Bolillo, de nuevo rival íntimo en Centroamérica
- 04/03/2025 20:04
- 04/03/2025 15:17
Hernán Darío Gómez asume su cuarta incursión como seleccionador en la región, ahora con El Salvador; en la Copa Oro y la eliminatoria podría cruzarse amenazante en el camino de Panamá ´El interminable’, pareciese ser un apodo adecuado en este momento para remplazarle el de ‘Bolillo’, al entrenador colombiano Hernán Darío Gómez quien ha logrado la semana pasada ubicarse a la cabeza de la dirección técnica de una cuarta selección centroamericana al asumir el timón de El Salvador, después de dirigir anteriormente a Guatemala (2006-2008), Panamá (2014-2018) y Honduras (2021-2022).
Es su sexta selección nacional en su dilatada carrera de entrenador (si le sumamos sus experiencias anteriores con Colombia y Ecuador), y de la que apartamos la descripción de su recorrido por los clubes profesionales, para no quedarnos en un recuento estadístico de sus andanzas futbolísticas.
Pero en las dos facetas, ya sea al mando de una selección o de un club, en momentos como este que se le consideraba con su ciclo deportivo concluido, ha demostrado una capacidad singular de resurgir con ruido mediático y proclamar de nuevo “aquí estoy”. A la Selección de El Salvador ha llegado aupado de la mano del dirigente panameño Rolando González, hoy a cargo de la Comisión de Regularización de la FESFUT, y con el respaldo de Yamil Bukele, presidente del INDES y hermano del presidente de ese país.
Es el segundo entrenador colombiano en dirigir a los salvadoreños después de Eduardo Lara, quien lo hizo en 2016 y, según la estadística del diario deportivo El Gráfico, ‘Bolillo’ es el director técnico número 54 y el 34 extranjero en dirigirla desde 1926. A Hernán Darío Gómez le sigue impulsando el perfil de su currículo en el que sobresale significativamente la clasificación a tres mundiales con tres selecciones diferentes: Colombia, Ecuador y Panamá.
Su arribo a El Salvador se da tras la destitución del entrenador español David Doniga, quien logró con la llamada Selecta, quebrarle la racha negativa de 23 partidos sin ganar, ascenderla a la Liga A de la Liga de Naciones de la Concacaf y clasificarla a la próxima Copa Oro 2025. Sin embargo, se movió en un ambiente hostil propiciado por diferencias con algunos jugadores, inconformidad de la afición y críticas de la prensa deportiva por no llenar sus expectativas inmediatas que terminaron por desfavorecerle. El Salvador marcha de tercero en la segunda ronda eliminatoria mundialista del Grupo F, tras disputar dos partidos (una victoria y un empate).
Doniga es un viejo conocido del medio panameño pues formó parte del cuerpo técnico de Thomas Christiansen durante la eliminatoria mundialista para Catar 2022, contribuyendo a fortalecer la primera gestión del proceso liderado por Christiansen. Un proceso que no clasificó a ese mundial, aunque se mantuvo y ha dado réditos a la selección panameña, posicionándola como protagonista en la región, dando paso a la renovación de jugadores y con expectativas positivas hacia el mundial 2026.
Bolillo, entrenador ducho en entender, valorar y aprovechar los momentos más que de liderar procesos, seguramente se apoyará en la parte positiva dejada por Doniga, para dar el paso largo a la clasificación al mundial 2026, objetivo para el que fue contratado. Cuando dirigió a Panamá retomó el aporte del ciclo anterior liderado por Julio Dely Valdés, logrando luego impulsar a los panameños hasta conseguir la clasificación al mundial.
En la eliminatoria para Catar 2022, el Bolillo dirigiendo a Honduras quedó con un saldo negativo, al obtener en 9 partidos dirigidos 1 empate y 8 derrotas. Precisamente frente a la Selección de Panamá debutó con el conjunto catracho, perdiendo en territorio hondureño 2-3 y logrando su único punto en el partido de vuelta, al empatar 1-1 en el Rommel Fernández.
Ahora con El Salvador en el futuro inmediato, Gómez podría cruzarse nuevamente en el camino de Panamá en la Copa Oro a disputarse en junio, a la que ambas selecciones están clasificadas, o en la tercera y última ronda clasificatoria para el mundial 2026, si avanzan las dos en sus respectivos desafíos, y quedan incluidas posteriormente en alguno de los tres grupos de cuatro equipos que están programados para comenzar esa fase en septiembre. Esta última instancia determinará los tres cupos directos para quienes terminen de primeros en cada grupo y las dos opciones de repechaje (play-off), para los dos mejores segundos entre los tres grupos.
Bolillo conoce a la selección canalera y el entorno futbolístico panameño también le conoce; toparse con él se presume que deportivamente va a significar un reto con ingredientes adicionales diferentes a los demás rivales. El cual, especulando, si Bolillo logra con El Salvador un mejor posicionamiento hacia el mundial que el de Christiansen con la selección panameña, podría abrir posiblemente hacia adelante, una ventana para un segundo periodo con Panamá.
Las segundas partes de Gómez en la dirección de Colombia y Ecuador, como en muchas películas, no fueron buenas. Nada se sabe, y menos con el Bolillo, con una carrera de entrenador que parece no tener techo todavía. Técnico zorro, impredecible y conocedor de la letra menuda del fútbol de su entorno, ha movido el tablero del fútbol de selecciones de Centroamérica con su nueva incursión.
En El Salvador, uno de los países con mayor tradición futbolera de la región, que en épocas pasadas era uno de los destinos anhelados por los futbolistas panameños, cada movimiento, frase o decisión de Bolillo ocupa los primeros lugares en la agenda informativa diaria de los medios de comunicación locales, ilusionados con romper una sequía de 44 años y alcanzar su tercera participación en una Copa Mundo de Fútbol, tras haber participado en México 70 y España 82.
La primera demostración de su proyecto y la presentación oficial en un campo de juego, la tendrá Hernán Darío Gómez este 19 de marzo en el amistoso internacional ante el club estadounidense Houston Dynamo FC, programado en el Shell Energy Stadium de Houston. A partir de entonces, Panamá comenzará a hacerse una idea de cómo le viene la mano en la segunda partida con Bolillo de rival, o enemigo íntimo, en la región.
´El interminable’, pareciese ser un apodo adecuado en este momento para remplazarle el de ‘Bolillo’, al entrenador colombiano Hernán Darío Gómez quien ha logrado la semana pasada ubicarse a la cabeza de la dirección técnica de una cuarta selección centroamericana al asumir el timón de El Salvador, después de dirigir anteriormente a Guatemala (2006-2008), Panamá (2014-2018) y Honduras (2021-2022).
Es su sexta selección nacional en su dilatada carrera de entrenador (si le sumamos sus experiencias anteriores con Colombia y Ecuador), y de la que apartamos la descripción de su recorrido por los clubes profesionales, para no quedarnos en un recuento estadístico de sus andanzas futbolísticas.
Pero en las dos facetas, ya sea al mando de una selección o de un club, en momentos como este que se le consideraba con su ciclo deportivo concluido, ha demostrado una capacidad singular de resurgir con ruido mediático y proclamar de nuevo “aquí estoy”. A la Selección de El Salvador ha llegado aupado de la mano del dirigente panameño Rolando González, hoy a cargo de la Comisión de Regularización de la FESFUT, y con el respaldo de Yamil Bukele, presidente del INDES y hermano del presidente de ese país.
Es el segundo entrenador colombiano en dirigir a los salvadoreños después de Eduardo Lara, quien lo hizo en 2016 y, según la estadística del diario deportivo El Gráfico, ‘Bolillo’ es el director técnico número 54 y el 34 extranjero en dirigirla desde 1926. A Hernán Darío Gómez le sigue impulsando el perfil de su currículo en el que sobresale significativamente la clasificación a tres mundiales con tres selecciones diferentes: Colombia, Ecuador y Panamá.
Su arribo a El Salvador se da tras la destitución del entrenador español David Doniga, quien logró con la llamada Selecta, quebrarle la racha negativa de 23 partidos sin ganar, ascenderla a la Liga A de la Liga de Naciones de la Concacaf y clasificarla a la próxima Copa Oro 2025. Sin embargo, se movió en un ambiente hostil propiciado por diferencias con algunos jugadores, inconformidad de la afición y críticas de la prensa deportiva por no llenar sus expectativas inmediatas que terminaron por desfavorecerle. El Salvador marcha de tercero en la segunda ronda eliminatoria mundialista del Grupo F, tras disputar dos partidos (una victoria y un empate).
Doniga es un viejo conocido del medio panameño pues formó parte del cuerpo técnico de Thomas Christiansen durante la eliminatoria mundialista para Catar 2022, contribuyendo a fortalecer la primera gestión del proceso liderado por Christiansen. Un proceso que no clasificó a ese mundial, aunque se mantuvo y ha dado réditos a la selección panameña, posicionándola como protagonista en la región, dando paso a la renovación de jugadores y con expectativas positivas hacia el mundial 2026.
Bolillo, entrenador ducho en entender, valorar y aprovechar los momentos más que de liderar procesos, seguramente se apoyará en la parte positiva dejada por Doniga, para dar el paso largo a la clasificación al mundial 2026, objetivo para el que fue contratado. Cuando dirigió a Panamá retomó el aporte del ciclo anterior liderado por Julio Dely Valdés, logrando luego impulsar a los panameños hasta conseguir la clasificación al mundial.
En la eliminatoria para Catar 2022, el Bolillo dirigiendo a Honduras quedó con un saldo negativo, al obtener en 9 partidos dirigidos 1 empate y 8 derrotas. Precisamente frente a la Selección de Panamá debutó con el conjunto catracho, perdiendo en territorio hondureño 2-3 y logrando su único punto en el partido de vuelta, al empatar 1-1 en el Rommel Fernández.
Ahora con El Salvador en el futuro inmediato, Gómez podría cruzarse nuevamente en el camino de Panamá en la Copa Oro a disputarse en junio, a la que ambas selecciones están clasificadas, o en la tercera y última ronda clasificatoria para el mundial 2026, si avanzan las dos en sus respectivos desafíos, y quedan incluidas posteriormente en alguno de los tres grupos de cuatro equipos que están programados para comenzar esa fase en septiembre. Esta última instancia determinará los tres cupos directos para quienes terminen de primeros en cada grupo y las dos opciones de repechaje (play-off), para los dos mejores segundos entre los tres grupos.
Bolillo conoce a la selección canalera y el entorno futbolístico panameño también le conoce; toparse con él se presume que deportivamente va a significar un reto con ingredientes adicionales diferentes a los demás rivales. El cual, especulando, si Bolillo logra con El Salvador un mejor posicionamiento hacia el mundial que el de Christiansen con la selección panameña, podría abrir posiblemente hacia adelante, una ventana para un segundo periodo con Panamá.
Las segundas partes de Gómez en la dirección de Colombia y Ecuador, como en muchas películas, no fueron buenas. Nada se sabe, y menos con el Bolillo, con una carrera de entrenador que parece no tener techo todavía. Técnico zorro, impredecible y conocedor de la letra menuda del fútbol de su entorno, ha movido el tablero del fútbol de selecciones de Centroamérica con su nueva incursión.
En El Salvador, uno de los países con mayor tradición futbolera de la región, que en épocas pasadas era uno de los destinos anhelados por los futbolistas panameños, cada movimiento, frase o decisión de Bolillo ocupa los primeros lugares en la agenda informativa diaria de los medios de comunicación locales, ilusionados con romper una sequía de 44 años y alcanzar su tercera participación en una Copa Mundo de Fútbol, tras haber participado en México 70 y España 82.
La primera demostración de su proyecto y la presentación oficial en un campo de juego, la tendrá Hernán Darío Gómez este 19 de marzo en el amistoso internacional ante el club estadounidense Houston Dynamo FC, programado en el Shell Energy Stadium de Houston. A partir de entonces, Panamá comenzará a hacerse una idea de cómo le viene la mano en la segunda partida con Bolillo de rival, o enemigo íntimo, en la región.