Un palestino ondea una bandera blanca durante una protesta contra Hamas, exigiendo el fin del genocidio y la guerra con Israel, en Beit Lahia, al norte de la Franja de Gaza
AFP
El primer ministro de Israel reiteró su amenaza al grupo islamista con la anexión de la Franja, exigiendo la liberación de los rehenes en medio del aumento de su escalada militar
En una inusual manifestación de oposición a Hamás, cientos de palestinos protestaron el martes en Gaza, exigiendo el fin del genocidio, la guerra y el alivio de la crisis humanitaria.
Esta es la primera vez en el conflicto actual que se ve una protesta significativa contra el grupo islamista. Aunque el número de manifestantes no es grande, lo relevante es la presencia de voces críticas dentro de un territorio dominado por Hamás desde hace casi dos décadas. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha interpretado estas protestas como un éxito de la ofensiva israelí, y su ministro de Defensa, Israel Katz, ha instado a los palestinos a continuar con ellas.
Palestinos participan en una protesta contra Hamás, pidiendo el fin de la guerra con Israel, en Beit Lahia, en el norte de la Franja de Gaza, el 26 de marzo de 2025.
El gobierno de Hamás, que lidera Gaza, no está acostumbrado a ver este tipo de manifestaciones, especialmente después de la masacre del 7 de octubre de 2023. La situación se agrava con el alto número de muertos en Gaza y la creciente presión de Israel. La marcha en Beit Lahia, una de las zonas más afectadas por los bombardeos, mostró pancartas a favor del fin de la guerra y contra el grupo islamista, con consignas como “Fuera, fuera, fuera Hamás” y “Hamás, terrorista”.
Las protestas también se extendieron a otros lugares como los campos de refugiados de Yabalia y Beit Hanún, y en la ciudad de Gaza. La Autoridad Nacional Palestina (ANP), rival de Hamás, ha destacado estas manifestaciones como un rechazo a la guerra y las difíciles condiciones de vida en Gaza. Fatah, el grupo mayoritario de la ANP, ha instado a Hamás a retirarse del gobierno de Gaza y permitir que la ANP tome el control, argumentando que la presencia de Hamás es peligrosa para la causa palestina.
Exigencias a Hamás
Hamás, por su parte, ha evitado hacer comentarios sobre las protestas en su contra y ha centrado su respuesta en la situación de los rehenes, asegurando que están haciendo todo lo posible para mantener con vida a los cautivos, pero advirtiendo que los bombardeos indiscriminados de Israel ponen en peligro sus vidas. El grupo también acusó a Netanyahu de mentir a las familias de los prisioneros al afirmar que la acción militar podría salvar sus vidas.
A nivel internacional, existe un consenso generalizado, compartido por Israel y Estados Unidos, de que Hamás no debe formar parte del gobierno que gobierne Gaza tras la guerra. Los líderes de Hamás han señalado que están dispuestos a dejar el poder, pero tanto Netanyahu como su gabinete se oponen a que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) tenga algún papel en ese nuevo gobierno, cerrando así la puerta a una participación local. Algunos países árabes han propuesto un gobierno de tecnócratas con participación internacional.
Manifestantes marchan con pancartas en la ciudad de Gaza y el pueblo de Beit Lahia, en el norte del territorio, más de una semana después de que el ejército israelí reanudara su campaña de bombardeos tras casi dos meses de tregua.
Mientras tanto, Israel continúa extendiendo su control sobre territorios que había dejado durante la tregua, y ha intensificado sus amenazas. Netanyahu advirtió este miércoles que, si Hamás persiste en su negativa a liberar a los rehenes, aumentará la presión sobre ellos, lo que podría incluir la toma de más territorio. Esta amenaza de anexar el enclave fue reiterada días antes por el ministro de Defensa en relación a los rehenes que siguen en Gaza.
Durante el alto el fuego de dos meses, que comenzó el 19 de enero y terminó el 18 de marzo, se realizaron intercambios de rehenes por prisioneros palestinos según lo acordado. Sin embargo, Netanyahu interrumpió este proceso al no permitir el inicio de la segunda fase de la tregua, que contemplaba el regreso de todos los cautivos, la retirada de las tropas y el fin de la guerra.
Este enfoque fue elegido en lugar de cumplir con los acuerdos con Hamás y los mediadores (Qatar, Egipto y Estados Unidos), en un intento de asegurar el apoyo de su coalición. A pesar de la interrupción, las negociaciones no se han roto, y Hamás ha reiterado su compromiso con la hoja de ruta que concluiría con la reconstrucción de Gaza.
Egipto ha propuesto una iniciativa que Hamás ha aceptado, pero que Israel rechaza. La propuesta busca reanudar la hoja de ruta del alto el fuego, liberando cinco rehenes por semana a cambio del cese de los bombardeos, la llegada de ayuda humanitaria y la retirada gradual de las tropas israelíes de Gaza, según informó la radio militar israelí.