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El camino de la irrelevancia

Actualizado
  • 09/06/2024 23:00
Creado
  • 07/06/2024 14:04

La oportunidad es sin duda alguna [...] un concepto real y válido para emprender tareas de cambio y mejoramiento en un marco ordenado de planificación y visión estratégica

Este periodo de transición entre gobiernos abre espacios para opinar con la esperanza de que vamos por buen camino. Reviso mis escritos anteriores con el objetivo de no repetirme en demasía. Eso es muy difícil cuando los actores y los problemas han sido los mismos y la situación de supervivencia de la población ha empeorado en los últimos 15 años. Algunos conceptos han sido esbozados anteriormente.

Hay quienes sostienen que los panameños tienen poca memoria y, por consiguiente, los acontecimientos les pasan por encima sin advertir que ya, eventos de igual influencia, ya les había afectado. A un mes y días de los comicios electoreros del 5 de mayo pasado, les recuerdo, en términos generales que el presidente electo, José Raúl Mulino, bajo la bandera del partido Realizando Metas (RM) cuyo líder es el expresidente, Ricardo Martinelli, ganó las elecciones con un poco más del 34% de los votos. Es decir, un poco menos del 66% de la población electoral escogió otra alternativa para gobernarnos.

Visto de esa manera, con esa simplicidad numérica, debemos concluir, como muchos lo hacen, que el presidente electo tiene que trabajar para traer a otros a la mesa (a todos es una tarea monumental y seguramente imposible). Simple porque las cosas en el escenario sociopolítico actual y a futuro, no pintan de colores. Por donde miramos hay nubarrones que, también en términos generales, administraciones anteriores no atendieron debidamente.

La oportunidad, (del latin opportunitas) es sin duda alguna, para los que argumentamos teóricamente, un concepto real y válido para emprender tareas de cambio y mejoramiento en un marco ordenado de planificación y visión estratégica. Para naciones en vías de desarrollo como las nuestras, el concepto es igualmente válido como modelo de organización definida. El presidente electo, como muy bien lo sabe él, debe asentar los planes de corrección y de desarrollo en las difíciles oportunidades que el momento, el entorno social, económico, ambiental y cultural le presentan gracias a sus antecesores.

Oportunidad es lo que ofrece los resultados del 5 de mayo pasado. Sin embargo, las últimas semanas nos dejan en evidencia que eso no será suficiente para emprender modelos de cambio en lo político, lo de la Asamblea de diputados es señal de lo que puede venir. Será necesario armarse él y armarnos todos de coraje para enfrentar el interés de los que pretenden mantenernos en el círculo de la corrupción que se ha vivido.

Entre todas las oportunidades de corrección que tiene el presidente electo Mulino, a mi parecer, dos son muy cruciales. La primera, fundamentada en una visión histórico-filosófica sobre el hombre (la mujer) y el Estado que el escritor colombiano Selnich Vivas Hurtado, en un análisis de la obra de José Ingenieros, escribió que: “Un hombre nace en un Estado en particular, con sus leyes e instituciones. De tal forma que crece dentro de ellas. Los símbolos patrios, la religión, las costumbres de una región son herencias institucionales que el individuo incorpora a su forma de ver el mundo. Esta forma de ver el mundo puede modificarse o fosilizarse de acuerdo con la educación recibida. La educación (familiar, académica), es un instrumento importante en la transformación de las condiciones intelectuales del individuo, pero depende de su actitud frente al conocimiento ...”

La segunda oportunidad crucial debe estar fundamentada en una visión de futuro. Si la misión es avanzar el país por el camino estratégico de desarrollo y crecimiento para colocarnos en un lugar privilegiado al arribar a la mitad del siglo XXI, entonces tiene una pelea a muerte contra los corruptas que nos mantienen en desventaja: los políticos, los empresarios, los religiosos, los amigos y también sus adversarios, los que les importa ser señalados y los que se ríen cuando son expuestos. Ese 66% es clara señal de que la población no quiere ser liderada por aquellos y toca colocarlos en el renglón de la irrelevancia política y social a los condenados por la justicia.

Debe entender, el señor presidente electo, que uno de los más claros mensajes es el rechazo al juega vivo tan reinante durante los últimos tres quinquenios afectando las necesidades más básicas de la población: educación de calidad, atención de salud de calidad, transporte de calidad, agua, etc.

Si la oportunidad brindada es para subrayar su nombre con dignidad en los libros de la historia panameña, solo será posible si logra enfrentar y desaparecer del escenario público a los que ya van transitando por el camino de la irrelevancia y que aún no se han dado cuenta.

El autor es comunicador social