Carta de un asegurado
- 07/12/2024 00:00
- 06/12/2024 19:16
La crisis del Seguro Social es un tema de vieja data. Ciertamente, el estado de crisis por el tema del plan de invalidez vejez y muerte así lo demuestra. Sin embargo, a título personal, considero que la solución que está buscando el Ejecutivo de manera disfrazada para asignar a la banca privada estos fondos para su manejo en un rol mixto no es el correcto. Y analizaremos por qué.
El plan solidario que es el que ha sustentado la base de esta institución asignándole fondos de otros asegurados que cotizaron y que robustecen los fondos de este programa se han visto afectados, única y exclusivamente, por el dejo en la labor de fiscalización a los empresarios. Igualmente, la manzana de discordia se ha podrido por la mala fe del sector empresarial, y hablo de algunos por no cumplir con la cuota obrero patronal. Y en algunos casos disfrazar todo servicio prestado por el empleado con el denominado servicio profesional. No pararía de hablar y citar las malas prácticas hechas por algunos empresarios.
Como docente y como ciudadano panameño, también tengo que hablar del enorme gasto social que involucra la planilla estatal. Sin duda, el Gobierno y el Estado tienen una misión titánica que se debe de alejar de todo indicio de la mano negra de la política. El Seguro Social en una institución garante de la salud, pero igualmente del bienestar de la población que ha trabajado toda una vida prestando servicios, ya sea el Estado o el sector privado. No considero que sea una buena decisión que la banca juegue con esos dineros y menos que los administre.
Quizás estoy especulando, pero es mejor evitar que se cometan los errores por no saber tomar una decisión correcta. Se debería hablar de otros temas, por ejemplo, las jubilaciones especiales de algunos funcionarios que creo que deben de dar su gota de sacrificio para que esos fondos reviertan en beneficio de otros asegurados. Claro está, estamos hablando de esa solidaridad que involucra el lema de la seguridad social.
Al respecto de incrementar las cuotas y los años de jubilación, estoy de acuerdo en que tenía que ocurrir. Pero no estoy de acuerdo en que esta decisión se tome apresuradamente. Lo digo por la campaña publicitaria que esconde un trasfondo y que ha sido realmente llamativa en los primeros días de gobierno. Estoy en desacuerdo de emplear o favorecer a migrantes en empleos que deben ser para panameños, desgastando aún más los fondos del Seguro. Algunos no cotizan en el Seguro ni siquiera, y peor aún, tienen más oportunidades en los empleos que los nacionales, ya que las trasnacionales se ahorran buena cantidad de dinero que debería proteger los riesgos profesionales de los migrantes en sus trabajos. Esto desgasta las arcas del Seguro. Igualmente, esto involucra otro interesante renglón que es el emprendimiento que debe favorecer al nacional y no exigir tantos requisitos, y que solo favorece al dueño del capital. Pero es lógico que el Estado no reconozca que hay una educación para dos mundos diferentes. Ese debe ser el tema por discutir para futuros gobernantes.