‘Versos del Pincel’, Panamá en todas partes
- 26/02/2025 12:03
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Un emprendimiento nacido de la curiosidad y la creatividad se ha convertido en un medio de vida que le permite a su creadora seguir creciendo y dejando huella en el mundo del arte y la artesanía. Ashley García, panameña originaria de La Chorrera, ha encontrado en la porcelana fría una forma de expresión artística que ha evolucionado hasta convertirse en un negocio. Desde temprana edad sintió una pasión por el arte, comenzando con la pintura y el dibujo a los 12 años.
Sin embargo, no fue hasta hace cuatro años que descubrió la porcelana fría y empezó a experimentar con este material, sin imaginar que se convertiría en su principal actividad económica.
“Nunca fue mi intención crear un emprendimiento, simplemente surgió de mi deseo de experimentar con materiales nuevos,” comparte Ashley. Su primera creación en porcelana fría fue una pequeña figura de la Virgen María, un regalo para su madrina. Posteriormente, se animó a probar con otros diseños como arcoíris y flores.
La inspiración para su primera pieza de temática panameña llegó mientras observaba a su madre preparar tamales para vender a fin de año; pensó en replicar el proceso en miniatura utilizando porcelana fría. “Hice las hojas de bijao y los amarré como se hace con los tamales reales. Así nació mi primer producto”, recuerda.
Este hallazgo marcó el comienzo de sus diseños inspirados en la cultura panameña, con productos como aretes de patacón, llaveros y otros diseños representativos. A pesar de que en un principio García no tenía intención de vender sus creaciones, fue gracias al entusiasmo de su familia y amigos que empezó a considerar la posibilidad de comercializar sus piezas.
“Mi primera venta fue gracias a una amiga de mi mamá, quien me pidió unos aretes con forma de hojas. Luego, mi madrina me sugirió que empezara a vender mis diseños. Ahí fue cuando decidí crear una cuenta en redes sociales y compartir mis creaciones,” explica. En febrero de 2022, formalizó su cuenta de Instagram con el nombre de Versos del Pincel, y empezó a ofrecer sus productos al público.
Actualmente, la mayor parte de sus ventas se hacen en Panamá, aunque también ha recibido pedidos en Argentina, donde reside mientras cursa estudios en Artes Visuales. “Vendo principalmente en Panamá, pero en Argentina algunas personas han visto mi trabajo y me han hecho pedidos”, comenta.
Sobre el tiempo que le toma crear sus diseños, la emprendedora explica que depende del nivel de detalle. “Por ejemplo, un llavero de patacón lo empiezo en media hora, pero luego debo esperar a que seque y al día siguiente lo detallo con más colores para darle un aspecto realista. Trabajo por etapas, así que el tiempo varía”, aclara.
García ha financiado su estadía en Argentina gracias a sus ingresos. Su viaje al país sudamericano fue posible tras años de ahorro y el apoyo de una familia que conoció en línea hace una década. “Hace 10 años conocí a alguien por internet. Nos caímos bien y con el tiempo esa persona y su familia me ofrecieron un espacio donde quedarme mientras estudiaba. Fue una gran ayuda, ya que en Argentina los alquileres son costosos”.
A la artista le gustaría tener su tienda física a futuro, “donde pueda vender mis productos y exhibir mis cuadros y pinturas. Mi mayor aspiración siempre ha sido ser una pintora profesional y que la gente valore mi trabajo artístico”, expresa.
Ashley García, panameña originaria de La Chorrera, ha encontrado en la porcelana fría una forma de expresión artística que ha evolucionado hasta convertirse en un negocio. Desde temprana edad sintió una pasión por el arte, comenzando con la pintura y el dibujo a los 12 años.
Sin embargo, no fue hasta hace cuatro años que descubrió la porcelana fría y empezó a experimentar con este material, sin imaginar que se convertiría en su principal actividad económica.
“Nunca fue mi intención crear un emprendimiento, simplemente surgió de mi deseo de experimentar con materiales nuevos,” comparte Ashley. Su primera creación en porcelana fría fue una pequeña figura de la Virgen María, un regalo para su madrina. Posteriormente, se animó a probar con otros diseños como arcoíris y flores.
La inspiración para su primera pieza de temática panameña llegó mientras observaba a su madre preparar tamales para vender a fin de año; pensó en replicar el proceso en miniatura utilizando porcelana fría. “Hice las hojas de bijao y los amarré como se hace con los tamales reales. Así nació mi primer producto”, recuerda.
Este hallazgo marcó el comienzo de sus diseños inspirados en la cultura panameña, con productos como aretes de patacón, llaveros y otros diseños representativos. A pesar de que en un principio García no tenía intención de vender sus creaciones, fue gracias al entusiasmo de su familia y amigos que empezó a considerar la posibilidad de comercializar sus piezas.
“Mi primera venta fue gracias a una amiga de mi mamá, quien me pidió unos aretes con forma de hojas. Luego, mi madrina me sugirió que empezara a vender mis diseños. Ahí fue cuando decidí crear una cuenta en redes sociales y compartir mis creaciones,” explica. En febrero de 2022, formalizó su cuenta de Instagram con el nombre de Versos del Pincel, y empezó a ofrecer sus productos al público.
Actualmente, la mayor parte de sus ventas se hacen en Panamá, aunque también ha recibido pedidos en Argentina, donde reside mientras cursa estudios en Artes Visuales. “Vendo principalmente en Panamá, pero en Argentina algunas personas han visto mi trabajo y me han hecho pedidos”, comenta.
Sobre el tiempo que le toma crear sus diseños, la emprendedora explica que depende del nivel de detalle. “Por ejemplo, un llavero de patacón lo empiezo en media hora, pero luego debo esperar a que seque y al día siguiente lo detallo con más colores para darle un aspecto realista. Trabajo por etapas, así que el tiempo varía”, aclara.
García ha financiado su estadía en Argentina gracias a sus ingresos. Su viaje al país sudamericano fue posible tras años de ahorro y el apoyo de una familia que conoció en línea hace una década. “Hace 10 años conocí a alguien por internet. Nos caímos bien y con el tiempo esa persona y su familia me ofrecieron un espacio donde quedarme mientras estudiaba. Fue una gran ayuda, ya que en Argentina los alquileres son costosos”.
A la artista le gustaría tener su tienda física a futuro, “donde pueda vender mis productos y exhibir mis cuadros y pinturas. Mi mayor aspiración siempre ha sido ser una pintora profesional y que la gente valore mi trabajo artístico”, expresa.