La Ley es un programa de incentivos para la producción de semiconductores. Cuenta con la colaboración de siete países
Durante su primer mensaje a la nación en el Congreso de Estados Unidos, Donald Trump, planteó la necesidad de deshacerse de la Ley de chips y ciencias creada en 2022, por el entonces presidente, Joe Biden, para promover la industria de semiconductores del país.
Las declaraciones de Trump se dieron justo cuando Taiwan Semiconductor, la empresa más grande del mundo, anunció una inversión de $165.000 millones para desarrollar chips en Estados Unidos.
Para el mandatario estadounidense es importante que este tipo de empresas lleguen al país, pero sin que el gobierno “les brinde dinero”; refiriéndose a “la ley chips”, la cual calificó como “algo horrible, horrible”, puesto que ésta establece que el Departamento de Estado de EE.UU. le proporcionaría $500 millones ($100 millones por año a lo largo de cinco años, a partir del año fiscal 2023), al Fondo Internacional de Seguridad Tecnológica e Innovación (Fondo ITSI), para expandir la fabricación global de semiconductores y garantizar las cadenas de suministro.
“Damos cientos de miles de millones de dólares y no sirve para nada. Cogen nuestro dinero y no lo gastan. Todo lo que significaba para ellos —no les damos dinero—, todo lo que era importante para ellos era que no querían pagar los aranceles, así que vinieron y construyeron, y vienen muchas otras empresas”, alegó Trump.
Añadió que “no necesitamos darles dinero, simplemente queremos proteger a nuestras empresas y a nuestra población, y vendrán porque no tendrán que pagar aranceles si construyen en Estados Unidos. ¡Es increíble! Debería deshacerse de la ley chip y utilizar lo que queda, señor presidente de la Cámara de Representantes, para reducir la deuda; o para cualquier otro propósito que desee”.
Trump además comentó que la Ley de chips y ciencia en nada se compara con su política de “América primero” en la que ya Estados Unidos ha recibido $1,7 mil millones en nuevas inversiones en las últimas semanas.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, durante su primer mensaje a la nación en el Congreso.
Le ley
La Ley de chips y ciencia de Estados Unidos es un programa de incentivos para la producción de semiconductores en el país. El objetivo es reducir la dependencia de importaciones y competir con China en la industria de semiconductores.
Su eliminación podría afectar a los siete países, entre esos Panamá, que fueron elegidos por el Departamento de Estado de Estados Unidos para establecer una colaboración para reforzar la cadena de valor global de semiconductores, a través del Fondo ITSI, creado por la Ley chips y ciencia.
¿Financiación a Panamá?
Sin embargo, Panamá no ha recibido “ningún centavo” de los $500 millones, que Estados Unidos destinó a través del Fondo ITSI, en la que el Departamento de Estado destinaría unos $100 millones por año a lo largo de cinco años, a partir del año fiscal 2023, dijo en octubre de 2024, a este medio, Eduardo Ortega-Barría, titular de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt).
Todo esto, dijo, se usaría para expandir la fabricación global de semiconductores, garantizar cadenas de suministro seguras de semiconductores y desarrollar e implementar redes y servicios de tecnología de la información y comunicaciones (TIC) seguras y confiables, a través de nuevos programas e iniciativas con aliados y socios.
El secretario de la Senacyt indicó que los $500 millones iban a ser utilizados para fortalecer la cadena de valor en siete países, de los cuales tres estarán en el continente americano: México, Costa Rica y Panamá.
También había adelantado que ya estaban a la espera de que para el 2025 se lanzará la primera convocatoria de los fondos que iban a ser invertidos en colaboración entre centros de Estados Unidos y Panamá. Con el actual panorama la idea parece desvanecerse.
En 2024, durante la administración del expresidente Laurentino Cortizo se lanzó la Estrategia Nacional de Microelectrónica y Semiconductores.
Avances
Ortega, incluso, había comentado que la llegada de Trump al poder podría generar suspicacia sobre los cambios que dictaría dentro de una colaboración que ya presenta avances en los países miembros.
Por ejemplo, Panamá ya ha puesto en marcha su Estrategia Nacional de Microelectrónica y Semiconductores y ha realizado lanzamientos de convocatorias de becas de licenciatura, maestrías y doctorados, especializados en microelectrónica y semiconductores.
La Universidad Tecnológica de Panamá construirá el Centro de Tecnología Avanzada de Semiconductores (C-TASC) con el asesoramiento de la Arizona State University.
Con todos los proyectos en marcha, si la Ley de chips y ciencia no continúa, Panamá echaría en saco roto sus expectativas de generación empleo, capacitación de personal especializado, inversión y captación de ingresos de casi $7.000 millones.