Economía

BID: Panamá necesitará mucha credibilidad y transparencia en su marco fiscal de mediano plazo

Tomás Bermúdez, del BID, en Cade 2024, donde se refirió al marco fiscal de mediano plazo, un documento que enfatiza en los resultados y propósitos de la política fiscal. LARISH JULIO / La Estrella
Actualizado
  • 09/04/2024 23:00
Creado
  • 09/04/2024 18:06

El organismo hizo el llamado en Cade 2024, organizada por la Apede, justo después de que Fitch rebajó la calificación de Panamá

Con la pérdida del grado de inversión, Panamá ahora necesitará mucha credibilidad y transparencia en su marco fiscal, a mediano plazo.

“Panamá nunca lo ha querido poner sobre la mesa en muchos años, respecto a cuál es el marco fiscal de mediano plazo en el país. Ahora esa conversación se tiene que dar, de manera que la próxima administración y la que le sigue puedan recuperar el grado de inversión, que se perdió recientemente”, así lo advirtió Tomás Bermúdez, representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Bermúdez se refirió a este tema en la Conferencia Anual de Ejecutivos (Cade) 2024, organizada por la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede), en la que planteó la coyuntura económica, retos y oportunidades para el desarrollo de Panamá.

El economista recordó que hace poco días la agencia calificadora Fitch Ratings rebajó la calificación de Panamá y le quitó el grado de inversión, como parte de su última revisión publicada el 28 de marzo de 2024, en la que analizó los desafíos fiscales que enfrenta el Estado relacionados con la gobernanza, el cierre de la mina, entre otros retos.

Recalcó que esta decisión traerá consecuencias en el costo, como puede ser el caso de que algunos fondos de inversión podrían abandonar la deuda panameña que se encuentran en el mercado internacional.

Con todo este comportamiento expresó la necesidad de que el próximo gobierno tenga una comunicación muy clara con los inversores y las calificadoras de riesgo.

El llamado del representante del BID se dio luego de que Fitch degradó la calificación crediticia de Panamá de “BBB-” a “BB+”, con perspectiva “estable”.

Un “BB+” de grado especulativo de Fitch Ratings denota un “posible riesgo de incumplimiento, vulnerable a las condiciones económicas”. También refleja los desafíos fiscales y de gobernanza que se han agravado por los acontecimientos que rodean el cierre de la mina más grande del país.

Según el análisis de la calificadora, los grandes déficits fiscales y el bajo rendimiento de los ingresos han impulsado algunos de los mayores aumentos de la deuda pública/producto interno bruto (PIB) e intereses/ingresos entre pares desde 2019.

“Esto ha limitado el espacio de políticas anticíclicas que ya era más limitado en el contexto de la dolarización, y plantea una mayor vulnerabilidad a la luz de la fuerte dependencia del soberano de los mercados externos para la financiación”, advirtió la agencia calificadora.

Bermúdez, por su parte, aseveró que el gasto público que hace Panamá es “sumamente ineficiente” porque hay una cantidad de subsidios que no están bien enfocados y hay incrementos desproporcionados en algunas de las partidas del Estado.

Por ejemplo, mencionó que hay una migración importante del gasto corriente en los últimos años, que ha llevado a que los ingresos de 2009 y 2023 sufrieran una caída del 18,2%.

Advirtió que “si le quitamos los ingresos extraordinarios, por parte de la venta de los terrenos, que hizo el Ministerio de Economía y Finanzas a la Autoridad del Canal de Panamá, más la eliminación de los recursos de la mina de Cobre Panamá, esa cifra quedaría a 16,8%, es decir, una caída del 5,5% del PIB en ingresos en los últimos 15 años”.

Aunque los problemas en los gastos públicos es un tema importante, el representante del BID mencionó que no hay que dejar a un lado la recaudación de ingresos, “porque el país tiene una ineficiencia en la recaudación desde la Dirección General de Ingresos (DGI), ya que hay unos niveles de evasión fiscal demasiado importantes, tanto en personas jurídicas como en el impuesto sobre el valor añadido (IVA)”.

Según Bermúdez, “existen 30 leyes que otorgan incentivos fiscales o tributarios a empresas para promover inversión y empleo, que no se están midiendo o cumpliendo con el propósito de lograr los incentivos”.

“Hay que tener una DGI que sea mucho más eficiente en términos de recaudación, sabemos que se han estado haciendo esfuerzos en ese sentido, pero es un trabajo importante. Digo esto porque si mañana recortamos el 10% de la planilla completa del Estado, eso solo representaría el 0,4% del PIB, entonces, hay que trabajar por varios lados para recibir los ingresos que el país merece”, subrayó.

Para el economista, en la medida que un país va creciendo, su deuda pública va siendo sostenible, como ha sido el caso de Panamá en los últimos años. Sin embargo, aclaró que en un esquema en que el país crecerá menos, este año, ahora tendrá que prestarle atención a los “cojines” con los que cuenta para manejar el crecimiento de la deuda, ya que dejará de percibir los ingresos de la mina, lo que hace mucho más apremiante la necesidad de buscar nuevos motores de crecimiento.

Entre las oportunidades que analizó se encuentra el sector logístico, ya que Panamá ha tenido su oferta exportadora muy concentrada en dos renglones, el transporte (con el canal, puertos, etc) y las aerolíneas con el hub de las Américas, de la cual ahora necesita diversificar su canasta exportadora.

“El país ya cuenta con ciertas ventajas, que le ayudarían a moverse rápido, como puede ser la conectividad, ya que tiene una posición geográfica privilegiada. Por otro lado, tiene una infraestructura logística importante, como el aeropuerto, los puertos, el ferrocarril y las carreteras”, destacó el representante del BID.

“Panamá tiene las infraestructuras, que son útiles para trabajar sobre eso y apalancar la capacidad logística. Ahora, eso va a requerir inversión estratégica para pasar de ser un país que mueve barcos, a saber aprovechar todas sus oportunidades. Todo esto se puede lograr si el sector logístico funciona más con una visión país con resultados a largo plazo”, añadió.

Otro motor de crecimiento, según Bermúdez, es que Panamá tiene la capacidad de convertirse en un hub energético importante, ya que de alguna manera es un país que permite el tránsito de buques de gas y cuenta con la instalación de plantas de gas, que ofrecen una oportunidad de almacenamiento energético de hidrógeno verde, que debe ser aprovechado, siempre y cuando se mejore la matriz energética.

Además mencionó el turismo, tomando en cuenta que es una actividad que representa el 16% del PIB y el 17% del empleo. Destacó que “esta industria en 2023 recibió casi 2 millones de visitantes en el hub de las Américas, y ya se encuentra por arriba de los niveles de prepandemia”.

No obstante, recomendó una diversificación de la oferta de infraestructura porque la mayoría de los hoteles se encuentra en la ciudad capital, mientras que la oferta de atracción turística está en el interior del país. “Tenemos que hacer una convergencia en ese sentido, en el que se capacita al personal que recibirá a los turistas porque tenemos que vender esos productos, la marca país y conseguir mayores incentivos”, dijo.

Indicó que en el agro también hay oportunidades de crecimiento, a pesar de que solo representa 2,5% del PIB, pero tiene un componente importante de empleos. Para ver resultados señaló que “hay que realizar mayor inversión para potenciar la innovación”.

En conclusión, el representante del BID expresó que Panamá tiene ventajas claras que debe aprovechar para seguir su marcha hacia un crecimiento inclusivo. Asimismo, sigue siendo un referente de crecimiento, pero no lo ha traducido a una menor desigualdad de oportunidades, y las brechas territoriales no muestran signos de cerrarse.

Reiteró que el país requiere de muchas inversiones para incrementar la productividad y diversificar su canasta de exportación e insertarse a cadenas de valor y suministros, desde infraestructuras hasta educación.

“Para la próxima administración, la credibilidad de la política fiscal dependerá de la comunicación con inversionistas y agencias crediticias. Por un lado, no se puede ignorar el problema de ingresos. Por otro lado, la medición de la eficacia y calidad del gasto es primordial”, puntualizó Bermúdez