HRW alerta de condiciones de vida terribles en noreste de Siria, pide garantizar ayuda
- 12/12/2024 06:37
- 11/12/2024 19:08
La organización Human Rights Watch denunció que la población siria se enfrenta a falta de agua, refugio, alimentos y atención médica La organización Human Rights Watch (HRW) alertó este miércoles de condiciones de vida “terribles” en el noreste de Siria, al tiempo que hizo un llamado para que se garantice el paso de ayuda humanitaria.
“Todas las partes en el conflicto en Siria tienen la obligación de garantizar el flujo sin trabas de ayuda, el paso seguro de los civiles que huyen y la protección de quienes se quedan”, indicó la organización en un comunicado de prensa.
El documento detalló que los habitantes se enfrentan a falta de agua, refugio, alimentos y atención médica adecuada, así como que “la situación está exacerbando una crisis aguda y prolongada, con campamentos superpoblados e infraestructuras gravemente dañadas”.
El subdirector para Oriente Medio de HRW, Adam Coogle, citado en el comunicado, alertó que los intensos combates y el temor a las represalias por parte de grupos armados están haciendo que miles de civiles se desplacen a “zonas que no están preparadas para tal afluencia”.
“Dada la magnitud de la crisis, solo un esfuerzo internacional concertado para brindar apoyo a las autoridades locales y organismos humanitarios que operan en la región puede evitar una catástrofe humanitaria”, aseveró Coogle.
Las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada liderada por kurdosirios, perdió este miércoles el control de dos ciudades estratégicas en el norte y el este de Siria a manos de grupos rebeldes apoyados por Turquía, pese a que el principal grupo insurgente -Hayat Tahrir al Sham (HTS)- no lucha contra los kurdos.
El Mando de Operaciones Militares de los insurgentes, que aglutina a una decena de grupos armados que han luchado para derrocar al presidente sirio Bachar al Asad, afirmó en un comunicado en su cuenta de Telegram que las fuerzas rebeldes “han tomado el control por completo de la ciudad de Deir al Zur”, antes a manos de las FSD.
Esta alianza islamista está compuesta por grupos armados de distinto signo, como HTS -su principal componente- o el Ejército Nacional Sirio (SNA), un grupo entrenado y financiado por Turquía que antes de la caída de al Asad limitaba sus actuaciones en zonas fronterizas del norte y contra las fuerzas kurdas.
HRW indicó hoy que “ha descubierto que las facciones del SNA y otros grupos, incluidos miembros de las fuerzas armadas turcas y agencias de inteligencia, han secuestrado, arrestado ilegalmente y detenido ilegalmente a personas, incluidos niños; han cometido violencia sexual y tortura con poca rendición de cuentas; y han participado en saqueos, robo de tierras y viviendas y extorsión”.
Nuevo gobierno sirio Ahmed al Charaa, el líder de la coalición insurgente que derrocó al depuesto presidente sirio Bachar al Asad y conocido con el nombre de guerra de Abu Mohamed al Jolani, afirmó este miércoles desde Damasco que los rebeldes han logrado “reunificar a los sirios” ante las amenazas de “división” del país.
“Fue una batalla histórica, en la que salvamos a Siria y a toda la región de un peligro estratégico (...) de una amenaza contra su existencia. Siria estaba en riesgo de división (...) Logramos reunificar a los sirios”, dijo al Charaa en un discurso desde la mezquita Imam Shafie de Damasco.
El líder de la alianza islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS, o Organismo de Liberación del Levante), heredera de la exfilial de Al Qaeda en Siria, se ha erigido como la principal figura de la vertiginosa ofensiva rebelde que en apenas dos semanas logró derrocar al régimen del depuesto Bachar al Asad, aferrado al poder durante 24 años.
La operación sorpresa, ante la que las fuerzas gubernamentales apenas opusieron resistencia, terminó una vez los rebeldes lograron capturar Damasco el pasado domingo y el presidente derrocado huyó a Moscú junto a su familia.
“Habéis visto que los combates fueron fáciles, pero estuvieron muy bien preparados. Dios estuvo de nuestro lado”, dijo Al Charaa, que aseguró que los insurgentes utilizaron armas “fabricadas localmente” que obtuvieron “con grandes esfuerzos”, como drones y cohetes de media distancia.
Asimismo, recordó que “no había ningún país que apoyara” la insurgencia, pese a que varias organizaciones y activistas apuntan a Turquía como el principal valedor de la oposición armada al Asad, a la que también entrenó y financió durante los años que estaba recluida en la provincia de Idlib.
“Pero teníamos toda la confianza en que íbamos a vencer”, aseguró el islamista, que afirmó que las intenciones de su grupo es “servir a la gente” y no a ningún partido o facción particular, en un momento en el que existen dudas sobre cómo se va a realizar la transición en Siria ante la presencia de múltiples grupos opositores.
Por esto, reiteró su llamado a “toda la gente desplazada” durante los 13 años de guerra en el país árabe para que regrese con la finalidad de “construir la nueva Siria”.
La organización Human Rights Watch (HRW) alertó este miércoles de condiciones de vida “terribles” en el noreste de Siria, al tiempo que hizo un llamado para que se garantice el paso de ayuda humanitaria.
“Todas las partes en el conflicto en Siria tienen la obligación de garantizar el flujo sin trabas de ayuda, el paso seguro de los civiles que huyen y la protección de quienes se quedan”, indicó la organización en un comunicado de prensa.
El documento detalló que los habitantes se enfrentan a falta de agua, refugio, alimentos y atención médica adecuada, así como que “la situación está exacerbando una crisis aguda y prolongada, con campamentos superpoblados e infraestructuras gravemente dañadas”.
El subdirector para Oriente Medio de HRW, Adam Coogle, citado en el comunicado, alertó que los intensos combates y el temor a las represalias por parte de grupos armados están haciendo que miles de civiles se desplacen a “zonas que no están preparadas para tal afluencia”.
“Dada la magnitud de la crisis, solo un esfuerzo internacional concertado para brindar apoyo a las autoridades locales y organismos humanitarios que operan en la región puede evitar una catástrofe humanitaria”, aseveró Coogle.
Las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada liderada por kurdosirios, perdió este miércoles el control de dos ciudades estratégicas en el norte y el este de Siria a manos de grupos rebeldes apoyados por Turquía, pese a que el principal grupo insurgente -Hayat Tahrir al Sham (HTS)- no lucha contra los kurdos.
El Mando de Operaciones Militares de los insurgentes, que aglutina a una decena de grupos armados que han luchado para derrocar al presidente sirio Bachar al Asad, afirmó en un comunicado en su cuenta de Telegram que las fuerzas rebeldes “han tomado el control por completo de la ciudad de Deir al Zur”, antes a manos de las FSD.
Esta alianza islamista está compuesta por grupos armados de distinto signo, como HTS -su principal componente- o el Ejército Nacional Sirio (SNA), un grupo entrenado y financiado por Turquía que antes de la caída de al Asad limitaba sus actuaciones en zonas fronterizas del norte y contra las fuerzas kurdas.
HRW indicó hoy que “ha descubierto que las facciones del SNA y otros grupos, incluidos miembros de las fuerzas armadas turcas y agencias de inteligencia, han secuestrado, arrestado ilegalmente y detenido ilegalmente a personas, incluidos niños; han cometido violencia sexual y tortura con poca rendición de cuentas; y han participado en saqueos, robo de tierras y viviendas y extorsión”.
Ahmed al Charaa, el líder de la coalición insurgente que derrocó al depuesto presidente sirio Bachar al Asad y conocido con el nombre de guerra de Abu Mohamed al Jolani, afirmó este miércoles desde Damasco que los rebeldes han logrado “reunificar a los sirios” ante las amenazas de “división” del país.
“Fue una batalla histórica, en la que salvamos a Siria y a toda la región de un peligro estratégico (...) de una amenaza contra su existencia. Siria estaba en riesgo de división (...) Logramos reunificar a los sirios”, dijo al Charaa en un discurso desde la mezquita Imam Shafie de Damasco.
El líder de la alianza islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS, o Organismo de Liberación del Levante), heredera de la exfilial de Al Qaeda en Siria, se ha erigido como la principal figura de la vertiginosa ofensiva rebelde que en apenas dos semanas logró derrocar al régimen del depuesto Bachar al Asad, aferrado al poder durante 24 años.
La operación sorpresa, ante la que las fuerzas gubernamentales apenas opusieron resistencia, terminó una vez los rebeldes lograron capturar Damasco el pasado domingo y el presidente derrocado huyó a Moscú junto a su familia.
“Habéis visto que los combates fueron fáciles, pero estuvieron muy bien preparados. Dios estuvo de nuestro lado”, dijo Al Charaa, que aseguró que los insurgentes utilizaron armas “fabricadas localmente” que obtuvieron “con grandes esfuerzos”, como drones y cohetes de media distancia.
Asimismo, recordó que “no había ningún país que apoyara” la insurgencia, pese a que varias organizaciones y activistas apuntan a Turquía como el principal valedor de la oposición armada al Asad, a la que también entrenó y financió durante los años que estaba recluida en la provincia de Idlib.
“Pero teníamos toda la confianza en que íbamos a vencer”, aseguró el islamista, que afirmó que las intenciones de su grupo es “servir a la gente” y no a ningún partido o facción particular, en un momento en el que existen dudas sobre cómo se va a realizar la transición en Siria ante la presencia de múltiples grupos opositores.
Por esto, reiteró su llamado a “toda la gente desplazada” durante los 13 años de guerra en el país árabe para que regrese con la finalidad de “construir la nueva Siria”.