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Consejos para un buen gobernante (Parte II)

Actualizado
  • 20/06/2024 23:00
Creado
  • 20/06/2024 11:15

Un líder ético toma decisiones basadas en principios morales sólidos y se mantiene fiel a sus valores incluso en tiempos difíciles

Todos sabemos que en un mundo cada vez más complejo y desafiante, la necesidad de líderes políticos capaces y éticos se vuelve cada vez más crucial. En este siglo, un buen gobernante debe poseer una combinación única de habilidades y cualidades para navegar con éxito los desafíos de la era moderna. Podemos mencionar algunas de esas cualidades que requerimos se perfilen en el nuevo gobierno y se haga el esfuerzo por concretar.

Un buen gobernante debe tener una visión clara para su país o región, con objetivos y metas bien definidos. Debe ser capaz de inspirar y motivar a la población, comunicando efectivamente su visión y liderando con el ejemplo. Un líder visionario es capaz de anticipar los desafíos futuros y preparar a su nación para enfrentarlos.

Por otro lado, la integridad y la ética son fundamentales para un buen gobernante. Debe ser honesto, transparente y rendir cuentas a sus ciudadanos. Un líder ético toma decisiones basadas en principios morales sólidos y se mantiene fiel a sus valores incluso en tiempos difíciles. La corrupción y el abuso de poder no tienen lugar en un buen gobierno. Y este tema es muy importante para el país, porque la corrupción permea todas las esferas, ya sean públicas, privadas y en la unidad básica de la sociedad, que es la familia. Aún no se ha tomado el toro por las astas, es decir, enfrentar la situación sin mayor dilación o vacilación

La corrupción ocupa un sitial en los índices de los temas que preocupan a panameñas y panameños, y que ha tenido un impacto significativo en el país. Estamos en el ranking 101 de 180 países en el índice de percepción de la corrupción. Y tenemos puntos bajos en desempeño de justicia y cultura ética.

La misma ha significado, entre otros daños, pérdida económica, desconfianza, débil acceso a la justicia, hartazgo y apatía. Y urge hacer algo muy profundo como país para minimizarla y erradicarla, por lo menos, de la gestión de gobierno.

Un buen gobernante también debe tener empatía y compasión por su pueblo. En Panamá existen cordones de pobreza muy marcados y la gente sufre de muchos males. Entender las necesidades, preocupaciones y aspiraciones de los ciudadanos de todos los estratos sociales. Un líder compasivo escucha atentamente, muestra empatía y trabaja para mejorar la calidad de vida de todos los miembros de la sociedad.

En el siglo XXI, ningún país puede prosperar en aislamiento, es por ello por lo que el gobernante debe ser capaz de colaborar efectivamente con otros líderes y naciones para abordar desafíos globales como el cambio climático, la seguridad internacional, desplazamientos migratorios y el desarrollo sostenible. La cooperación internacional es clave para el progreso y la estabilidad mundial

En resumidas cuentas, un buen gobernante, y más en este siglo, debe ser un visionario con integridad, un líder compasivo, un innovador adaptable y un colaborador internacional efectivo. Estas cualidades son esenciales para navegar con éxito los complejos desafíos de la era moderna y guiar a su nación hacia un futuro próspero y sostenible. Toca a los ciudadanos exigir y apoyar a líderes que encarnen estos valores, ya que un buen gobierno es fundamental para el bienestar y el progreso de toda la sociedad y fundamental para el sostenimiento de la democracia.

La autora es docente universitaria y miembro de la SGIP