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El Canal es de Panamá

Actualizado
  • 29/01/2025 00:00
Creado
  • 28/01/2025 18:15

Durante el siglo XX, las y los poetas panameños hicieron sentir su voz y su inspiración poética en defensa de la patria, como lo hicieron Amelia Denis de Icaza, Demetrio Korsi, Diana Morán, Ricardo Miró, los hermanos Here, Gaspar Octavio Hernández, Elsie Alvarado de Ricord, Mario Augusto Rodríguez, Carlos Francisco Changmarín, Moravia Ochoa, Berta Alicia Peralta y tantos otras y otros como José Franco con Panamá defendida, que enriquecieron ese sentir de la nacionalidad y de la defensa de la soberanía nacional. Las y los trabajadores panameños y el pueblo en general tenemos que rechazar cualquier pretensión del señor Trump en unión con senadores estadounidenses de lo que llaman la recuperación del Canal . El Sr. Trump ha dicho que en el Canal murieron 38.000 estadounidenses; según los registros en la construcción de Canal murieron 350 personas estadounidenses. Ha dicho que China dirige el Canal de Panamá; o el Sr. Trump es un ignorante completo o no quiere reconocer la capacidad que han tenido las y los panameños para dirigir el Canal desde hace 25 años cuando en cumplimiento de lo establecido en el Tratado Torrijos–Carter producto de la lucha del pueblo panameño el Canal pasó a sus manos. Recordemos los versos del poeta José Franco: Panamá defendida:

La Patria nunca muere.

Vive como una daga,

como un rastrillo joven.

Es la Escuela

y los dulcísimos claveles

de los textos;

los oficios heráldicos

del fruto colectivo,

los goznes

de los céspedes del cosmos;

los leales territorios;

ábrenle el corazón

como una rosa.

Cantemos por su nombre.

Amemos su estructura

en los colegios,

un pensamiento suyo

en cada tarde.

Que vuelva la República a su justo

litoral de alegrías.

Que vuelva la República

a su austero

ramaje de esperanzas.

Iluminen la Patria

los auténticos,

los tributarios guías

del pueblo laborioso.

Que la Patria es el Istmo,

América y el Mundo.

Oh, mi país amado, Panamá,

Lirio continental, sutil aroma ungida

el pórtico de América.

Te han golpeado

hasta en tus oquedades,

Patria mía.

Antaño fusilaron

tus indios,

los solemnes atabales,

los tambores

del adiós sin retorno.

Más tarde

fue molienda tu cintura,

jazmín heroico

tu ombligo asesinado.

Aún te siguen golpeando,

Patria mía.

Sin embargo,

mañana serás júbilo,

podré mirarte alegre,

oler tu casa limpia,

sentir la aurora libre

sobre tu patrimonio.

Junto a tu corazón,

mañana, te lo juro,

cantaremos un himno

por la vida.