Revista Mía

La cocina como refugio y camino hacia el éxito

ERICK MARCISCANO
ERICK MARCISCANO
ERICK MARCISCANO
Actualizado
  • 30/01/2025 00:00
Creado
  • 29/01/2025 21:32

Llaquelin Bello, cocinera venezolana, transforma su pasión por el arte culinario en un emprendimiento que sustenta a su familia

Desde que tiene memoria, Llaquelin Bello se dedica a la cocina. Es su santuario, su lugar seguro, el que le ha enseñado a nunca rendirse y saborear los gustos de la vida. “Jugaba con mis primos y hacía ‘comida’ con tierra y hojas”, recordó mientras conversaba con MÍA.

Su abuela materna le inculcó el amor por las artes culinarias, práctica que realiza desde los nueve años.

Ahora, con dos hijos y al ser madre soltera, la cocinera venezolana puede sostenerse a sí misma y su familia con su emprendimiento Naidel Food. “Siempre quise salir adelante”, afirmó.

Oportunidades

“A los 16 me regresé de Colombia a Venezuela y comencé a trabajar con unas personas. Les mentí y les dije que tenía 18”, confesó. “La señora de la casa era muy exigente con la comida y me enseñó sobre la buena presentación en los platillos y el sabor”.

En 2019, Bello viajó a Cartagena y debido a la pandemia de Covid-19 es obligada a quedarse ahí, pero no desaprovechó el momento. “Una señora me comentó que en España se contrataba a mujeres que cocinaban en diferentes casas y se me ocurrió replicar esa forma de trabajo. Mis clientas fueron regando la voz y me hicieron conocer en varios hogares donde ofrecía mis servicios”, explicó.

Entre los diferentes platillos que cocina, la amante de la gastronomía mencionó que uno de los favoritos entre sus clientes es el pabellón criollo. “Quizás porque lo hago con el corazón, acordándome de mi tierrita”, expresó. “Trato de dejar algo de Venezuela en él siempre”.

El pescado es otra de sus delicias. “Mi abuela era excelente cocinándolo y heredé su sazón”, dijo El platillo que más recuerda de ella es “viuda de pescado”, una comida colombiana que consiste en cortar el pez a la mitad, colocarle sal y ponerlo al sol para secar. En una olla con agua se coloca el pescado acompañado de yuca, plátano, cebolla en rodajas, pimentón y ajo.

Filosofía

La venezolana no necesita de alimentos ostentosos para cocinar. “Puedo armar una comida con lo que sea que mis clientes tengan en su nevera”, aseguró.

La filosofía de la cocinera se basa en enseñarle a sus hijos que en la vida, todo se puede, siempre y cuando estén dispuestos a trabajar por lo que desean. “Quiero que vean, a través de mí, que con constancia y perseverancia, podemos lograr todo”, expresó.

Sueña con montar su propio negocio en el futuro y compartió que además de cocinar para diferentes familias, también imparte cursos para enseñar a otras mujeres sobre las artes culinarias. “La cocina no es fácil, pero me llena muchísimo”, aseguró.