De migraciones, el Canal y el valor del patriotismo
- 13/02/2025 00:00
- 12/02/2025 18:06
El presidente norteamericano seguirá con sus amenazas y su política arbitraria de gobernar, pero nuestras autoridades tienen que saber lidiar con esa actitud arrogante, poniendo siempre primero los intereses del pueblo, pero sobre todo su soberanía... Las migraciones irregulares son producto de las malas políticas de los gobiernos que, por descuidar aspectos sociales, económicos y de una calidad de vida muy desigual, sus ciudadanos optan por viajar a otros lugares. Estas son las principales razones por las cuales los migrantes huyen mayoritariamente hacia Estados Unidos, creyendo que allá encontrarán el sueño americano, y durante el camino son vulnerables a trata de personas. Al no encontrar una oportunidad justa en sus países, prefieren salir llevando a sus hijos o abandonarlos, sabiendo de antemano que los retos que tienen por delante no van a ser fáciles de superar.
Uno de los lugares adonde llegan los migrantes es por la parte oriental de la comarca Guna Yala, en la frontera con Colombia, específicamente en la comunidad de Puerto Obaldía, que forma parte del circuito 10-2 y es uno de los cuatro corregimientos de esa comarca.
El año pasado, 2024, hubo mayor movilización de migrantes que llegaron a Puerto Obaldía procedentes de Venezuela, Cuba, Colombia, Haití, China, y de otros países, causando problemas de hacinamiento para los habitantes de Puerto Obaldía y de su comunidad vecina, Armila, para después adentrarse en la peligrosa selva del tapón del Darién. Las escenas de familias que llegaban con sus hijos menores, mujeres embarazadas y sus pocos enseres que llevaban consigo para sobrevivir, denotaban que sus gobiernos habían excluido a muchos de sus conciudadanos.
Lejos de llegar a su destino, ahora los migrantes se encuentran con las nuevas políticas del presidente de Estados Unidos, que tienen que regresar a sus países de origen en donde sus gobiernos no cambian o implementan una nueva forma de gobernar, de inclusión a los sectores más vulnerables. Todo lo contrario, estas políticas han reabierto más la brecha de desigualdad.
Para los migrantes, Panamá ha representado la ruta obligada de acceso hacia Norteamérica, emprendiendo las peligrosas travesías por las selvas de Darién, también se encuentran en una encrucijada del nuevo presidente norteamericano y de sus subalternos que no parecen conocer la historia de su propio país con relación al Canal de Panamá ni mucho menos las luchas de los mártires del 9 de enero de 1964, en donde los jóvenes panameños, llenos de coraje y dignidad, con el solo objetivo de defender el suelo patrio, perdieron sus vidas. Gracias a los jóvenes patriotas una sola bandera es izada en todo el territorio panameño. La estratégica posición geográfica de Panamá llama la atención del nuevo gobernante de Estados Unidos, que en su afán de apoderarse de su principal activo, utiliza las artimañas diplomáticas, de su poderío militar para amedrentar, apoderarse del Canal y establecer una base naval para extraditar a los indocumentados, y de esta manera, justificar su presencia militar como si Panamá, y otros países del mundo que amenaza con subirles los aranceles, fueran sus negocios personales.
El Panamá de Ascanio Arosemena, Urracá, de Victoriano Lorenzo, de la poetisa Hersilia Ramos de Argote, de los líderes indígenas, y de tantos otros, están llenos de historias de lucha que en sus acciones y poesías descansa la S acostada de la gran nación de América Central que une los dos continentes y mares.
En estos tiempos en que se pone en peligro la autonomía y la integridad de Panamá, es bueno destacar la valentía de Urracá y sus estrategias de alianza para convencer a sus enemigos,o la valentía de Ascanio Arosemena y de sus compañeros, que siendo estudiante defendió los colores del tricolor panameño que hoy recordamos sus hazañas; la resistencia de Victoriano Lorenzo para alcanzar las mejores condiciones para su gente; recordar con patriotismo los bienes de la naturaleza que inspiró a Hersilia Ramos de Argote: “Panamá es la patria mía, la tierra de mis amores, con sus mares y ríos, sus campos, su sol, su cielo, sus árboles y flores...” Panamá es pequeño en tamaño, pero cuenta con la cultura milenaria de sus valerosos pueblos indígenas, de sus compatriotas que no están dispuestos a que se mancille una vez más la soberanía de la nación por un presidente desubicado en la historia.
El presidente norteamericano seguirá con sus amenazas y su política arbitraria de gobernar, pero nuestras autoridades tienen que saber lidiar con esa actitud arrogante, poniendo siempre primero los intereses del pueblo, pero sobre todo su soberanía e independencia que no se puede negociar con el pretexto de ninguna justificación.
No obstante, estos momentos de tensión deben servir también a los administradores del Canal rectificar sus actitudes en cuanto a sus emolumentos que contrastan con la realidad económica del resto de la población. El Canal no fue una dádiva del gobierno norteamericano sino un bien ganado a través de las luchas de sus compatriotas para el beneficio de todos y no para que un sector de la población se beneficie más. Solo de esta manera podremos cantar como escribió Changmarín en Los versos del pueblo: “Que toda la patria cante/la jornada magistral/de la lucha desigual/de aquella noche de enero/y que grite el pueblo entero: que se vayan del Canal”.
Las migraciones irregulares son producto de las malas políticas de los gobiernos que, por descuidar aspectos sociales, económicos y de una calidad de vida muy desigual, sus ciudadanos optan por viajar a otros lugares. Estas son las principales razones por las cuales los migrantes huyen mayoritariamente hacia Estados Unidos, creyendo que allá encontrarán el sueño americano, y durante el camino son vulnerables a trata de personas. Al no encontrar una oportunidad justa en sus países, prefieren salir llevando a sus hijos o abandonarlos, sabiendo de antemano que los retos que tienen por delante no van a ser fáciles de superar.
Uno de los lugares adonde llegan los migrantes es por la parte oriental de la comarca Guna Yala, en la frontera con Colombia, específicamente en la comunidad de Puerto Obaldía, que forma parte del circuito 10-2 y es uno de los cuatro corregimientos de esa comarca.
El año pasado, 2024, hubo mayor movilización de migrantes que llegaron a Puerto Obaldía procedentes de Venezuela, Cuba, Colombia, Haití, China, y de otros países, causando problemas de hacinamiento para los habitantes de Puerto Obaldía y de su comunidad vecina, Armila, para después adentrarse en la peligrosa selva del tapón del Darién. Las escenas de familias que llegaban con sus hijos menores, mujeres embarazadas y sus pocos enseres que llevaban consigo para sobrevivir, denotaban que sus gobiernos habían excluido a muchos de sus conciudadanos.
Lejos de llegar a su destino, ahora los migrantes se encuentran con las nuevas políticas del presidente de Estados Unidos, que tienen que regresar a sus países de origen en donde sus gobiernos no cambian o implementan una nueva forma de gobernar, de inclusión a los sectores más vulnerables. Todo lo contrario, estas políticas han reabierto más la brecha de desigualdad.
Para los migrantes, Panamá ha representado la ruta obligada de acceso hacia Norteamérica, emprendiendo las peligrosas travesías por las selvas de Darién, también se encuentran en una encrucijada del nuevo presidente norteamericano y de sus subalternos que no parecen conocer la historia de su propio país con relación al Canal de Panamá ni mucho menos las luchas de los mártires del 9 de enero de 1964, en donde los jóvenes panameños, llenos de coraje y dignidad, con el solo objetivo de defender el suelo patrio, perdieron sus vidas. Gracias a los jóvenes patriotas una sola bandera es izada en todo el territorio panameño. La estratégica posición geográfica de Panamá llama la atención del nuevo gobernante de Estados Unidos, que en su afán de apoderarse de su principal activo, utiliza las artimañas diplomáticas, de su poderío militar para amedrentar, apoderarse del Canal y establecer una base naval para extraditar a los indocumentados, y de esta manera, justificar su presencia militar como si Panamá, y otros países del mundo que amenaza con subirles los aranceles, fueran sus negocios personales.
El Panamá de Ascanio Arosemena, Urracá, de Victoriano Lorenzo, de la poetisa Hersilia Ramos de Argote, de los líderes indígenas, y de tantos otros, están llenos de historias de lucha que en sus acciones y poesías descansa la S acostada de la gran nación de América Central que une los dos continentes y mares.
En estos tiempos en que se pone en peligro la autonomía y la integridad de Panamá, es bueno destacar la valentía de Urracá y sus estrategias de alianza para convencer a sus enemigos,o la valentía de Ascanio Arosemena y de sus compañeros, que siendo estudiante defendió los colores del tricolor panameño que hoy recordamos sus hazañas; la resistencia de Victoriano Lorenzo para alcanzar las mejores condiciones para su gente; recordar con patriotismo los bienes de la naturaleza que inspiró a Hersilia Ramos de Argote: “Panamá es la patria mía, la tierra de mis amores, con sus mares y ríos, sus campos, su sol, su cielo, sus árboles y flores...” Panamá es pequeño en tamaño, pero cuenta con la cultura milenaria de sus valerosos pueblos indígenas, de sus compatriotas que no están dispuestos a que se mancille una vez más la soberanía de la nación por un presidente desubicado en la historia.
El presidente norteamericano seguirá con sus amenazas y su política arbitraria de gobernar, pero nuestras autoridades tienen que saber lidiar con esa actitud arrogante, poniendo siempre primero los intereses del pueblo, pero sobre todo su soberanía e independencia que no se puede negociar con el pretexto de ninguna justificación.
No obstante, estos momentos de tensión deben servir también a los administradores del Canal rectificar sus actitudes en cuanto a sus emolumentos que contrastan con la realidad económica del resto de la población. El Canal no fue una dádiva del gobierno norteamericano sino un bien ganado a través de las luchas de sus compatriotas para el beneficio de todos y no para que un sector de la población se beneficie más. Solo de esta manera podremos cantar como escribió Changmarín en Los versos del pueblo: “Que toda la patria cante/la jornada magistral/de la lucha desigual/de aquella noche de enero/y que grite el pueblo entero: que se vayan del Canal”.