Macron descarta su renuncia tras caída de Gobierno de Francia
- 06/12/2024 00:00
- 05/12/2024 19:53
La caída del primer ministro fue provocada por el rechazo de su presupuesto para 2025, que incluía medidas de austeridad que él consideraba indispensables para estabilizar las finanzas El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció el jueves que nombrará “en los próximos días” un primer ministro para sustituir a Michel Barnier, destituido por el Parlamento, al tiempo que descartó renunciar y acusó a “la ultraderecha y la ultraizquierda” de haberse unido para sembrar el “desorden”.
El próximo primer ministro tendrá por misión “formar un gobierno de interés general que represente a todas las fuerzas políticas de un arco de gobierno que pueda participar en él o, al menos, que se comprometa a no censurarlo”, explicó el mandatario de centroderecha.
“El mandato que ustedes me confiaron democráticamente es un mandato de 5 años y lo ejerceré cabalmente hasta el final”, en 2027, subrayó, en momentos en que se multiplican los llamamientos para que dimita.
Macron afirmó que el conservador Barnier cayó porque “la ultraderecha y la ultraizquierda se unieron” en un “frente antirrepublicano” para provocar la caída del conservador Barnier y sembrar “el desorden”.
Barnier presentó formalmente el jueves su renuncia a Macron, como consecuencia de la aprobación de la moción de censura en su contra propuesta por la izquierda radical y apoyada por el partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen.
El líder del partido de izquierda radical La Francia Insumisa (LFI), Jean-Luc Mélenchon, afirmó poco después del discurso televisado que Macron “es la causa del problema” y que “partirá por la fuerza de los hechos”.
Crisis política “Callejón sin salida”, “círculo vicioso”: la preocupación y el hastío son evidentes entre los franceses entrevistados por AFP, cuando el país está de nuevo sin gobierno.
Francia ya estuvo sin gobierno varias semanas tras las elecciones legislativas anticipadas de julio, que dejaron una Asamblea Nacional (cámara baja) sin mayorías claras y dividida en tres bloques irreconciliables: izquierda, centroderecha y extrema derecha.
La caída de Barnier fue provocada por el rechazo de su presupuesto para 2025, que incluía medidas de austeridad que él consideraba indispensables para estabilizar las finanzas.
La moción de censura frenó todo el plan financiero del Ejecutivo y condujo a la renovación automática del actual presupuesto para el próximo año.
Los mercados estaban en cambio en calma, con la Bolsa de París en ligero ascenso y el rendimiento de los bonos del gobierno francés con tendencia a la baja.
La agencia de calificación financiera Moody’s advirtió que la caída de Barnier “profundiza el estancamiento político” y “reduce la posibilidad de consolidar las finanzas públicas”.
Rompecabezas De momento no hay indicios de cuánto tardará Macron en designar al sucesor de Barnier o cuál será su orientación política.
Entre los candidatos mencionados figuran el líder centrista François Bayrou, el ministro de Defensa, Sebastien Lecornu, y el ex primer ministro socialista Bernard Cazeneuve.
Tanto la izquierda como el centro o la derecha parecen lejos de entenderse sobre un nuevo gobierno de coalición.
Para los centristas y la derecha, trabajar con los socialistas y ecologistas implica que estos últimos se distancien de LFI, con la cual forman el Nuevo Frente Popular (NFP), primera fuerza en la Asamblea.
LFI advirtió que su formación censuraría cualquier primer ministro que no saliese de la alianza de izquierda.
Pero la izquierda radical reclama sobre todo la dimisión del jefe del Estado y unas elecciones “presidenciales anticipadas”.
Socialistas y ecologistas, por su parte, se dicen dispuestos a hacer compromisos con el bloque central, que se comprometería, a cambio, a no censurar un gobierno de izquierda.
La extrema derecha, que tiene un rol de árbitro y precipitó la censura de Barnier, asegura que dejará “trabajar” al futuro jefe del gobierno para “reconstruir un presupuesto aceptable para todos”.
Este clima de incertidumbre en Francia se da antes de la reapertura el sábado de la catedral de Notre Dame, reconstruida tras el incendio de 2019. Entre los invitados internacionales al evento figuran el presidente electo estadounidense Donald Trump.
El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció el jueves que nombrará “en los próximos días” un primer ministro para sustituir a Michel Barnier, destituido por el Parlamento, al tiempo que descartó renunciar y acusó a “la ultraderecha y la ultraizquierda” de haberse unido para sembrar el “desorden”.
El próximo primer ministro tendrá por misión “formar un gobierno de interés general que represente a todas las fuerzas políticas de un arco de gobierno que pueda participar en él o, al menos, que se comprometa a no censurarlo”, explicó el mandatario de centroderecha.
“El mandato que ustedes me confiaron democráticamente es un mandato de 5 años y lo ejerceré cabalmente hasta el final”, en 2027, subrayó, en momentos en que se multiplican los llamamientos para que dimita.
Macron afirmó que el conservador Barnier cayó porque “la ultraderecha y la ultraizquierda se unieron” en un “frente antirrepublicano” para provocar la caída del conservador Barnier y sembrar “el desorden”.
Barnier presentó formalmente el jueves su renuncia a Macron, como consecuencia de la aprobación de la moción de censura en su contra propuesta por la izquierda radical y apoyada por el partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen.
El líder del partido de izquierda radical La Francia Insumisa (LFI), Jean-Luc Mélenchon, afirmó poco después del discurso televisado que Macron “es la causa del problema” y que “partirá por la fuerza de los hechos”.
“Callejón sin salida”, “círculo vicioso”: la preocupación y el hastío son evidentes entre los franceses entrevistados por AFP, cuando el país está de nuevo sin gobierno.
Francia ya estuvo sin gobierno varias semanas tras las elecciones legislativas anticipadas de julio, que dejaron una Asamblea Nacional (cámara baja) sin mayorías claras y dividida en tres bloques irreconciliables: izquierda, centroderecha y extrema derecha.
La caída de Barnier fue provocada por el rechazo de su presupuesto para 2025, que incluía medidas de austeridad que él consideraba indispensables para estabilizar las finanzas.
La moción de censura frenó todo el plan financiero del Ejecutivo y condujo a la renovación automática del actual presupuesto para el próximo año.
Los mercados estaban en cambio en calma, con la Bolsa de París en ligero ascenso y el rendimiento de los bonos del gobierno francés con tendencia a la baja.
La agencia de calificación financiera Moody’s advirtió que la caída de Barnier “profundiza el estancamiento político” y “reduce la posibilidad de consolidar las finanzas públicas”.
De momento no hay indicios de cuánto tardará Macron en designar al sucesor de Barnier o cuál será su orientación política.
Entre los candidatos mencionados figuran el líder centrista François Bayrou, el ministro de Defensa, Sebastien Lecornu, y el ex primer ministro socialista Bernard Cazeneuve.
Tanto la izquierda como el centro o la derecha parecen lejos de entenderse sobre un nuevo gobierno de coalición.
Para los centristas y la derecha, trabajar con los socialistas y ecologistas implica que estos últimos se distancien de LFI, con la cual forman el Nuevo Frente Popular (NFP), primera fuerza en la Asamblea.
LFI advirtió que su formación censuraría cualquier primer ministro que no saliese de la alianza de izquierda.
Pero la izquierda radical reclama sobre todo la dimisión del jefe del Estado y unas elecciones “presidenciales anticipadas”.
Socialistas y ecologistas, por su parte, se dicen dispuestos a hacer compromisos con el bloque central, que se comprometería, a cambio, a no censurar un gobierno de izquierda.
La extrema derecha, que tiene un rol de árbitro y precipitó la censura de Barnier, asegura que dejará “trabajar” al futuro jefe del gobierno para “reconstruir un presupuesto aceptable para todos”.
Este clima de incertidumbre en Francia se da antes de la reapertura el sábado de la catedral de Notre Dame, reconstruida tras el incendio de 2019. Entre los invitados internacionales al evento figuran el presidente electo estadounidense Donald Trump.