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De comisiones parlamentarias

Actualizado
  • 17/07/2024 23:00
Creado
  • 17/07/2024 13:05

Las comisiones permanentes tienen una importancia vital en el proceso legislativo, allí se da el primer debate

Con algo de injusticia, algunos critican que los diputados solo trabajan cuatro horas al día y de lunes a jueves y, además, tienen cuatro meses de vacaciones al año. Eso no es del todo, así, ni para todos.

La realidad es que el trabajo parlamentario, responsable y comprometidamente asumido puede ser muy intenso y de largas horas de trabajo. Ejemplos de vagos legislativos hay, pero, también, de diputados y diputadas muy dedicados.

Las sesiones plenarias son en las tardes. Durante las mañanas se reúnen las comisiones permanentes y, luego, en medio de esas reuniones los diputados deben desarrollar el trabajo de leer, documentarse y prepararse para los debates. También, trabajar con sus equipos para estudiar los anteproyectos y proyectos de ley presentados y elaborar los propios.

Además, cumplir con escuchar a los grupos y/o personas interesadas y conocedoras de las materias que se discuten.

La Constitución da un marco claro a los diputados, señala en interés de quién actúan y a quién representan. “Los diputados actuarán en interés de la nación” y “representan a sus partidos políticos y a los electores de su circuito electoral”.

Las comisiones permanentes tienen una importancia vital en el proceso legislativo, allí se da el primer debate. Están compuestas por nueve diputados (salvo la de Presupuesto con quince), tienen sus propios equipos de secretaría y asesores para cumplir con sus funciones, establecidas en el reglamento.

Al inicio de cada periodo legislativo, como se elige una nueva junta directiva, se conforman los nuevos miembros de cada comisión.

Aunque existen pro y contra, siendo la Asamblea Nacional el órgano más representativo del Estado, permite la adecuación a la realidad política cambiante. Por el lado de los contras, se detiene el proceso legislativo por semanas al inicio de cada periodo (ejemplo, ya van 18 días del mes de julio y todavía no se ha constituido ninguna comisión permanente). Este procedimiento bien podría adelantarse durante los meses de receso.

Algo importante de señalar y desconocido es que todos los diputados tienen derecho a participar en las sesiones de las comisiones, aunque no sean miembros plenos. Todo diputado tiene derecho a voz (en las mismas condiciones de los miembros), no tienen derecho a voto, pero, lo podrán ejercer en el pleno cuando el proyecto de ley pase a segundo y tercer debate. Por lo tanto, no ser electo miembro de una comisión no impide su participación en las comisiones de su interés. Recuerdo que el legendario diputado, Jacobo Salas, nunca fue miembro de la Comisión de Presupuesto, sin embargo, era el más puntal, el que más participaba y un referente en la mayoría de las discusiones.

Cabe recordar que incluso, siendo rechazado en primer debate, la Constitución y el reglamento establecen que podrá ser discutido en segundo debate un proyecto si un miembro lo solicita y el pleno lo aprueba.

Algo que no siempre fue así y que conviene enmendar es que los jueves las sesiones del pleno se hacen las mañanas, en la práctica esto ha reducido las sesiones de comisiones; sería conveniente devolver las sesiones de los jueves a las tardes, para contar con las mañanas de los jueves para sesiones de comisiones permanentes. Y al no programar sesiones los viernes, permite que los diputados que no tienen su residencia en la capital viajen.

Acudir a las sesiones y estar preparado es trabajo principal de un diputado. Se le atribuye al también legendario diputado de Herrera, Arnulfo Escalona Ríos, haber dicho que para ser buen diputado se necesitaban dos atributos, leer mucho y buenas posaderas, para sentarse a escuchar con atención los argumentos de los demás.

El Reglamento Orgánico del Régimen Interno de la Asamblea Nacional tiene normas desconocidas o inaplicadas, que bien utilizadas servirían para llevar adelante el proceso de adecuarlo con modernidad a procesos legislativos transparentes, eficientes, expeditos y de profunda sustancia. No hay que olvidar que el poder de legislar es muy grande y requiere ética y seriedad.

El autor es abogado