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Arancel

  • 10/04/2025 00:00

En el caso particular de Panamá, el anuncio mundial del aumento de los aranceles de Estados Unidos, pareciera no tener tanto impacto por la existencia del TPC

Este vocablo de cuatro consonantes está sonando en todas partes del mundo y en todos los idiomas, pero lo que muchos ignoran son las repercusiones económicas que su aplicación conlleva.

Los aranceles existen desde tiempos antiguos y actualmente son utilizados por gobiernos de países de todo el planeta como una forma de recaudación de impuestos que manejada prudentemente produce beneficios económicos sostenibles a la humanidad.

El desarrollo comercial ha permitido escalar a niveles supremos, logrando aumentar los niveles de prosperidad de la población mundial y los aranceles impuestos a la importación de mercaderías han jugado un papel muy importante que se traducen en el incremento de la producción de bienes de toda naturaleza si se manejan con la debida ecuanimidad.

Ahora bien, el arancel que no es otra cosa que gravar con una tarifa a la importación de cada uno de los productos clasificados con un código arancelario, se puede utilizar como un instrumento de recaudación, por una parte, pero que también se puede utilizar como un instrumento de protección a la producción nacional contra la importación extranjera.

En el caso particular de Panamá, el anuncio mundial del aumento de los aranceles que ahora proclama y establecen los Estados Unidos, pareciera no tener tanto impacto, tomando en cuenta que el volumen de nuestras exportaciones a esa nación del norte son relativamente bajas y además la existencia de un Tratado de Promoción Comercial entre Panamá y el país norteño, anula el efecto impositivo en la aplicación de esa medida.

En lo que si realmente se afecta Panamá, y al mundo entero es que el incremento de aranceles indiscriminadamente, se traduce y produce una recesión que afectará el comercio internacional de bienes tan básicos como los alimentos y medicamentos indispensables para el consumo de la población mundial y particularmente al propio país proclamador del aumento de los aranceles. Así mismo, la producción de bienes materiales disminuirá considerablemente, dado que el inminente aumento de precios conlleva y conduce a la pérdida de atractivo para su compra y utilización en proyectos y procesos de producción, lo cual significa eliminación de mano de obra, productos más caros, inestabilidad política y comercial, pero todavía no será el fin del mundo. Seguiremos avanzando.