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Cien años de lucha en defensa de la autonomía del pueblo guna

Actualizado
  • 15/03/2025 00:00
Creado
  • 13/03/2025 23:09

Febrero es tiempo de verano, pero para el pueblo guna, aparte de ser arinii, mes de la iguana, también es la gran conmemoración de las luchas de sus ancestros, que la fecha exacta es el 21 de febrero, para conmemorar el centenario de lo que se denominó la rebelión del pueblo guna. A través de las diferentes redes sociales que han creado algunos cibernautas y organizaciones invaden informaciones sobre los acontecimientos sangrientos que ocurrieron en aquellas fechas, y que los diferentes medios de comunicación del país también han reportado. En muchas comunidades de Gunayala se están llevando a cabo una serie de actividades, ya sea exposiciones, charlas, desfiles, eventos culturales, danzas tradicionales, recitales poéticos y demás, para recordar las luchas de aquellos tiempos. De igual manera, en la ciudad de Panamá se están realizando actividades similares en diferentes lugares. Los caciques han participado tanto en eventos nacionales e internacionales para exponer y exigir no solamente la autonomía territorial, sino también alzando la voz por la libre determinación social, política y económica.

La profesora Gumercinda Páez y una de las primeras mujeres diputadas de la Asamblea Nacional de Diputados por la provincia de Panamá (1946), escribió su tesis (1941): Los indios de San Blas y la rebelión indígena del año 1925; el historiador Francisco Herrera también ha escrito sobre el tema, al igual que los historiadores colombianos han dilucidado muchas dudas que actualmente todavía existen. Muchos de ellos han esbozado sobre el devenir histórico de esta parte de la comarca y creo que sus aportes son cruciales para poder comprender lo que ocurrió hace cien años. No obstante, no se puede malinterpretar que la historia guna data solo de hace cien años, sino desde muchos siglos antes, y para comprender y exponer mejor es importante que las fuentes orales estén apoyadas de los documentos existentes de la época, ya sean fuentes de hemerotecas, revistas y de los libros que han escrito los mismos personajes que convivieron en aquellos tiempos de lucha.

Gracias a estas publicaciones, muchos jóvenes, gunas o no, están aprendiendo sobre las luchas que libraron los líderes originarios, porque anteriormente por falta de conocimiento y el alcance de las plataformas digitales desconocían totalmente esta parte de la historia del país, ya que en las escuelas tampoco habían escuchado sobre eso.

Recientemente, la alcaldesa de Arraiján, Stefany Peñalba, junto con las autoridades de la comarca, ha tenido la iniciativa de enarbolar la bandera esvástica en el Mirador de las Américas de la ciudad de Panamá, que significó las luchas de los combatientes de 1925, pero que después de unos días fue vandalizada y hasta la fecha no se sabe de los responsables de este atentado a uno de los símbolos del pueblo guna. Aplaudimos también la iniciativa de la alcaldesa por tener en su agenda presentar de manera formal a la Asamblea de Diputados el proyecto de Desfile de las Mil Molas, que es otro de los símbolos que prevaleció como la vestimenta tradicional de las mujeres, quienes en tiempos de lucha también jugaron un papel primordial.

¿Cuál es la mejor forma de conmemorar estas luchas? ¿Qué se ha logrado hasta ahora? ¿Se está realizando lo suficiente para rescatar esta parte de la historia? ¿Está siendo respetado a cabalidad aquel tratado de paz que se firmó en El Porvenir el 4 de marzo de 1925 de parte del gobierno? ¿Cuál es la diligencia que se está llevando a cabo de parte de las autoridades comarcales para que esta memoria histórica pueda ser incluida en los textos de historia? ¿Hasta dónde llegan los esfuerzos de la Dirección Nacional de Educación Bilingüe Intercultural para los fines por los cuales se ha creado? Estas son algunas preguntas que yo he recabado durante mis conversaciones con camaradas preocupados sobre la importancia y el significado de estas conmemoraciones para que en el futuro este legado no se pierda.

Uno de los hechos que se ha descartado a través de las investigaciones es cuando al principio los escritores panameños afirmaron que los líderes gunas no quisieron aceptar la educación en toda la comarca, pero que gracias a los primeros gobernantes del país, actualmente muchos de sus habitantes son profesionales en distintas ramas del conocimiento. Puedo afirmar que es todo lo contrario, ningún dirigente iba a aceptar la educación occidental sin tener cultura, identidad, dignidad y, sobre todo, vivir sin tierra. Para los líderes no solamente bastaba que los jóvenes asistieran a la escuela y que aprendieran los contenidos que se imparten, sino que de ninguna manera la educación podía aislar de su cultura e identidad a la juventud, porque tenían que sentirse orgullosos e identificados hacia ella.

El pueblo guna conmemora los 100 años de aquella gesta revolucionaria y con ello también recordamos a todos sus personajes ilustres. Ojalá que, en la conmemoración del bicentenario, la próxima generación celebre con el mismo ímpetu, fuerza y vehemencia las gloriosas conquistas de sus ancestros, y que las bibliotecas sigan siendo espacios seguros para guardar el legado y la memoria histórica de los pueblos del mundo.