Rodrigo Valerín y su éxito en Nickelodeon
- 24/10/2024 11:00
- 24/10/2024 07:06
Su sueño era entretener a una audiencia con su danza y energía. Ese don lo ha llevado a trabajar en uno de los hoteles que brindaN lujo, diversión y nostalgia a familias de todo el mundo Desde niño, Rodrigo Antonio Valerín Casazola ha soñado con tomar los escenarios para llenar de alegría a su público. Oriundo de la provincia de Chiriquí, creció en los estudios de baile y grupos de danza, donde aprendió un sinnúmero de géneros. A los doce años se convirtió en coreógrafo y más adelante en instructor de baile.
“Siempre soñé con irme a Estados Unidos, trabajar y hacer mucho dinero para que a mi madre no le faltara nada”, contó a revista MÍA vía Zoom desde el Nickelodeon Hotels & Resorts en Punta Cana, donde trabaja como director de entretenimiento.
“Tomaba los cepillos, me paraba frente al espejo del baño y me imaginaba frente a un público, presentando y animando shows”, agregó.
Inicios Rodrigo comenzó trabajando en el área de turismo en Valle Escondido, Boquete, como instructor de baile y gimnasio. Luego, se dirigió a los casinos como parte del equipo de animación haciendo coreografías, karaokes y shows de entretenimiento con actividades.
“Una huésped me comentó que bailaba bien y tenía un buen nivel de inglés. Me dio su tarjeta y me dijo que si me interesaba trabajar en cruceros, la contactara”.
Valerín decidió perseguir una nueva misión y, al salir de su turno laboral a la medianoche, tomó un bus hacía la Ciudad de Panamá para asistir a una entrevista a las 7 de la mañana.
Al llegar a la empresa de cruceros, se dio cuenta de que, al igual que él, muchas personas deseaban embarcarse en dicho viaje. “Una mujer salió de su oficina y en inglés anunció: ‘Si están entendiendo lo que digo, pueden continuar aquí. Si no, no son aptos para la posición que estamos buscando”.
De las 150 personas que se encontraban en fila, solo quedaron 20 y, al final del día, solo dos, una de las cuales era el bailarín chiricano.
Por los siguientes tres años viajó por todo el mundo con la compañía de cruceros, visitando alrededor de 197 países. Además, aprendió italiano y portugués, al igual que frases en hindi y tagalo. Actualmente está estudiando ruso. “Deseo ser un políglota”, expresó.
Trabajó como encargado de cinco bares a los que debía surtir de licores y frutas, lavar vasos y botar la basura. Cada noche se colaba al área de teatro, donde veía a los anfitriones presentar, cumpliendo ese sueño que él tanto anhelaba.
Al culminar el show, regresaba a sus quehaceres. “Tomaba los vasos y pretendía que estaba en un escenario”, recordó. “Pensaban que me había vuelto loco”.
Sin embargo, durante esos tres años no pudo subirse al anhelado escenario, así que decidió ponerle fin a la aventura marítima y regresar a Panamá.
Una oportunidad en el entretenimiento
Al llegar a su país natal fue contactado por el hotel Gran Evenia Bijao, en aquel entonces conocido como el Bijao Beach Resort, que le ofreció una audición para el puesto que tanto soñaba.
“No me dejaron ir”, rió. “Al llegar y cumplir con el papeleo, me explicaron que necesitaban un bailarín para esa misma noche durante su show tropical”. En hora y media, el bailarín se aprendió 14 coreografías de distintos géneros de baile: hip-hop, chachachá, merengue, salsa, bachata, lírico y más.
Se mantuvo en dicho trabajo por 11 meses hasta que un compañero que conoció en los cruceros lo contactó a través de Facebook. Le dijo que estaban contratando personal para trabajar en la posición de entretenimiento, esta vez sin la necesidad de que fuese de procedencia anglosajona, lo cual había sido el impedimento en su primer intento en las naves marítimas.
Al cabo de cuatro días había hecho la entrevista y obtenido el puesto de trabajo que tanto deseaba con Norwegian Cruise Line.
Valerín comenzó con la experiencia Nickelodeon por el próximo año y medio. La directora ejecutiva, creyendo en su potencial, le dio la oportunidad de dar un gran paso en su carrera y lo promovió como Assistant Cruise Director. “No lo podía creer. Al poco tiempo me aventuré en un nuevo mundo”, expresó.
Duró nueve años en la posición y posteriormente fue ascendido como Cruise Director por dos años, hasta 2016.
“Dios me dio la oportunidad de viajar por el mundo”, expresó. “Logré cumplir todos los sueños que tenía de niño. Eso es suficiente”.
Punta Cana Al estar tanto tiempo dentro de la tripulación, el director de entretenimiento pensó que merecía un descanso. En Roma, salió del puerto y tomó un vuelo hacia Nueva York y luego Panamá. Al aterrizar, se percató de que tenía un mensaje de su antiguo jefe, quien le comunicó que estaba trabajando en el Nickelodeon Hotels & Resorts en Punta Cana y que necesitaba una persona de confianza que lo ayudara a manejar el área de experiencia hotelera.
Rodrigo fue contratado como supervisor de Nickelodeon y, a la semana, el 25 de noviembre de 2016, voló rumbo a Punta Cana.
Su trabajo incluye organizar la programación de la marca, las apariciones de los personajes, preparar los shows y todas las experiencias que ofrece el hotel. “Esto es en cuanto a lo que ofrecemos a los huéspedes”, dijo. “Detrás de cámaras, como ejecutivo del hotel, debo gestionar la compra de equipos, hacer el pedido de nuevos personajes y realizar las compras de suministros”, agregó.
Mantener la chispa es su manera de no caer en la monotonía y no dejarse llevar por las exigencias del trabajo. “Siempre coloco música alegre en la oficina”, contó.
Como encargado de entretenimiento, menciona que uno de los retos del trabajo es que “no importa qué esté ocurriendo en tu vida, siempre tienes que presentarte feliz frente a los huéspedes”, explicó. “Esto a veces te puede golpear, sobre todo si tienes a tu familia lejos”.
“Es muy difícil fingir, pero reconozco que mi responsabilidad está con los clientes que vienen a pasar un buen rato en el hotel. Ellos no vienen a compartirnos nuestros problemas ni a conocer los nuestros. Desean pasarla bien, despreocuparse un rato y brindarles un tiempo de diversión a su familia”.
Pero, a sus 43 años y con tantas exigencias, el panameño no olvida sus raíces. “Cada vez que puedo, regreso a los escenarios a bailar”, dijo.
El ejecutivo reconoce que a pesar del hotel ofrecer una experiencia para niños, “Nickelodeon es para todos”.
“Muchos de estos personajes fueron parte de la infancia de quienes ahora son adultos. y estar en el hotel les da esa nostalgia y los hace recordar buenos tiempos”. Para incluirlos en la experiencia Nickelodeon, el panameño explicó que el hotel ha creado un nuevo lounge enfocado en los personajes de la década de los 90. “Es un viaje en el tiempo que, sin duda, emociona a muchos”, expresó.
Rodrigo, que no frena de aprender, se ha dedicado a convertirse en un coach de resultados y liderazgo. “Quiero ser un orador motivacional”, dijo. “A lo largo del camino he aprendido que siempre necesitas tener a alguien que te aliente y me encantaría ser esa persona que inspire a otras a mejorar, ya sea personal o profesionalmente”.
Desde niño, Rodrigo Antonio Valerín Casazola ha soñado con tomar los escenarios para llenar de alegría a su público. Oriundo de la provincia de Chiriquí, creció en los estudios de baile y grupos de danza, donde aprendió un sinnúmero de géneros. A los doce años se convirtió en coreógrafo y más adelante en instructor de baile.
“Siempre soñé con irme a Estados Unidos, trabajar y hacer mucho dinero para que a mi madre no le faltara nada”, contó a revista MÍA vía Zoom desde el Nickelodeon Hotels & Resorts en Punta Cana, donde trabaja como director de entretenimiento.
“Tomaba los cepillos, me paraba frente al espejo del baño y me imaginaba frente a un público, presentando y animando shows”, agregó.
Rodrigo comenzó trabajando en el área de turismo en Valle Escondido, Boquete, como instructor de baile y gimnasio. Luego, se dirigió a los casinos como parte del equipo de animación haciendo coreografías, karaokes y shows de entretenimiento con actividades.
“Una huésped me comentó que bailaba bien y tenía un buen nivel de inglés. Me dio su tarjeta y me dijo que si me interesaba trabajar en cruceros, la contactara”.
Valerín decidió perseguir una nueva misión y, al salir de su turno laboral a la medianoche, tomó un bus hacía la Ciudad de Panamá para asistir a una entrevista a las 7 de la mañana.
Al llegar a la empresa de cruceros, se dio cuenta de que, al igual que él, muchas personas deseaban embarcarse en dicho viaje. “Una mujer salió de su oficina y en inglés anunció: ‘Si están entendiendo lo que digo, pueden continuar aquí. Si no, no son aptos para la posición que estamos buscando”.
De las 150 personas que se encontraban en fila, solo quedaron 20 y, al final del día, solo dos, una de las cuales era el bailarín chiricano.
Por los siguientes tres años viajó por todo el mundo con la compañía de cruceros, visitando alrededor de 197 países. Además, aprendió italiano y portugués, al igual que frases en hindi y tagalo. Actualmente está estudiando ruso. “Deseo ser un políglota”, expresó.
Trabajó como encargado de cinco bares a los que debía surtir de licores y frutas, lavar vasos y botar la basura. Cada noche se colaba al área de teatro, donde veía a los anfitriones presentar, cumpliendo ese sueño que él tanto anhelaba.
Al culminar el show, regresaba a sus quehaceres. “Tomaba los vasos y pretendía que estaba en un escenario”, recordó. “Pensaban que me había vuelto loco”.
Sin embargo, durante esos tres años no pudo subirse al anhelado escenario, así que decidió ponerle fin a la aventura marítima y regresar a Panamá.
Una oportunidad en el entretenimiento
Al llegar a su país natal fue contactado por el hotel Gran Evenia Bijao, en aquel entonces conocido como el Bijao Beach Resort, que le ofreció una audición para el puesto que tanto soñaba.
“No me dejaron ir”, rió. “Al llegar y cumplir con el papeleo, me explicaron que necesitaban un bailarín para esa misma noche durante su show tropical”. En hora y media, el bailarín se aprendió 14 coreografías de distintos géneros de baile: hip-hop, chachachá, merengue, salsa, bachata, lírico y más.
Se mantuvo en dicho trabajo por 11 meses hasta que un compañero que conoció en los cruceros lo contactó a través de Facebook. Le dijo que estaban contratando personal para trabajar en la posición de entretenimiento, esta vez sin la necesidad de que fuese de procedencia anglosajona, lo cual había sido el impedimento en su primer intento en las naves marítimas.
Al cabo de cuatro días había hecho la entrevista y obtenido el puesto de trabajo que tanto deseaba con Norwegian Cruise Line.
Valerín comenzó con la experiencia Nickelodeon por el próximo año y medio. La directora ejecutiva, creyendo en su potencial, le dio la oportunidad de dar un gran paso en su carrera y lo promovió como Assistant Cruise Director. “No lo podía creer. Al poco tiempo me aventuré en un nuevo mundo”, expresó.
Duró nueve años en la posición y posteriormente fue ascendido como Cruise Director por dos años, hasta 2016.
“Dios me dio la oportunidad de viajar por el mundo”, expresó. “Logré cumplir todos los sueños que tenía de niño. Eso es suficiente”.
Al estar tanto tiempo dentro de la tripulación, el director de entretenimiento pensó que merecía un descanso. En Roma, salió del puerto y tomó un vuelo hacia Nueva York y luego Panamá. Al aterrizar, se percató de que tenía un mensaje de su antiguo jefe, quien le comunicó que estaba trabajando en el Nickelodeon Hotels & Resorts en Punta Cana y que necesitaba una persona de confianza que lo ayudara a manejar el área de experiencia hotelera.
Rodrigo fue contratado como supervisor de Nickelodeon y, a la semana, el 25 de noviembre de 2016, voló rumbo a Punta Cana.
Su trabajo incluye organizar la programación de la marca, las apariciones de los personajes, preparar los shows y todas las experiencias que ofrece el hotel. “Esto es en cuanto a lo que ofrecemos a los huéspedes”, dijo. “Detrás de cámaras, como ejecutivo del hotel, debo gestionar la compra de equipos, hacer el pedido de nuevos personajes y realizar las compras de suministros”, agregó.
Mantener la chispa es su manera de no caer en la monotonía y no dejarse llevar por las exigencias del trabajo. “Siempre coloco música alegre en la oficina”, contó.
Como encargado de entretenimiento, menciona que uno de los retos del trabajo es que “no importa qué esté ocurriendo en tu vida, siempre tienes que presentarte feliz frente a los huéspedes”, explicó. “Esto a veces te puede golpear, sobre todo si tienes a tu familia lejos”.
“Es muy difícil fingir, pero reconozco que mi responsabilidad está con los clientes que vienen a pasar un buen rato en el hotel. Ellos no vienen a compartirnos nuestros problemas ni a conocer los nuestros. Desean pasarla bien, despreocuparse un rato y brindarles un tiempo de diversión a su familia”.
Pero, a sus 43 años y con tantas exigencias, el panameño no olvida sus raíces. “Cada vez que puedo, regreso a los escenarios a bailar”, dijo.
El ejecutivo reconoce que a pesar del hotel ofrecer una experiencia para niños, “Nickelodeon es para todos”.
“Muchos de estos personajes fueron parte de la infancia de quienes ahora son adultos. y estar en el hotel les da esa nostalgia y los hace recordar buenos tiempos”. Para incluirlos en la experiencia Nickelodeon, el panameño explicó que el hotel ha creado un nuevo lounge enfocado en los personajes de la década de los 90. “Es un viaje en el tiempo que, sin duda, emociona a muchos”, expresó.
Rodrigo, que no frena de aprender, se ha dedicado a convertirse en un coach de resultados y liderazgo. “Quiero ser un orador motivacional”, dijo. “A lo largo del camino he aprendido que siempre necesitas tener a alguien que te aliente y me encantaría ser esa persona que inspire a otras a mejorar, ya sea personal o profesionalmente”.