MEF calcula un crecimiento del PIB de 5% y una inflación del 2% para 2025
- 06/10/2024 01:00
- 05/10/2024 17:28
Según el ministro de Economía y Finanzas (MEF), los cálculos macroeconómicos se utilizaron para confeccionar el presupuesto del próximo año y son acordes con las proyecciones dadas por el FMI y se alinean con estimaciones de organismos como el Banco Mundial y la Cepal El ministro de Economía y Finanzas, Felipe Chapman, prevé para Panamá un crecimiento del producto interno bruto (PIB) nominal del 5% y una inflación del 2% en 2025.
Según Chapman, estas proyecciones macroeconómicas fueron utilizadas para elaborar el proyecto de ley del Presupuesto General del Estado para 2025, a un monto de $26.084 millones, y que deberá ser presentado a la Asamblea Nacional la próxima semana. Al mismo tiempo subrayó que estos cálculos se basan en proyecciones dadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y se alinean con estimaciones de organismos como el Banco Mundial y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), señala un comunicado del MEF. Sin embargo, la tasa de crecimiento de la economía panameña esperada para 2025, de 5%, sería menor al 7,3% de 2023, y superior a las previsiones esperadas para 2024, entre el 3.5% y 3,0%.
Chapman reconoció que el escenario económico global sigue siendo incierto, con un crecimiento real proyectado por el FMI del 3,3% para 2025, influenciado por la inflación global y las tensiones geopolíticas. Y como respuesta, enfatizó en que el Gobierno está adoptando medidas para presentar un presupuesto realizable, creíble y responsable que asegure la estabilidad financiera y fiscal que el país merece, y que propicie confianza, fomente la inversión, el consumo y, por ende, el crecimiento económico.
Y, adelantó que esto incluye la promoción de políticas públicas que impulsan el empleo y el desarrollo, asegurando así un entorno propicio para el bienestar social y la prosperidad de los ciudadanos.
El titular del MEF subrayó la necesidad de tomar decisiones responsables ante la situación heredada, con un déficit del SPNF no anualizado del 3,96% del PIB a junio de 2024 y un sobreendeudamiento del 10,2% sobre el límite permitido por la Ley de Responsabilidad. Fiscal Social, uno de varios factores que llevaron a una rebaja de la calificación de crédito del país en 2024.
“Este escenario obliga al Gobierno Nacional a reorientar, priorizar y ajustar gastos, enfocándose en áreas estratégicas para asegurar la estabilidad y el crecimiento económico a largo plazo. El objetivo principal del presupuesto es ser consistente con una estrategia de reducción de déficit fiscal manteniendo la inversión pública en áreas clave, con transparencia y rendición de cuentas, y una clara estrategia para superar los desafíos estructurales actuales”, apuntó.
Relación Deuda/PIB En junio pasado, el FMI resaltó que Panamá ha logrado avances significativos en la reducción de su déficit fiscal, (disminuyó del 10,0% en 2020 al 3,0% del PIB en 2023, en línea con el Plan Social y Ley de Responsabilidad Fiscal), pero para alcanzar la meta de déficit fiscal del 2,0% del PIB, en 2024, sería necesario reducir excesivamente la inversión pública.
“Ser una economía dolarizada aumenta la importancia de mantener la sostenibilidad fiscal y la estabilidad financiera”, afirmó en su momento el FMI, cuyos representantes se reunieron a finales de septiembre pasado en la ciudad de Panamá para discutir asuntos relacionados con la planificación presupuestaria a mediano plazo, la ejecución y ajustes del presupuesto 2024, preparación del presupuesto 2025 y las proyecciones económicas.
El viernes 4 de octubre, el Consejo de Gabinete aprobó el proyecto de ley del Presupuesto General del Estado para 2025 por un monto de $26.084 millones, es decir, una reducción frente a la ley vigente para 2024 de 15%, equivalente a $5.402 millones, y un déficit fiscal del Sector Público No Financiero (SPNF) del 3% del PIB. De los $$26.084 millones, $20.739 millones son para gastos de funcionamiento y $5.345 millones, para inversión la suma desglosó Chapman en conferencia de prensa, sin precisar mayores detalles de cuánto le tocaría a cada entidad. Solo se limitó a decir que salud, educación, apoyo a los grupos vulnerables e inversión en infraestructura de obras públicas serían prioridad.
De acuerdo con el titular, el proyecto de presupuesto se diseñó orientado a la optimización de los gastos operativos y al fomento de la inversión pública, a través de un manejo eficiente y transparente de las finanzas públicas del país.
Además, agregó que sigue los criterios de racionalidad y transparencia para mejorar una asignación adecuada de los recursos finitos, con un enfoque en resultados tangibles para la población. “El Gobierno Nacional evaluó hacer un mayor recorte en los gastos de funcionamiento para poder asignar más recursos a inversiones, lo que no se ha podido lograr por restricciones establecidas en leyes y otros regímenes especiales vigentes”, dijo.
Inversión, la clave para dinamizar la economía A juicio del consultor empresarial, René Quevedo, si bien es cierto que la medidas anunciadas por Chapman y establecidas en el presupuesto 2025 buscan que las finanzas públicas sean sostenibles a lo largo del tiempo para propiciar una mayor actividad económica, que catalice el aumento de la inversión privada, tanto nacional como extranjera, así como estimular el consumo en los hogares, la realidad es que “la economía panameña enfrenta un déficit de circulante y una importante contracción del consumo, acelerada por la reciente pérdida del Grado de Inversión de Fitch Ratings el 28 de marzo pasado”.
Hay que recordar que el primer impacto de la pérdida del Grado de Inversión fue el aumento del 1,5% en la tasa de desempleo anunciado por el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel) como resultado del cierre de mina (abril 2024), lo que representa 31,413 empleos perdidos, agravando el ya deprimido consumo.
También se ha dado un incremento generalizado de las tasas de interés bancario en créditos de consumo y financiamientos al sector productivo (que genera empleos) entre enero 2023 y agosto 2024, incluyendo +14% en préstamos al comercio y +21% a la industria, dificultando la inversión privada y la generación de empleo, e inclusive ha ocasionado reducciones de personal en sectores como la banca y medios de comunicación. “Este fenómeno ha ocasionado un relativo estancamiento de la inversión privada nacional”, apuntó Quevedo, quien cree que: “Por los comentarios dados por Chapman (sobre el presupuesto 2025), habrá recortes importantes en los rubros de servicios personales (planilla) y no personales (alquileres, servicios básicos, publicidad, consultorías, transporte y viáticos, entre otros). Esto me parece positivo”, acotó.
Según estadísticas de la Superintendencia de Bancos, los nuevos financiamientos bancarios al sector productivo han sido $2,234 millones menos que en el mismo período del 2019 (-19%). En este contexto, Quevedo consideró que, “conjuntamente con el pago de $1,120 millones de la deuda del Estado con sus proveedores, el Proyecto de Presupuesto 2025 será otro paso en la dirección correcta”.
El ministro de Economía y Finanzas, Felipe Chapman, prevé para Panamá un crecimiento del producto interno bruto (PIB) nominal del 5% y una inflación del 2% en 2025.
Según Chapman, estas proyecciones macroeconómicas fueron utilizadas para elaborar el proyecto de ley del Presupuesto General del Estado para 2025, a un monto de $26.084 millones, y que deberá ser presentado a la Asamblea Nacional la próxima semana. Al mismo tiempo subrayó que estos cálculos se basan en proyecciones dadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y se alinean con estimaciones de organismos como el Banco Mundial y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), señala un comunicado del MEF. Sin embargo, la tasa de crecimiento de la economía panameña esperada para 2025, de 5%, sería menor al 7,3% de 2023, y superior a las previsiones esperadas para 2024, entre el 3.5% y 3,0%.
Chapman reconoció que el escenario económico global sigue siendo incierto, con un crecimiento real proyectado por el FMI del 3,3% para 2025, influenciado por la inflación global y las tensiones geopolíticas. Y como respuesta, enfatizó en que el Gobierno está adoptando medidas para presentar un presupuesto realizable, creíble y responsable que asegure la estabilidad financiera y fiscal que el país merece, y que propicie confianza, fomente la inversión, el consumo y, por ende, el crecimiento económico.
Y, adelantó que esto incluye la promoción de políticas públicas que impulsan el empleo y el desarrollo, asegurando así un entorno propicio para el bienestar social y la prosperidad de los ciudadanos.
El titular del MEF subrayó la necesidad de tomar decisiones responsables ante la situación heredada, con un déficit del SPNF no anualizado del 3,96% del PIB a junio de 2024 y un sobreendeudamiento del 10,2% sobre el límite permitido por la Ley de Responsabilidad. Fiscal Social, uno de varios factores que llevaron a una rebaja de la calificación de crédito del país en 2024.
“Este escenario obliga al Gobierno Nacional a reorientar, priorizar y ajustar gastos, enfocándose en áreas estratégicas para asegurar la estabilidad y el crecimiento económico a largo plazo. El objetivo principal del presupuesto es ser consistente con una estrategia de reducción de déficit fiscal manteniendo la inversión pública en áreas clave, con transparencia y rendición de cuentas, y una clara estrategia para superar los desafíos estructurales actuales”, apuntó.
En junio pasado, el FMI resaltó que Panamá ha logrado avances significativos en la reducción de su déficit fiscal, (disminuyó del 10,0% en 2020 al 3,0% del PIB en 2023, en línea con el Plan Social y Ley de Responsabilidad Fiscal), pero para alcanzar la meta de déficit fiscal del 2,0% del PIB, en 2024, sería necesario reducir excesivamente la inversión pública.
“Ser una economía dolarizada aumenta la importancia de mantener la sostenibilidad fiscal y la estabilidad financiera”, afirmó en su momento el FMI, cuyos representantes se reunieron a finales de septiembre pasado en la ciudad de Panamá para discutir asuntos relacionados con la planificación presupuestaria a mediano plazo, la ejecución y ajustes del presupuesto 2024, preparación del presupuesto 2025 y las proyecciones económicas.
El viernes 4 de octubre, el Consejo de Gabinete aprobó el proyecto de ley del Presupuesto General del Estado para 2025 por un monto de $26.084 millones, es decir, una reducción frente a la ley vigente para 2024 de 15%, equivalente a $5.402 millones, y un déficit fiscal del Sector Público No Financiero (SPNF) del 3% del PIB. De los $$26.084 millones, $20.739 millones son para gastos de funcionamiento y $5.345 millones, para inversión la suma desglosó Chapman en conferencia de prensa, sin precisar mayores detalles de cuánto le tocaría a cada entidad. Solo se limitó a decir que salud, educación, apoyo a los grupos vulnerables e inversión en infraestructura de obras públicas serían prioridad.
De acuerdo con el titular, el proyecto de presupuesto se diseñó orientado a la optimización de los gastos operativos y al fomento de la inversión pública, a través de un manejo eficiente y transparente de las finanzas públicas del país.
Además, agregó que sigue los criterios de racionalidad y transparencia para mejorar una asignación adecuada de los recursos finitos, con un enfoque en resultados tangibles para la población. “El Gobierno Nacional evaluó hacer un mayor recorte en los gastos de funcionamiento para poder asignar más recursos a inversiones, lo que no se ha podido lograr por restricciones establecidas en leyes y otros regímenes especiales vigentes”, dijo.
A juicio del consultor empresarial, René Quevedo, si bien es cierto que la medidas anunciadas por Chapman y establecidas en el presupuesto 2025 buscan que las finanzas públicas sean sostenibles a lo largo del tiempo para propiciar una mayor actividad económica, que catalice el aumento de la inversión privada, tanto nacional como extranjera, así como estimular el consumo en los hogares, la realidad es que “la economía panameña enfrenta un déficit de circulante y una importante contracción del consumo, acelerada por la reciente pérdida del Grado de Inversión de Fitch Ratings el 28 de marzo pasado”.
Hay que recordar que el primer impacto de la pérdida del Grado de Inversión fue el aumento del 1,5% en la tasa de desempleo anunciado por el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel) como resultado del cierre de mina (abril 2024), lo que representa 31,413 empleos perdidos, agravando el ya deprimido consumo.
También se ha dado un incremento generalizado de las tasas de interés bancario en créditos de consumo y financiamientos al sector productivo (que genera empleos) entre enero 2023 y agosto 2024, incluyendo +14% en préstamos al comercio y +21% a la industria, dificultando la inversión privada y la generación de empleo, e inclusive ha ocasionado reducciones de personal en sectores como la banca y medios de comunicación. “Este fenómeno ha ocasionado un relativo estancamiento de la inversión privada nacional”, apuntó Quevedo, quien cree que: “Por los comentarios dados por Chapman (sobre el presupuesto 2025), habrá recortes importantes en los rubros de servicios personales (planilla) y no personales (alquileres, servicios básicos, publicidad, consultorías, transporte y viáticos, entre otros). Esto me parece positivo”, acotó.
Según estadísticas de la Superintendencia de Bancos, los nuevos financiamientos bancarios al sector productivo han sido $2,234 millones menos que en el mismo período del 2019 (-19%). En este contexto, Quevedo consideró que, “conjuntamente con el pago de $1,120 millones de la deuda del Estado con sus proveedores, el Proyecto de Presupuesto 2025 será otro paso en la dirección correcta”.