Honor a la cultura panameña a través de la modernidad

Impulsada por la diversidad cultural de Panamá, desde su exuberante folclor hasta sus recursos naturales, Yamileth Campos, mejor conocida como Curu, creó su marca. Bajo su nombre elabora piezas que no solo destacan por su estética, sino que cuentan historias de amor a la patria, de su variedad natural y su perseverante mano de obra.

Originaria de la provincia de Los Santos, la diseñadora adquirió el nombre de su marca gracias a un apodo de la infancia. Estudió diseño gráfico ya que, según contó a MÍA, “durante mi época la carrera de modas no existía”. Su licenciatura le permitió lanzarse al ruedo al tener conocimientos sobre la creación de marca y la proyección de imagen.

“Inicié creando carteras con un estilo muy de ‘manualidad’ que armaba con cartón y pegamento”, explicó. “Quería construir mi propia clientela, así que conseguí la documentación necesaria y participé en la Feria de Artesanías. ¡Mi producto fue un éxito! A las personas les fascinó ver la esencia panameña, la artesanía y lo fashion en una sola pieza, pero sabía que solo era el comienzo porque siempre soñé con llegar lejos”, expresó.

Desde su taller hasta las pasarelas de moda y ferias en que ha participado, Curu posiciona a Panamá como un país de riqueza cultural y recursos naturales. A través de su trabajo, el cual actualmente incluye ropa, zapatos, carteras y accesorios, invita a los espectadores a un viaje sensorial por el istmo, donde la tradición y la innovación se entrelazan en una danza de estilo y sofisticación.

Definir el concepto de mi marca como una que promueve la cultura panameña en todas sus facetas es lo que más me ayuda al momento de diseñar o crear una colección.

Mi proceso creativo se inicia al definir el tema principal de la línea, siempre guiándome por esa idea de plasmar la diversidad cultural panameña. También me inspiro al ver revistas o programas de moda y series de época. No para copiarlo, sino para tener una lluvia de ideas que luego transfiero a las piezas y les añado mi visión.

Nuestras carteras están hechas con fibra natural. Durante la pandemia comencé a trabajar con la comunidad de artesanos del país. Les enseñé mis diseños y se tomaron el reto de aprender nuevas técnicas para lograr el producto que deseaba. Ellos utilizan palmas y frutos como la chonta y la bellota, las cuales pasan por un proceso de entierro para que obtengan el color deseado para las piezas.

También utilizamos semillas de tagua para las manijas de las carteras y algodón para la línea de ropa. Trabajar con la comunidad de artesanos me ha ayudado a conocer el valor de los recursos naturales que Panamá posee y que pueden beneficiar en la creación de un producto.

En esta edición me estoy inspirando en el tambor típico panameño en una colección llamada “Tambora”. Tomaré sus elementos y los plasmaré en la ropa, en los complementos y en algunas carteras. El traje montuno del hombre de campo también estará plasmada en los elementos de la ropa.

Será una colección al estilo Curu: honrando la cultura panameña con un toque de modernidad.

Nuestro país carece de insumos de buena calidad y variedad. Conseguir telas con el gramaje o color adecuado siempre es un reto y, de conseguirlo, no hay la cantidad necesaria.

Las entidades bancarias deberían apoyar más a la hora de solicitar un préstamo, ya que aportaría a nuestro crecimiento de manera más rápida.