América

Curarse en salud ante agresividad de Trump

La propuesta de Sheinbaum fue aprobada con la mayoría calificada de 417 votos a favor, 36 en contra y cero abstenciones. AFP
El mandatario norteño ha repetido sin cortapisas su disposición e interés de militarizar la frontera con México de tres mil 180 kilómetros de largo en una guerra unilateral . AFP
Actualizado
  • 16/03/2025 00:00
Creado
  • 15/03/2025 17:02

La Cámara de Diputados aprueba una propuesta de Sheinbaum para fortalecer la soberanía nacional y frenar el tráfico de armas

La Cámara de Diputados de México acaba de aprobar una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum sobre el fortalecimiento de la soberanía nacional y el tráfico ilegal de armas, que surge como una respuesta a amenazas muy graves proferidas en diversos momentos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

El mandatario norteño ha repetido sin cortapisas su disposición e interés de militarizar la frontera con México de tres mil 180 kilómetros de largo en una guerra unilateral declarada contra los cárteles de la droga a lo cuales consideró terroristas con el apoyo de su mayoría parlamentaria.

Trump cree equivocadamente que eso le da derecho a invadir o incursionar por su libre albedrío en territorio nacional mexicano, y da casi por sentado que su vecino –al que Estados Unidos le robó el 52 por ciento de su territorio en la guerra de conquista de 1846-1848- le permitirá pasivamente tamaña violación de su soberanía e independencia.

Curándose en salud, la primera mujer presidenta de México envió al congreso un proyecto de ley que reafirma la constitucionalidad del derecho de la nación a la defensa de su territorio ante violación o intento de hacerlo, de donde quiera que venga, y fue aprobado con la mayoría calificada de 417 votos a favor, 36 en contra y cero abstenciones. El dictamen incluye el combate y la no tolerancia al tráfico ilícito de armas procedente de Estados Unidos, que alimentan la violencia criminal en el país.

El texto es muy claro al mencionar que “el pueblo de México, bajo ninguna circunstancia, aceptará intervenciones, intromisiones o cualquier otro acto desde el extranjero, que sea lesivo de la integridad, independencia y soberanía de la nación, tales como golpes de Estado, injerencias en elecciones o la violación del territorio mexicano, sea ésta por tierra, agua, mar o espacio aéreo”.

Igualmente, tampoco consentirá intervención en investigación y persecución alguna sin la autorización y colaboración como acostumbraban a hacer instituciones como la USAID, la Agencia Central de Inteligencia, las tropas fronterizas y hasta el ejército, en gobiernos entreguistas como los de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

La propuesta presidencial aprobada advierte que, a cualquier nacional o extranjero involucrado en la fabricación, distribución, enajenación, traslado o internación al territorio nacional de manera ilícita de armas, y a cualquier foráneo que realice actividades al margen de la ley vinculadas con lo estipulado al respecto en la Constitución, “se le impondrá la pena más severa posible, así como la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa”.

En los considerandos del dictamen se destaca la importancia de sistematizar y articular la historia con el presente, tomando como fundamento y marco los enunciados constitucionales existentes y el derecho internacional público con el objetivo de fortalecer la soberanía nacional.

Esta posición de principios del gobierno mexicano está concebida como una detente a las exageradas y peligrosas amenazas de Trump que también ha extendido a su vecino del norte, Canadá, a cuyo gobierno expresó su interés de convertir a la nación en la provincia 51 de Estados Unidos como parte de una geoestrategia que solamente se podría concretar mediante la fuerza de las armas, como es convertir todo el norte de América en un bloque único bajo el mando o tutela de Washington.

No parece, bajo ningún escenario, que esa demencial ambición pueda concretarse, y mucho menos en el caso de México que ya conoce los zarpazos de un gobierno que viola arrogante y groseramente las normas más elementales de la convivencia entre países limítrofes, y el derecho internacional consagrado en la Carta de Naciones Unidas y la generalidad de otras instituciones y foros mundiales.

Con sus pretensiones hacia sus dos más cercanos vecinos, la Casa Blanca obliga a ambos, Canadá y México, a adoptar drásticas medidas para tratar de impedir que las aguas de la intromisión en los asuntos internos de los estados desborden el cauce que las ha mantenido alejadas de conflictos de gran envergadura.

Sin embargo, Trump ni siquiera ha llegado todavía a los dos meses de su segundo gobierno, aunque ya parezca una eternidad su estadía en la oficina oval de la Casa Blanca, pues actúa como si le faltara tiempo para desbaratar el mundo aunque le quede demasiado tiempo como inquilino abominable.

El congreso mexicano indicó que el dictamen aprobado por iniciativa de la presidenta está ampliamente sustentada desde diversas perspectivas, tanto por la doctrina Estrada que prevalece en las relaciones internacionales de México que tiene por norte el diálogo y la negociación, no la violencia militar ni el castigo económico, como por la normativa nacional e internacional, y determina que la soberanía es un principio y concepto clásico, pero a la vez actual y vigente.

El país ha sido un propulsor de la paz y del respeto entre las naciones y opta invariablemente por la cooperación y la coordinación, y lo acaba de demostrar al apostar por el diálogo en el caso de la intención de Trump de aplicar provocadores aranceles a las naciones que comercian con Estados Unidos, incluido México, por supuesto.

La propia Claudia explicó el tema en una masiva concentración popular hace unos días que desbordó el Zócalo capitalino y sus calles adyacentes, para informar que, en esta primera etapa de la agresiva conducción económica de Trump, lograron por la vía de la racionalidad aplazar hasta el 2 de abril la imposición de aranceles extraordinarios y unilaterales a las exportaciones mexicanas.

Sheinbaum anunció que “prevaleció el diálogo y el respeto, y fueron levantadas los aranceles que se estaban aplicando a productos que exportamos hacia el vecino país. Somos naciones en igualdad de circunstancias, no somos más, pero tampoco somos menos”.

Pero esto comienza ahora. El 2 de abril su gobierno impondrá aranceles recíprocos a todos los países del mundo, y todo dependerá de cómo se incline la balanza y las afectaciones que pueda provocar en lo particular y lo global en un mundo de un comercio asimétrico no solamente entre la periferia y los centros, sino dentro de estos últimos, que es donde radica el peligro de guerras arancelarias que pueden terminar muy mal.