Columnistas

Donald Trump, las tarifas y la izquierda demócrata

  • 21/04/2025 01:00

Lo primero que debemos tener en cuenta es el hecho de que Estados Unidos tiene la economía y el mercado de consumo más grande del mundo, pero mantiene un enorme e insostenible déficit comercial desde que Bill Clinton promulgó el Tratado de Libre Comercio del Atlántico Norte (TLCAN), lo que causó el cierre de dos tercios de las plantas manufactureras y empresas estadounidenses, trasladándolos junto con millones de empleos al extranjero.

La agitación económica actual es una corrección del mercado forzada por la aplicación de aranceles por parte del presidente Donald Trump para devolver miles de puestos de trabajo y empresas a los Estados Unidos y estabilidad a las empresas manufactureras.

La brillante estrategia de Trump impone aranceles a todos los países y les permite negociar su regreso al mercado estadounidense. Recuerden la regla de oro de la negociación: «Quien tiene todo el oro, hace las reglas».

Afrontémonos los hechos, no hay forma de evitar los aranceles. Estados Unidos ha tenido una guerra comercial durante al menos cuatro décadas, pero las administraciones anteriores simplemente se quedaron sentadas con brazos cruzados mientras otros países se aprovechaban de ellos, al tiempo que la corrupción demócrata arrojaba cientos de billones de dólares a todo tipo de tonterías para ver qué funcionaba, dejando ese país en soporte vital de vida con una deuda enorme y sin dinero para pagarla y despojado de formas de hacer dinero, y ahora son los ciudadanos estadounidenses los que tendrán que pagar el precio de ese fraude, despilfarro y abuso.

¿Puede alguien creer que Estados Unidos puede mantener indefinidamente ese desequilibrio comercial actual? ¿O que el ataque a la industria manufacturera estadounidense por la competencia desleal extranjera no es un problema grave? Claro que lo es.

No debemos caer en las maniobras de la izquierda rancia, y dogmática que conquista el poder por medio de la democracia para luego demolerla desde adentro e instaurar regímenes liberticidas para luego habilidosamente tratar de hacer bueno lo malo, lograr la sinrazón, lo absurdo y el fanatismo que cala en sectores jóvenes y desprevenidos de la Sociedad.

La observación de que Trump está jugando ajedrez mientras todos los otros políticos juegan a las damas es correcta. Tiene el don de adelantarse a casi todos por dos o tres movimientos. Eso también explica cómo ha logrado salir vencedor en cuatro o cinco juicios penales y civiles espurios que sus enemigos le han impuesto, incluyendo dos intentos de asesinato. La izquierda demócrata lo ha subestimado seriamente.

Por otro lado, vale la pena considerar que el PIB (producto interno bruto) es posiblemente más fundamental para la economía que el mercado de valores, ya que refleja el tamaño y la salud general de la economía, mientras que el mercado de valores refleja el sentimiento de los inversores y sus expectativas futuras. El mercado de valores es simplemente el casino más grande del mundo que rara vez refleja el valor real de las acciones y es fácilmente manipulado por los intereses de los grandes inversores.

Las estadísticas muestran que el 8 % más rico de los ciudadanos estadounidenses poseen el 93 % de las acciones del mercado bursátil. El mercado de valores no representa el valor de las empresas, y no lo ha hecho durante más de 40 años cuando dejó de considerar las perspectivas a largo plazo para centrarse en las ganancias a corto plazo. La pregunta entonces es ¿quién está siendo realmente perjudicado por el actual rebote del mercado bursátil?

Las estadísticas también muestran que al 27 de marzo del 2025, el PIB de Estados Unidos bajo el liderazgo de Trump se estima en 29,72 trillones de dólares, frente a los 29,37 trillones del trimestre anterior y los 28,30 trillones de dólares de hace un año, lo que muestra un crecimiento económico relativamente constante a pesar de los aranceles.

Es asombroso cómo, con cada caída en el pasado de la bolsa de valores, los “expertos de izquierda” nos pedían paciencia, que el mercado debía analizarse a largo plazo... excepto ahora con Trump. Los demócratas preferirían hervirse en aceite antes de admitir que Trump tiene razón. ¿Puede la situación empeorarse en comparación con los últimos cuatro años bajo el gobierno de Joe Biden y los demócratas?

Es impresionante el nuevo nivel de importancia y atención de los demócratas a los pequeños detalles de gobierno y gastos. Todo lo que hemos visto de ellos durante los últimos 20 años son sus esfuerzos por destruir ese gran país para reconstruirlo con sus ideales sociales utópicos que han fracasado dondequiera que se ha intentado. Han demostrado un déficit en lógica desafiando los hechos utilizando la emoción, la semántica y el volumen.

Los demócratas han acumulado trillones de dólares en deuda; ya no se fabrica mucho en Estados Unidos. Las etiquetas de prácticamente cualquier producto barato indican que está hecho en China. Estados Unidos debe volver a fabricar bienes, medicamentos, automóviles, etc., y evitar que el mundo lo siga abusando y perjudicando con sus aranceles exorbitantes. Los estadounidenses necesitan apoyar a Trump; tomará tiempo desentrañar el caos creado por administraciones pasadas que a la larga beneficiará a otros países pobres, ya que es obvio que las economías del mundo se sustentan en la economía estadounidense.

*El autor es planificador jubilado