‘Bridezilla’, la cara oculta detrás del gran día
- 30/05/2024 00:00
- 29/05/2024 16:58
Tener la boda perfecta puede ser una de las presiones más grandes para cualquier novia, pero ¿cómo afecta esto a las mujeres que están apunto de casarse? La presencia del estrés nupcial es común al acercarse el día de la boda, especialmente en aquellas novias encargadas de la planificación de su propia boda. Son síntomas como la irritabilidad, la ansiedad y el agotamiento tanto físico como mental los que pueden llevar a cualquier futura esposa a recaer en lo que se conoce como el ‘bridezilla effect’.
De acuerdo a expertos, este fenómeno hace referencia a aquellas novias que se vuelven mucho más demandantes de lo normal debido a la ansiedad ligada al acercamiento de la fecha del compromiso.
Sin embargo, también existen estereotipos y connotaciones negativas ligados a estos comportamientos, especialmente al tratarse de ser el tipo de novia en la cual ninguna mujer desearía convertirse.
A diferencia del comportamiento de calma y dulzura que se espera de una mujer que está apunto de llegar al altar, ser una ‘bridezilla’ podría causar grandes estragos en las relaciones de familia, amigos e incluso la propia pareja que está por casarse, convirtiendo el momento que debería ser uno de los más felices de sus vidas en un recuerdo no tan placentero.
¿Cómo afecta esto a las mujeres? Es imposible negar que existe un componente de género en las ‘bridezillas’. De hecho, el estudio ‘Can an angry woman get ahead? Status conferral, gender, and expression of emotion in the workplace’, de Victoria L. Brescoll, del departamento de psicología en la Universidad de Yale, destaca que aquellas mujeres que expresan emociones como el enojo abiertamente son vistas de manera más negativa que los hombres debido a que este tipo de emociones ‘violan’ las normas de lo que es ‘ser femenina’.
Por otro lado, la doctora Jocelyn Charnas, PhD en psicología clínica destacó en una entrevista para The Knot, que hay una larga historia de patologizar las emociones, reacciones y comportamientos de las mujeres a lo largo de la historia.
“El concepto de denigrar los comportamientos de las mujeres no es algo nuevo y el término ‘bridezilla’ es solo otro ejemplo de esto”, destacó la psicóloga.
Además, la cultura de las bodas todavía se centra de gran manera en las mujeres, a pesar de que es una celebración que va más allá de la experiencia femenina. Esto hace que haya más presión hacia las novias, lo que podría resultar en síntomas similares a los asociados a una ‘bridezilla’.
Solo el año pasado se dieron en Panamá más de 8,000 casamientos, de acuerdos a estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) y aunque no existen estadísticas de cuántas mujeres casadas se vieron afectadas por este fenómeno en el país, es importante considerar que el manejo del estrés a lo largo del proceso de planeación y el día de la boda es de gran importancia.
Es por esto que sentirse respaldadas y apoyadas, principalmente por sus parejas así como vínculos cercanos, en este proceso marcará la diferencia y ayuda a que la experiencia del casamiento deje de centrarse en solo la novia, pues al final del día dar el ‘sí’ es un compromiso de dos.
La presencia del estrés nupcial es común al acercarse el día de la boda, especialmente en aquellas novias encargadas de la planificación de su propia boda. Son síntomas como la irritabilidad, la ansiedad y el agotamiento tanto físico como mental los que pueden llevar a cualquier futura esposa a recaer en lo que se conoce como el ‘bridezilla effect’.
De acuerdo a expertos, este fenómeno hace referencia a aquellas novias que se vuelven mucho más demandantes de lo normal debido a la ansiedad ligada al acercamiento de la fecha del compromiso.
Sin embargo, también existen estereotipos y connotaciones negativas ligados a estos comportamientos, especialmente al tratarse de ser el tipo de novia en la cual ninguna mujer desearía convertirse.
A diferencia del comportamiento de calma y dulzura que se espera de una mujer que está apunto de llegar al altar, ser una ‘bridezilla’ podría causar grandes estragos en las relaciones de familia, amigos e incluso la propia pareja que está por casarse, convirtiendo el momento que debería ser uno de los más felices de sus vidas en un recuerdo no tan placentero.
Es imposible negar que existe un componente de género en las ‘bridezillas’. De hecho, el estudio ‘Can an angry woman get ahead? Status conferral, gender, and expression of emotion in the workplace’, de Victoria L. Brescoll, del departamento de psicología en la Universidad de Yale, destaca que aquellas mujeres que expresan emociones como el enojo abiertamente son vistas de manera más negativa que los hombres debido a que este tipo de emociones ‘violan’ las normas de lo que es ‘ser femenina’.
Por otro lado, la doctora Jocelyn Charnas, PhD en psicología clínica destacó en una entrevista para The Knot, que hay una larga historia de patologizar las emociones, reacciones y comportamientos de las mujeres a lo largo de la historia.
“El concepto de denigrar los comportamientos de las mujeres no es algo nuevo y el término ‘bridezilla’ es solo otro ejemplo de esto”, destacó la psicóloga.
Además, la cultura de las bodas todavía se centra de gran manera en las mujeres, a pesar de que es una celebración que va más allá de la experiencia femenina. Esto hace que haya más presión hacia las novias, lo que podría resultar en síntomas similares a los asociados a una ‘bridezilla’.
Solo el año pasado se dieron en Panamá más de 8,000 casamientos, de acuerdos a estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) y aunque no existen estadísticas de cuántas mujeres casadas se vieron afectadas por este fenómeno en el país, es importante considerar que el manejo del estrés a lo largo del proceso de planeación y el día de la boda es de gran importancia.
Es por esto que sentirse respaldadas y apoyadas, principalmente por sus parejas así como vínculos cercanos, en este proceso marcará la diferencia y ayuda a que la experiencia del casamiento deje de centrarse en solo la novia, pues al final del día dar el ‘sí’ es un compromiso de dos.