Cepal: Disminuye la pobreza extrema, pero persiste la desigualdad de ingresos en la región
- 12/11/2024 11:14
- 12/11/2024 09:46
El organismo señaló que se requieren políticas integrales para reducir la desigualdad y promover la movilidad social La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentó su informe anual sobre Panorama Social de América Latina y el Caribe 2024: desafíos de la protección social no contributiva para avanzar hacia el desarrollo social inclusivo.
Entre sus principales resultados está que la pobreza en la región se redujo de manera sostenida de 1990 a 2014 de 51,2% a 27,7%. Pero su reducción se atenuó a partir de entonces y aumentó con la pandemia.
Para 2023, alcanzó un nivel ligeramente inferior a la de 2014 (27.3%), pero es el nivel más bajo desde que hay registro comparable.
Asimismo, el informe reveló que la pobreza extrema aumentó con la pandemia a 13% y disminuyó a 10.6% en 2023, pero aún se encuentra por encima del 8.6% del 2014.
Persiste la alta desigualdad de ingresos, ya que en 2023 no se presentó cambios significativos respecto al 2022.
Otro detalle es que uno de cada tres hogares en el quintil de menores ingresos carece de acceso a la protección social.
Se mantiene la alta desigualdad de género y una crisis de cuidados que se verá exacerbada por el envejecimiento acelerado.
Más de la mitad de las mujeres (56,3%) fuera del mercado laboral se dedican exclusivamente al cuidadono remunerado.
La Cepal advierte que el gasto en protección social (contributivo y no contributivo) en 2023 es insuficiente.
Perdura las debilidades en la institucionalidad social que constituyen una restricción para enfrentar los desafíos del desarrollo y la implementación de las políticas sociales.
José Manuel Salazar, secretario ejecutivo de la Cepal, comentó que se requieren políticas integrales para reducir la desigualdad y promover la movilidad social.
Establecer un estándar de inversión social en la protección social no contributiva y un fortalecimiento de la institucionalidad social con capacidades técnicas, operativas, políticas y prospectivas (TOPP) de las instituciones de la protección social, en especial, de la protección social no contributiva.
Según Salazar, se requiere enfrentar la crisis del desarrollo y las brechas del desarrollo social inclusivo requiere avanzar hacia sistemas de protección social universales, integrales, sostenibles y resilientes.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentó su informe anual sobre Panorama Social de América Latina y el Caribe 2024: desafíos de la protección social no contributiva para avanzar hacia el desarrollo social inclusivo.
Entre sus principales resultados está que la pobreza en la región se redujo de manera sostenida de 1990 a 2014 de 51,2% a 27,7%. Pero su reducción se atenuó a partir de entonces y aumentó con la pandemia.
Para 2023, alcanzó un nivel ligeramente inferior a la de 2014 (27.3%), pero es el nivel más bajo desde que hay registro comparable.
Asimismo, el informe reveló que la pobreza extrema aumentó con la pandemia a 13% y disminuyó a 10.6% en 2023, pero aún se encuentra por encima del 8.6% del 2014.
Persiste la alta desigualdad de ingresos, ya que en 2023 no se presentó cambios significativos respecto al 2022.
Otro detalle es que uno de cada tres hogares en el quintil de menores ingresos carece de acceso a la protección social.
Se mantiene la alta desigualdad de género y una crisis de cuidados que se verá exacerbada por el envejecimiento acelerado.
Más de la mitad de las mujeres (56,3%) fuera del mercado laboral se dedican exclusivamente al cuidadono remunerado.
La Cepal advierte que el gasto en protección social (contributivo y no contributivo) en 2023 es insuficiente.
Perdura las debilidades en la institucionalidad social que constituyen una restricción para enfrentar los desafíos del desarrollo y la implementación de las políticas sociales.
José Manuel Salazar, secretario ejecutivo de la Cepal, comentó que se requieren políticas integrales para reducir la desigualdad y promover la movilidad social.
Establecer un estándar de inversión social en la protección social no contributiva y un fortalecimiento de la institucionalidad social con capacidades técnicas, operativas, políticas y prospectivas (TOPP) de las instituciones de la protección social, en especial, de la protección social no contributiva.
Según Salazar, se requiere enfrentar la crisis del desarrollo y las brechas del desarrollo social inclusivo requiere avanzar hacia sistemas de protección social universales, integrales, sostenibles y resilientes.