Crecimiento del PIB en Panamá en 2025 sorprende según el FMI: ¿Qué hay detrás?
- 29/04/2025 00:00
El organismo internacional, al revisar la tendencia, ha llegado a la conclusión de que el crecimiento de Panamá tendrá un punto porcentual adicional a lo calculado previamente. De 3 % a 4 % del PIB El Ministerio de Economía y Finanzas ha publicitado el último informe del FMI que eleva las expectativas del crecimiento del producto interno bruto de Panamá en 2025 del 3 % al 4 %. Parece que el FMI sabe algo que nosotros no sabemos. De lo contrario, cómo se explica un aumento de un punto porcentual en medio de la gran incertidumbre global por las políticas arancelarias de Estados Unidos.
El FMI, en octubre del 2024, proyectaba un crecimiento de la economía mundial del 3,3 %; hoy reduce sus expectativas a 2,8 %. En América Latina, el Fondo Monetario Internacional calculaba un crecimiento de 2,5 % en su último análisis previo a la investidura del presidente Donald Trump. Actualmente, en concordancia con la evidente contracción del mercado producto de la guerra comercial, reduce estas expectativas en la misma proporción del mercado mundial, a 2 % de crecimiento.
En cambio, esta multilateral aumenta las expectativas de crecimiento de la economía panameña. No supone el FMI que se reducen nuestras expectativas de crecimiento en la misma dirección que el resto de los países, no cree que las expectativas deben siquiera quedarse como están. No deduce, siendo optimistas, que deben aumentar en la misma proporción que se reduce la economía mundial y latinoamericana. El FMI, al revisar la tendencia, ha llegado a la conclusión de que el crecimiento de Panamá tendrá un punto porcentual adicional a lo calculado previamente. De 3 % a 4 % del PIB.
Según la interpretación publicada por el MEF, esto se debe a que “a pesar de este panorama regional adverso, Panamá sobresale como un ejemplo de resiliencia y buena gestión económica, respaldado por políticas fiscales prudentes y una recuperación sólida de los sectores clave de su economía”.
Nos vamos al informe del FMI: IMF—World Economic Outlook. January 2025 Update. April 2025 Update. Esa interpretación no aparece por ninguna parte. Procuramos ir entonces al documento completo y nos encontramos con lo siguiente: The compiled full report (PDF) of the April 2025 will be available online by May 15, 2025. A esperar pacientemente.
Mientras tanto, veamos si las cifras macroeconómicas disponibles permiten colegir las razones por las que el FMI calcula que nuestra economía irá a contramano del resto del planeta.
Esta es la composición de nuestro PIB en 2024 (ver gráfica). Tres sectores representan un aporte al PIB de más de dos dígitos, lo cual los coloca como las locomotoras de la economía: Comercio con 21 %, construcción con 15 % y transporte con 12 %. Resulta muy evidente que la guerra comercial provocada por el aumento de los aranceles por parte de Estados Unidos tenderá a contraer el comercio mundial.
Esto asestaría un duro golpe al transporte, incluyendo el Canal de Panamá. Según la publicación del Banco Interamericano de Desarrollo, “La contribución económica del Canal de Panamá y su sensibilidad a los choques internos y externos” de diciembre de 2024, El Canal de Panamá representa el 7,5 % del PIB y el 16 % de las exportaciones del país.
Luego tenemos el sector comercio. Huelga demostrar que, ante la contracción del comercio mundial, habrá un consecuente efecto sobre la economía mundial y en nuestro caso la economía latinoamericana. Según el FMI se revisa a la baja de medio punto el efecto sobre la Zona Libre y, por tanto, el PIB del comercio que debe tener también un efecto negativo sobre nuestro sector comercio. El tercer sector que aporta dos dígitos a la economía es la construcción. No creo que el FMI considere que el millonario subsidio que recibirán bancos y promotoras con la nueva ley de interés preferencial tendrá un efecto tan positivo que evadirá la tendencia a la baja del mundo y Latinoamérica como parte de este.
No hay que ser Albus Dumbledore para sospechar que el FMI ha recibido información oficial de que otro sector, cuyo efecto será tan extraordinario que nuestro país crecerá 4 % en el 2025.
La minería. El valor agregado generado por una empresa ya en operación se calcula en términos generales por la sumatoria de la utilidad neta, más los salarios, más los impuestos pagados al Estado. Para tomar el mejor año de referencia que es el 2022 según los Estados Financieros de First Quantum publicados en 2022, tuvo Ebitda, por sus siglas en inglés, esto es utilidades antes de interés, impuestos, depreciación y amortización de $1.665 millones. Aunque la empresa tiene mucho cuidado de no dar cifras desagregadas por país, si consideramos la misma proporción que en su operación mundial se puede calcular $900 millones de utilidad neta, según sus declaraciones de prensa aseguraba que pagaba salarios por $206 millones a $7.500 empleados. Haciendo bechmarking podemos comparar a la ACP que, según sus estados financieros auditados, pagó salarios en 2023 por $745 millones y utilidades por $3.206 millones en 2023. Aporta 3,1 % del PIB. Esto para mostrar que es imposible que First Quantum, con utilidad de menos de la mitad, con gran parte de sus empleados extranjeros y con los salarios de sus directivos enviándose a sus países, pueda tener un efecto multiplicador que represente al final 5% del PIB.
Según el cuadro elaborado con cifras del INEC, todo minas y canteras en el 2022 representó 4% del PIB. En 2024, cuando ya no existe actividad minera por parte de la empresa, el sector representa 2 % del PIB. Esto significa que el aporte de la minera en el mayor de los casos no representó más del 3 % del PIB.
El MEF está convencido de que el ajuste del FMI se debe a políticas fiscales prudentes y una recuperación sólida de los sectores clave de la economía.
Sobre la política fiscal prudente, basta decir que según el balance fiscal del 2024 publicado por el MEF, nuestras finanzas reflejaron un déficit de 7,5 %. Esto es $6.416 millones. Es el mayor déficit en términos absolutos de la historia republicana. Aun mayor que el de la pandemia en 2020, cuando las empresas estaban cerradas y el gobierno repartía bonos como pastillas. En ese año el déficit fue de $5.221 millones. Decir que este ajuste se debe a la prudencia fiscal es un exabrupto, por decir lo menos. Nos queda entonces la última parte de la oración. “Debido a recuperación de sectores clave de la economía”.
El Ministerio de Economía y Finanzas ha publicitado el último informe del FMI que eleva las expectativas del crecimiento del producto interno bruto de Panamá en 2025 del 3 % al 4 %. Parece que el FMI sabe algo que nosotros no sabemos. De lo contrario, cómo se explica un aumento de un punto porcentual en medio de la gran incertidumbre global por las políticas arancelarias de Estados Unidos.
El FMI, en octubre del 2024, proyectaba un crecimiento de la economía mundial del 3,3 %; hoy reduce sus expectativas a 2,8 %. En América Latina, el Fondo Monetario Internacional calculaba un crecimiento de 2,5 % en su último análisis previo a la investidura del presidente Donald Trump. Actualmente, en concordancia con la evidente contracción del mercado producto de la guerra comercial, reduce estas expectativas en la misma proporción del mercado mundial, a 2 % de crecimiento.
En cambio, esta multilateral aumenta las expectativas de crecimiento de la economía panameña. No supone el FMI que se reducen nuestras expectativas de crecimiento en la misma dirección que el resto de los países, no cree que las expectativas deben siquiera quedarse como están. No deduce, siendo optimistas, que deben aumentar en la misma proporción que se reduce la economía mundial y latinoamericana. El FMI, al revisar la tendencia, ha llegado a la conclusión de que el crecimiento de Panamá tendrá un punto porcentual adicional a lo calculado previamente. De 3 % a 4 % del PIB.
Según la interpretación publicada por el MEF, esto se debe a que “a pesar de este panorama regional adverso, Panamá sobresale como un ejemplo de resiliencia y buena gestión económica, respaldado por políticas fiscales prudentes y una recuperación sólida de los sectores clave de su economía”.
Nos vamos al informe del FMI: IMF—World Economic Outlook. January 2025 Update. April 2025 Update. Esa interpretación no aparece por ninguna parte. Procuramos ir entonces al documento completo y nos encontramos con lo siguiente: The compiled full report (PDF) of the April 2025 will be available online by May 15, 2025. A esperar pacientemente.
Mientras tanto, veamos si las cifras macroeconómicas disponibles permiten colegir las razones por las que el FMI calcula que nuestra economía irá a contramano del resto del planeta.
Esta es la composición de nuestro PIB en 2024 (ver gráfica). Tres sectores representan un aporte al PIB de más de dos dígitos, lo cual los coloca como las locomotoras de la economía: Comercio con 21 %, construcción con 15 % y transporte con 12 %. Resulta muy evidente que la guerra comercial provocada por el aumento de los aranceles por parte de Estados Unidos tenderá a contraer el comercio mundial.
Esto asestaría un duro golpe al transporte, incluyendo el Canal de Panamá. Según la publicación del Banco Interamericano de Desarrollo, “La contribución económica del Canal de Panamá y su sensibilidad a los choques internos y externos” de diciembre de 2024, El Canal de Panamá representa el 7,5 % del PIB y el 16 % de las exportaciones del país.
Luego tenemos el sector comercio. Huelga demostrar que, ante la contracción del comercio mundial, habrá un consecuente efecto sobre la economía mundial y en nuestro caso la economía latinoamericana. Según el FMI se revisa a la baja de medio punto el efecto sobre la Zona Libre y, por tanto, el PIB del comercio que debe tener también un efecto negativo sobre nuestro sector comercio. El tercer sector que aporta dos dígitos a la economía es la construcción. No creo que el FMI considere que el millonario subsidio que recibirán bancos y promotoras con la nueva ley de interés preferencial tendrá un efecto tan positivo que evadirá la tendencia a la baja del mundo y Latinoamérica como parte de este.
No hay que ser Albus Dumbledore para sospechar que el FMI ha recibido información oficial de que otro sector, cuyo efecto será tan extraordinario que nuestro país crecerá 4 % en el 2025.
La minería. El valor agregado generado por una empresa ya en operación se calcula en términos generales por la sumatoria de la utilidad neta, más los salarios, más los impuestos pagados al Estado. Para tomar el mejor año de referencia que es el 2022 según los Estados Financieros de First Quantum publicados en 2022, tuvo Ebitda, por sus siglas en inglés, esto es utilidades antes de interés, impuestos, depreciación y amortización de $1.665 millones. Aunque la empresa tiene mucho cuidado de no dar cifras desagregadas por país, si consideramos la misma proporción que en su operación mundial se puede calcular $900 millones de utilidad neta, según sus declaraciones de prensa aseguraba que pagaba salarios por $206 millones a $7.500 empleados. Haciendo bechmarking podemos comparar a la ACP que, según sus estados financieros auditados, pagó salarios en 2023 por $745 millones y utilidades por $3.206 millones en 2023. Aporta 3,1 % del PIB. Esto para mostrar que es imposible que First Quantum, con utilidad de menos de la mitad, con gran parte de sus empleados extranjeros y con los salarios de sus directivos enviándose a sus países, pueda tener un efecto multiplicador que represente al final 5% del PIB.
Según el cuadro elaborado con cifras del INEC, todo minas y canteras en el 2022 representó 4% del PIB. En 2024, cuando ya no existe actividad minera por parte de la empresa, el sector representa 2 % del PIB. Esto significa que el aporte de la minera en el mayor de los casos no representó más del 3 % del PIB.
El MEF está convencido de que el ajuste del FMI se debe a políticas fiscales prudentes y una recuperación sólida de los sectores clave de la economía.
Sobre la política fiscal prudente, basta decir que según el balance fiscal del 2024 publicado por el MEF, nuestras finanzas reflejaron un déficit de 7,5 %. Esto es $6.416 millones. Es el mayor déficit en términos absolutos de la historia republicana. Aun mayor que el de la pandemia en 2020, cuando las empresas estaban cerradas y el gobierno repartía bonos como pastillas. En ese año el déficit fue de $5.221 millones. Decir que este ajuste se debe a la prudencia fiscal es un exabrupto, por decir lo menos. Nos queda entonces la última parte de la oración. “Debido a recuperación de sectores clave de la economía”.