3 de noviembre de 1903 y sus consecuencias
- 22/11/2024 00:00
- 21/11/2024 19:26
Los istmeños, a 121 años de anunciar nuestra separación política de Colombia, estamos en deuda con estos postulados. El 3 de noviembre de 1903 hubo voluntad y unidad independentista... Los 3 de noviembre celebramos la asonada separatista del istmo de Panamá, al “revelarse, dejar ver, dar a conocer” las actividades conspirativas revolucionarias de los istmeños, para independizarse, políticamente, del gobierno centralista santafereño colombiano, en 1903.
Ese día, los istmeños arriamos los banderines partidistas e izamos, empuñamos, el pendón nacional como orientador de la futura República de Panamá, que se concreta el 13 de febrero de 1904, cuando los representantes del pueblo panameño, electos paritariamente por los dos partidos políticos, conservador y liberal, reunidos en convención nacional, aprueban, por unanimidad, constituirnos en nación independiente y soberana, regida por un gobierno republicano y democrático, bajo la dominación de República de Panamá.
“La Convención Nacional Constituyente se instaló el 15 de enero de 1904. Los triunviros de la Junta de Gobierno Provisional le dirigieron un mensaje, que contenía términos orientadores y a la vez admonitorios del tenor subsiguiente:
“Una Constitución, como su nombre lo indica, es la traducción en preceptos obligatorios del modo de ser, de las aspiraciones, de las costumbres y de los ideales políticos de un pueblo. Los pueblos no se moldean a la obra caprichosa de los ensayadores de sistemas, y el pretenderlo causa siempre graves y profundas perturbaciones, que a veces no se reparan, sino después de crueles y terribles pruebas” (en El Panamá América, Panamá, 20 de julio de 1937). Oscar Vargas Velarde, la Constitución Política de 1904 y el movimiento de reforma*
La Constitución Política de la República de Panamá fue sancionada el 15 de febrero de 1904 por la Junta Provisional de Gobierno Provisional, que había tomado posesión en la noche del 3 de noviembre de 1903, manifestando:
“Aspiramos a la fundación de una República verdadera, donde impere la tolerancia, en donde las leyes sean normas invariables de gobernantes y gobernados, en donde se establezca la paz efectiva que consiste en el juego libre y armónico de todos los intereses y de todas las actividades y, en donde, en suma, encuentren perpetuo asiento la civilización y el progreso” (José Agustín Arango, presidente, Federico Boyd y Tomás Arias)
Los istmeños, a 121 años de anunciar nuestra separación política de Colombia, estamos en deuda con estos postulados.
El 3 de noviembre de 1903 hubo voluntad y unidad independentista...
¿Cómo actuamos ahora? Basta de excusas... basta de evasivas... basta de pretextos... ¡A cumplir se ha dicho...!
¡Viva el mes de la matria panameña..!
Los 3 de noviembre celebramos la asonada separatista del istmo de Panamá, al “revelarse, dejar ver, dar a conocer” las actividades conspirativas revolucionarias de los istmeños, para independizarse, políticamente, del gobierno centralista santafereño colombiano, en 1903.
Ese día, los istmeños arriamos los banderines partidistas e izamos, empuñamos, el pendón nacional como orientador de la futura República de Panamá, que se concreta el 13 de febrero de 1904, cuando los representantes del pueblo panameño, electos paritariamente por los dos partidos políticos, conservador y liberal, reunidos en convención nacional, aprueban, por unanimidad, constituirnos en nación independiente y soberana, regida por un gobierno republicano y democrático, bajo la dominación de República de Panamá.
“La Convención Nacional Constituyente se instaló el 15 de enero de 1904. Los triunviros de la Junta de Gobierno Provisional le dirigieron un mensaje, que contenía términos orientadores y a la vez admonitorios del tenor subsiguiente:
“Una Constitución, como su nombre lo indica, es la traducción en preceptos obligatorios del modo de ser, de las aspiraciones, de las costumbres y de los ideales políticos de un pueblo. Los pueblos no se moldean a la obra caprichosa de los ensayadores de sistemas, y el pretenderlo causa siempre graves y profundas perturbaciones, que a veces no se reparan, sino después de crueles y terribles pruebas” (en El Panamá América, Panamá, 20 de julio de 1937). Oscar Vargas Velarde, la Constitución Política de 1904 y el movimiento de reforma*
La Constitución Política de la República de Panamá fue sancionada el 15 de febrero de 1904 por la Junta Provisional de Gobierno Provisional, que había tomado posesión en la noche del 3 de noviembre de 1903, manifestando:
“Aspiramos a la fundación de una República verdadera, donde impere la tolerancia, en donde las leyes sean normas invariables de gobernantes y gobernados, en donde se establezca la paz efectiva que consiste en el juego libre y armónico de todos los intereses y de todas las actividades y, en donde, en suma, encuentren perpetuo asiento la civilización y el progreso” (José Agustín Arango, presidente, Federico Boyd y Tomás Arias)
Los istmeños, a 121 años de anunciar nuestra separación política de Colombia, estamos en deuda con estos postulados.
El 3 de noviembre de 1903 hubo voluntad y unidad independentista...
¿Cómo actuamos ahora? Basta de excusas... basta de evasivas... basta de pretextos... ¡A cumplir se ha dicho...!
¡Viva el mes de la matria panameña..!