero a las mitocondrias y ciertamente recuerdo de la clase de biología del profesor Calviño, las mitocondrias se relacionan con la fisiología humana, la alimentación y nuestra salud. Las mitocondrias son de donde proviene la energía química que alimenta su célula. Producen el ATP trifosfato de adenosina, donde cada uno de los fosfatos (y hay tres de ellos), almacena energía. Y esa energía se libera y eso es lo que alimenta la célula. Si no produce suficiente ATP, la célula se muere de hambre. Y si la célula muere de hambre, hace cosas que no quieres que haga. Y entonces ocurren las enfermedades crónicas debido a la disfunción mitocondrial.

Pero si estamos comiendo lo suficiente y en abundancia, ¿por qué entonces nuestra generadora de energía celular se está yendo por la borda? Y para eso hay que entender la bioquímica de los alimentos. Tienes que entender lo que realmente está sucediendo. Debe comprender cómo los compuestos específicos en los alimentos interfieren realmente con la función mitocondrial. El principal es una molécula simple llamada fructosa.

Ahora bien, la fructosa no siempre fue la mala. La fructosa era buena antes de la llegada de los alimentos ultraprocesados. Abunda en las frutas y demás productos del reino vegetal. Lo cierto es que la fructosa fue un impulsor del proceso adaptativo durante millones de años de nuestra existencia. Pero, solo en los últimos 50 años, con la llegada del jarabe de maíz de alta fructosa y su adición a los alimentos ultraprocesados para hacerlos apetecibles, es que todo se ha desviado. Sin esa barbaridad de fructosa que le agregan, no existieran los alimentos ultraprocesados, nadie los comería. La industria alimentaria aprendió que tenía que hacer algo para que su comida fuera apetecible. Y agregaron jarabe de maíz de alta fructosa para endulzar. Y aprendieron también que cuanto más agregaban, más vendían. Así que agregaron más y más y más.

Y ahora, estamos consumiendo 25 veces la cantidad de azúcar que consumían nuestros antepasados hace 200 años. Eso tiene consecuencias metabólicas que afectan a nuestras mitocondrias. En vez de quemar la grasa, se almacena en lugares como el hígado, lo que resulta en hígado graso o hace que el páncreas produzca insulina adicional, causando problemas en todo el cuerpo, incluido el cerebro. Entonces, los alimentos ultraprocesados son los responsables de todas esas enfermedades crónicas de ahora. Son responsables de todos los costos de atención médica que se disparan, y son responsables de nuestro deterioro en salud. Si no los has notado, la esperanza de vida en Panamá no ha mejorado realmente. Tal vez la gente vive más años, pero esos años son de una vida miserable. Y todo podría atribuirse a la disfunción mitocondrial.

El autor es empresario