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‘The Economist’ reseña los cuestionamientos al Parlacen

La sede principal del Parlacen se encuentra en Guatemala. Tomada de redes
Actualizado
  • 25/11/2024 00:00
Creado
  • 24/11/2024 19:19

Según The Economist, historias como de ex gobernantes ahora como diputados del Parlacen, ayudan a hacer caso de que esas instituciones sirven más a los políticos que a la gente

El semanario The Economist en una de sus publicaciones, ha hecho referencia a cómo el Parlamento Centroamericano (Parlacen) del cual también forma parte Panamá, se ha convertido en un espacio de “impunidad, nepotismo y despilfarro”, según un congresista guatemalteco, por el cual políticos centroamericanos que son acusados de corrupción, han podido retrasar ser enjuiciados.

Destaca la publicación que el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, lamentó incluso no poder firmar un decreto para sacar al país de este organismo regional.

La publicación hace referencia al expresidente Juan Carlos Varela y detalla que este se negó a tomar su asiento en Parlacen cuando dejó el cargo en 2019. Después, a medida que se desarrolló el escándalo de corrupción de Odebrecht, el Departamento de Estado de los Estados Unidos prohibió al expresidente entrar en los Estados Unidos, acusándolo de aceptar sobornos.

En 2024, con su juicio programado en Panamá, Varela cambió de opinión sobre el Parlacen y tomó un escaño. Su caso ahora debe ser transferido a la Corte Suprema de Panamá. Varela niega las irregularidades.

“La inmunidad de enjuiciamiento en tribunales inferiores que ofrece Parlacen significa que un caso que debería tomar dos años puede durar diez años”, sostuvo Alonso Illueca, profesor e investigador asociado de Derecho Internacional Público y Derechos Humanos en la Universidad Santa María la Antigua, citado por The Economist.

Explica el medio que aunque los políticos en la campaña denuncian el desperdicio en pagos de salario a diputados del Parlacen y la impunidad, pueden valorar en secreto su protección.

En 2020, el presidente saliente de Guatemala, Jimmy Morales, que había sido acusado de financiación ilícita de campañas (que él niega), tuvo que prestar juramento en un hotel después de que los manifestantes entraran en la sede de Parlacen en la Ciudad de Guatemala.

Recuerdan de igual manera, al sucesor de Morales, el también ex mandatario guatemalteco Alejandro Giammattei, de quien afirman prometió sacar a Guatemala del Parlacen, solo para buscar su protección cuando esté bajo investigación en enero de 2024, justo cuando terminaba su mandato.

Mencionan también que el expresidente de Panamá (2009-2014), Ricardo Martinelli, una vez llamó al Parlacen una “cueva de ladrones” e intentó retirar a Panamá del organismo.

No obstante, después de que terminó su mandato, tomó su asiento mientras estaba bajo investigación por corrupción. Ha pasado la mayor parte de 2024 en la embajada de Nicaragua en la ciudad de Panamá, habiendo recibido una sentencia de diez años por blanqueo de dinero, relata The Economist. Tanto Martinelli y Giammattei, niegan las irregularidades.

El Parlacen también se ha estado acomodando a los regímenes autoritarios. En los últimos dos años, los diputados han votado para otorgar a Rusia y China el estatus de observador permanente, este último reemplazando a Taiwán. Ambos países utilizan este estatus para impulsar la posición de su aliado autoritario, Nicaragua, según Illueca, especialista en derecho internacional. China también lo utiliza para forjar vínculos diplomáticos con Guatemala, que mantiene vínculos oficiales con Taipei, reseñó The Economist.