Economía

Trabajadores sociales en la región, una profesión precarizada desde la academia y el trabajo

Los trabajadores sociales forman parte del sector público y se distribuyen en diferentes instituciones. Shutterstock
Roberto Marshall, secretario de relaciones públicas de Atsop y Jorge Arturo Sáenz Fonseca, presidente de Coltras. Roberto Barrios | La Estrella de Panamá
Actualizado
  • 07/04/2024 23:00
Creado
  • 07/04/2024 12:15

Aunque persisten las limitantes para estos profesionales, hay quienes aseguran que la región sí ha avanzado significativamente, ya que con el surgimiento de colegios, federaciones y asociaciones se ha creado un bloque democratico y transparente, en el que comparten las experiencias, inquietudes y los retos para poder resolver las diferentes situaciones. Especialistas debaten sobre el tema en esta entrevista con ‘La Decana’ en el contexto de la Conferencia Mundial de Trabajadores Sociales (Swsd, por sus siglas en inglés), realizada en Panamá, la semana pasada

Ser un trabajador social en América Latina y el Caribe se vuelve un desafío, ya que esta profesión está precarizada desde lo académico y lo laboral, lo cual ha estado limitando el acceso de los profesionales a nuevas plazas, aseguró Jorge Arturo Sáenz Fonseca, presidente del Colegio de Trabajadores Sociales de Costa Rica (Coltras).

Sáenz, quien estuvo en Panamá para la Conferencia Mundial de Trabajadores Sociales (Swsd, por sus siglas en inglés), comentó que la precarización académica surge porque las universidades públicas no crecen al ritmo de las posibilidades laborales, pero así mismo aparecen universidades privadas que colapsan el mercado.

En relación a este último punto, señaló que en Costa Rica, por ejemplo, ahora las universidades privadas buscan una competencia con las públicas, respecto a la cantidad de egresados. Una muestra de ello, dijo, es la Escuela de Trabajadores Sociales de la Universidad de Costa Rica, que desde su nacimiento en 1942 hasta la fecha ha graduado 2 mil personas, pero las universidades privadas, en apenas 20 años, ya prácticamente se están igualando.

También lamentó que los colegios profesionales no pueden regular, ya que solo pueden realizar exámenes de admisión o cursos de ética. Sin embargo, aseguró que estos métodos terminan siendo una alternativa para mantener un control. “Al final hay como un colador y se van quedando algunas personas”, afirmó.

Hasta ahora, quienes tienen federaciones de colegios profesionales en la región son: México, Colombia, Argentina y Brasil; luego están los colegios profesionales en Puerto Rico, Costa Rica y Chile. Mientras que los otros países tienen asociaciones, como es el caso de Panamá, señaló Coltras.

El principal rol de las asociaciones, colegios o federaciones, según Sáenz, tiene que ver con mantener una capacitación permanente de esas personas, que vienen egresadas de las universidades, y que debe durar hasta que se retiren de la organización. Luego, agregó, está todo el tema de la defensa de los derechos laborales, de control ético y moral, que en la práctica cotidiana los puede llevar a situaciones de riesgos, especialmente ahora en la diversidad, especialmente con la comunidad LGTBQ+.

Para el presidente de Coltras, todos estos recursos se vuelven esenciales, tomando en cuenta que las escuelas de América Latina y el Caribe solamente forman hasta el grado de bachillerato, licenciatura o en algunos casos maestrías o programas de postgrado de doctorados.

Trabajo

La precarización laboral de los trabajadores sociales de la región está basada bajo las condiciones políticas y económicas que tienen los países con las restricciones que hacen los gobiernos al limitar el espacio laboral en la administración de programas de proyectos sociales y política pública, explicó Sáenz. Por ejemplo, mencionó que los gobiernos trasladan muchos de los recursos de inversión social a organizaciones no gubernamentales, que no siempre respetan las condiciones de obligatoriedad para contratar profesionales en el trabajo social.

“No veo que esto se deba por el valor de la profesión, sino con inversión, porque si el Estado limita los recursos hacia los programas, planes y proyectos sociales, es lógico que esa reducción va a incidir en la contratación de nuevos profesionales. Hay que entender que el trabajo social está en todo el ámbito público, porque así como estamos en lo laboral, judicial, escuelas, comunidades o municipios, también jugamos un rol importante con los trabajos en salud mental, que ha sido empoderado, a través de las leyes que se han estado aprobado para tratar este tema”, recalcó el presidente de Coltras.

A pesar de la precarización laboral y académica, Sáenz aseguró que la región sí ha avanzado significativamente, ya que con el surgimiento de colegios, federaciones y asociaciones se ha creado un bloque democrático y transparente, en el que comparten las experiencias, inquietudes y los retos, donde se analizan y se discuten las maneras de poder resolver las diversas situaciones que los atañe.

Escenario panameño

En esa capacidad de resolver, destacó, por ejemplo, cómo Panamá ha avanzado significativamente en la conquista laboral y salarial, bajo el liderazgo de la Asociación de Trabajadores Sociales de Panamá (Atsop).

Al respecto, Roberto Marshall, secretario de relaciones públicas de Atsop, detalló que estas conquistas laborales se dieron con la aprobación que hizo la Asamblea Nacional, en octubre de 2023, al proyecto de ley 1040 que modifica y deroga artículos de la Ley 16 del 2009, sobre el escalafón y la nomenclatura de cargos de los trabajadores y trabajadoras sociales y dicta otras disposiciones.

A partir de la promulgación de esta ley, según Marshall, ahora todas las nuevas contrataciones tendrán ingreso directo al nivel uno del escalafón y deberán realizar los trámites de idoneidad para ingresar al nivel dos. También se mantienen los concursos con igualdad de oportunidades para llegar a los niveles tres, cuatro, y cinco, de supervisión y jefaturas.

Panamá, actualmente, cuenta con un estimado de 4,525 trabajadores sociales, de los cuales un 22% están nombrados por concurso en el sector salud (Ministerio de Salud y Caja de Seguro Social), mientras que el 78% restante no están regulados, según datos del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel).

Aunque las reformas a la Ley 16 ha mejorado en cierto sentido la parte de la calidad laboral del trabajador social, el representante de Atsop reconoció que todavía hay cambios internos que se deben hacer porque la ley ya tiene 14 años y se debe modernizar, de acuerdo con todos los procesos, que se han estado dando desde la pandemia de la covid-19, en 2020, como de perspectivas sociales y económicas dentro del país.

Entre los temas que están pendientes, según Marshall, se encuentran: lograr que todos los trabajadores sociales se agremien, se refuerce la idoneidad y la contratación de trabajadores sociales en muchas dependencias, específicamente, en provincias como: Bocas del Toro y Darién.

A nivel gremial, agregó, todavía siguen atendiendo diferentes casos relacionados a despidos injustificados, mejoras laborales y apoyo legal y gremial. Aunque han logrado frenar los despidos y concretar la reintegración de los trabajadores sociales, el representante de Atsop aclaró que para tener estos resultados siempre se necesitará que las personas hagan una nota dirigida a la asociación haciendo la solicitud para no actuar sin evidencias.

“La asociación está para apoyar completamente al profesional del trabajo social en el desarrollo y reglamentación de sus actividades. Nuestra misión es realzar la carrera y darle el lugar que se merece. Estamos resaltando la importancia que tiene el trabajo social en todas las instancias, porque donde hay seres humanos con problemas, podemos estar ahí para ayudarlos a resolver sus situaciones”, afirmó Marshall.

La profesión por región

La profesión de trabajadores sociales en algunos países pueden estar bien, regular o mal. Por ejemplo, en Europa y Estados Unidos son bastante respetados. Sin embargo, en África, la situación puede ser difícil, al igual que en México y Perú, que están luchando por el reconocimiento de esta profesión, informó el representante de Atsop.

Desde Coltras, la lectura que hacen sobre África, Europa, Oceanía y Asia se basan en que, aunque existe una profesión en común, todavía son transversales por el tema de la religión, cultura, derechos humanos y política. Recordó que hay países donde las mujeres no pueden ser trabajadoras sociales, cuando históricamente ésta ha sido una profesión feminizada.

Aún así, según Coltras, la relación entre América Latina y el Caribe y Europa es “buena” y se ha traducido en una red iberoamericana de trabajo social, que está financiada por Portugal y España, - bajo dos niveles: gremial e investigación - y se ha mantenido por ocho años.

Tanto los representantes de Coltras como de Atsop coinciden en que los retos son muchos para una profesión que toca lo esencial de los seres humanos. Al mismo tiempo, lamentan que no siempre cuenten con los recursos o herramientas para mejorar la atención.

“Aunque hay muchos retos, tenemos la voluntad de trabajo y la ilusión de que sea un continente más amigable y solidario, creemos en eso. Esta es una profesión que no es nada fácil porque trabajas con lo esencial del ser humano y esa parte esencial es bien compleja”, concluyó el presidente de Coltras.

Jorge Arturo Sáenz Fonseca
Colegio de Trabajadores Sociales de Costa Rica (Coltras)
Aunque hay muchos retos, tenemos la voluntad de trabajo y la ilusión de que sea un continente más amigable y solidario, creemos en eso. Esta es una profesión que no es nada fácil porque trabajas con lo esencial del ser humano y esa parte esencial es bien compleja”
Roberto Marchal
secretario de relaciones públicas de Atsop
La asociación está para apoyar completamente al profesional del trabajo social en el desarrollo y en la reglamentación de sus actividades. Nuestra misión es realzar la carrera y darle el lugar que se merece. Estamos resaltando la importancia que tiene el trabajo social en todas las instancias (...)