2024, un año ‘moderado’ para América Latina y el Caribe
- 02/02/2024 00:00
- 01/02/2024 22:17
Según un grupo de expertos, la región no está cayendo en una recesión porque después del paso de la pandemia del coronavirus ha logrado un ‘aterrizaje suave e importante’ Para el 2024, América Latina y el Caribe espera un crecimiento moderado o similar al del 2023. También proyecta que la inflación siga conteniéndose y que continúen los desbalances fiscales en la mayoría de los países.
Sin embargo, con un panorama global más desafiante e incierto, la región ve que estas perspectivas del 2024 pueden verse deterioradas y agudizadas por los conflictos internacionales, una mayor fragmentación comercial o que los altos costos de financiamiento sigan por más tiempo de lo anticipado. Sumado a los retos ya conocidos en materia de pobreza, desigualdad, informalidad y déficit fiscal.
Así lo aseguraron un grupo de experto en el panel “Perspectivas económicas 2024”, que se dio en el marco de la Conferencia CAF: “América Latina y el Caribe, una región de soluciones”, un evento que reunió, este jueves, a más de 35 participantes de distintos países con el objetivo de buscar identificar desafíos y proponer soluciones regionales a problemas globales apremiantes, apoyándose en aliados del sector público y privado así como en la sociedad civil.
“¿Qué esperamos para este 2024?, una desaceleración del crecimiento, que ya estaba asociada y planteada con el retiro de los estímulos fiscales monetarios y también con un entorno externo más débil”, comentó Adriana Arreaza, directora de Estudios Macroeconómicos de CAF.
Arreaza indicó que lo valioso de este proceso es que la región no está cayendo en una recesión porque después del paso de la pandemia del coronavirus ha logrado un “aterrizaje suave e importante”, pero advirtió que todavía no puede dejar de lado que sigue teniendo perspectivas de crecimiento bajas.
Simon Cuevas Armijos, exministro de Economía y Finanzas Ecuador, por su parte, adelantó que la situación fiscal para la región este 2024 será “menos buenas”.
Por lo tanto, recomendó a los países volver a crear “colchones económicos” como los que tuvieron en la pandemia para así estar mejor preparados a crisis posteriores.
“La región tiene que aprender de la lección de la pandemia, ya que no le fue tan mal en su reacción a contener los estragos vaticinados porque hizo mejor la tarea fiscal, al tener mejores instituciones, reglas y mecanismos”, contó Cuevas.
Marcela Meléndez, economista en jefe adjunta para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, indicó que el buen rebote que tuvo la región en post pandemia se debió porque la economía volvió a emprenderse.
Un ejemplo de ello, según la directora de Estudios Macroeconómicos de CAF, es que la mayoría de los ingresos en todos los países de la región comenzaron a igualarse antes de la pandemia, desde 2021 y en algunos casos no hay mayor diferencia en el nivel de ingreso que hubiesen tenido si la pandemia no hubiera ocurrido. Llevando a que los países tengan una tendencia de crecimiento que tenían incluso antes de la pandemia.
Por lo tanto, los expertos coincidieron en que la región ha dejado atrás los estragos asociados a la pandemia del coronavirus, tras una sólida recuperación económica en 2021 y 2022.
Toda vez que el empleo se recuperó de la mano de la mejora de la actividad, permitiendo que la pobreza y desigualdad retornaran a los niveles de pre pandemia.
La inflación retrocediera debido a la baja de los precios de los alimentos y la energía, la normalización de las cadenas de suministros internacionales y el retiro de los estímulos monetarios.
Recalcaron que los retiros de los estímulos fiscales de la pandemia y el crecimiento económico reportado en 2021 y 2022 contribuyeron a mejorar las cuentas fiscales en la región.
Sin embargo, reconocieron que el espacio de maniobra fiscal sigue siendo limitado, ya que el peso de los intereses de la deuda ha aumentado y han limitado los recursos de infraestructura para el desarrollo de los países.
Para el 2024, América Latina y el Caribe espera un crecimiento moderado o similar al del 2023. También proyecta que la inflación siga conteniéndose y que continúen los desbalances fiscales en la mayoría de los países.
Sin embargo, con un panorama global más desafiante e incierto, la región ve que estas perspectivas del 2024 pueden verse deterioradas y agudizadas por los conflictos internacionales, una mayor fragmentación comercial o que los altos costos de financiamiento sigan por más tiempo de lo anticipado. Sumado a los retos ya conocidos en materia de pobreza, desigualdad, informalidad y déficit fiscal.
Así lo aseguraron un grupo de experto en el panel “Perspectivas económicas 2024”, que se dio en el marco de la Conferencia CAF: “América Latina y el Caribe, una región de soluciones”, un evento que reunió, este jueves, a más de 35 participantes de distintos países con el objetivo de buscar identificar desafíos y proponer soluciones regionales a problemas globales apremiantes, apoyándose en aliados del sector público y privado así como en la sociedad civil.
“¿Qué esperamos para este 2024?, una desaceleración del crecimiento, que ya estaba asociada y planteada con el retiro de los estímulos fiscales monetarios y también con un entorno externo más débil”, comentó Adriana Arreaza, directora de Estudios Macroeconómicos de CAF.
Arreaza indicó que lo valioso de este proceso es que la región no está cayendo en una recesión porque después del paso de la pandemia del coronavirus ha logrado un “aterrizaje suave e importante”, pero advirtió que todavía no puede dejar de lado que sigue teniendo perspectivas de crecimiento bajas.
Simon Cuevas Armijos, exministro de Economía y Finanzas Ecuador, por su parte, adelantó que la situación fiscal para la región este 2024 será “menos buenas”.
Por lo tanto, recomendó a los países volver a crear “colchones económicos” como los que tuvieron en la pandemia para así estar mejor preparados a crisis posteriores.
“La región tiene que aprender de la lección de la pandemia, ya que no le fue tan mal en su reacción a contener los estragos vaticinados porque hizo mejor la tarea fiscal, al tener mejores instituciones, reglas y mecanismos”, contó Cuevas.
Marcela Meléndez, economista en jefe adjunta para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, indicó que el buen rebote que tuvo la región en post pandemia se debió porque la economía volvió a emprenderse.
Un ejemplo de ello, según la directora de Estudios Macroeconómicos de CAF, es que la mayoría de los ingresos en todos los países de la región comenzaron a igualarse antes de la pandemia, desde 2021 y en algunos casos no hay mayor diferencia en el nivel de ingreso que hubiesen tenido si la pandemia no hubiera ocurrido. Llevando a que los países tengan una tendencia de crecimiento que tenían incluso antes de la pandemia.
Por lo tanto, los expertos coincidieron en que la región ha dejado atrás los estragos asociados a la pandemia del coronavirus, tras una sólida recuperación económica en 2021 y 2022.
Toda vez que el empleo se recuperó de la mano de la mejora de la actividad, permitiendo que la pobreza y desigualdad retornaran a los niveles de pre pandemia.
La inflación retrocediera debido a la baja de los precios de los alimentos y la energía, la normalización de las cadenas de suministros internacionales y el retiro de los estímulos monetarios.
Recalcaron que los retiros de los estímulos fiscales de la pandemia y el crecimiento económico reportado en 2021 y 2022 contribuyeron a mejorar las cuentas fiscales en la región.
Sin embargo, reconocieron que el espacio de maniobra fiscal sigue siendo limitado, ya que el peso de los intereses de la deuda ha aumentado y han limitado los recursos de infraestructura para el desarrollo de los países.