La IA en la salud, más realidad que ficción

Actualizado
  • 20/07/2024 00:00
Creado
  • 19/07/2024 18:30
En estos últimos tiempos, la inteligencia artificial está siendo examinada como herramienta para los servicios de salud. La pregunta gira más en torno a cómo utilizarla de manera adecuada

En la serie Star Trek, popular durante mediados de los años de 1960, se podía apreciar como las máquinas sofisticadas de los hospitales estaban a disposición de la salud de los pacientes. Hoy en día, esta posibilidad más que la escena ficticia de un programa de televisión, es una realidad cada vez más palpable a medida que la tecnología avanza de la forma más vertiginosa.

El uso de la inteligencia artificial (IA) en la salud fue uno de los temas discutidos en la XLIX Jornada Científica del Hospital Paitilla, que tuvo lugar entre el 17 y el 19 de julio.

El advenimiento de la IA

Como abrebocas para explorar el uso de la IA en la atención de los pacientes, el profesor e investigador titular de Indicasat-AIP, Víctor López aseguró que la inteligencia artificial está ligada con un concepto universal: la filosofía. Esta última rige cualquier otro concepto de la vida pública como la ética profesional.

López añadió que la inteligencia artificial implica la automatización de todos los procesos siendo la IA la herramienta principal de ese propósito. No es hasta el 2016, que esta tecnología y sus posibilidades se tratan con más seriedad en el Foro Económico Mundial. También, según López, se tomó en cuenta que las personas son una parte fundamental de estos procesos de cambio que se dan de la mano de la tecnología ya que la tecnología sin un ser humano al frente pierde su propia razón de ser.

“La transformación digital no se trata de colocar equipos sofisticados en las instituciones, sino de transformar la manera en cómo la sociedad y el individuo plasman esa tecnología en su estilo de vida para mejorar la calidad de vida del ser humano”, consideró.

Si bien la IA puede resultar fascinante a los ojos de muchos, López pidió a los presentes ponderar lo bueno, lo malo y lo feo del uso de esta tecnología. Lo bueno es que la IA impulsó la investigación de las intimidades del ser humano, mientras que lo malo es creer que la IA por sí misma ya llego a su madurez (aquello que se conoce como las primaveras y los inviernos de la IA). La parte fea radica en la explotación de mitos y creencias para vender cortinas de humo.

La inteligencia artificial no es un concepto novedoso. Uno de sus más recientes antecedentes data de finales de los años de 1930 cuando el matemático y lógico británico Alan Turing realizó los primeros descubrimientos de esta tecnología. Otro de los antecedentes más recientes son los aportes realizados por los informáticos Stuart J. Russell y Peter Norvig. Ambos son coautores del libro ‘Inteligencia Artificial: Un enfoque moderno’ (1995), un texto considerado como seminal para entender el comportamiento de los algoritmos que se usan hoy en día en las plataformas de la IA.

El uso de la IA a la salud tampoco es tan nuevo como parece. En la historia más reciente, se puede citar el uso del sistema MYCIN en los años de 1970. Desarrollado por Edward Shrtliffe de la Universidad de Stanford (Estados Unidos), era capaz de detectar infecciones en la sangre. Otro sistema que se remonta a esa época es el de Caduceus, con el que se realizaban diagnósticos de medicina interna y tenía la capacidad de diagnosticar mil enfermedades diferentes.

CASNET de la Universidad de Rutgers, en cambio, diagnosticaba el glaucoma y el PUFF –también de la Universidad de Stanford– facilitaba el diagnóstico de las enfermedades pulmonares.

Su uso para detectar enfermedades infecciosas

El uso de la inteligencia artificial para la detección de las enfermedades infecciosas también fue uno de los aspectos explorados. De la mano del infectólogo Néstor Sosa, quien es el jefe del departamento de enfermedades infecciosas del Hospital de la Universidad de Nuevo México (Estados Unidos), se exploró cómo desde la IA se están realizando algunas tareas.

Varias de ellas son el seguimiento de los casos de una enfermedad mediante la información almacenada en una base de datos y el análisis de imágenes (tomografías, resonancias magnéticas, etc.), entre otros datos. El diagnóstico de las enfermedades y el tratamiento y descubrimiento de nuevas drogas y vacunas para tratar de manera personalizada la condición de su paciente son otros de los beneficios que trae la IA para la salud.

En este último sentido, ya los científicos de la Universidad de Stanford desarrollaron el uso de la IA generativa en la creación de drogas que puedan combatir a las bacterias resistentes a los antibióticos.

“La inteligencia artificial no solo se puede usar para interpretar o sintetizar la información sino que puede ser implementada para beneficio del paciente”, explicó Sosa.

El especialista también apuntó al uso de los conocidos como ‘chatbots’ tales como ChatGPT 4, que son utilizados comúnmente para resolver dudas y encontrar la aguja del pajar de la inmensa cantidad de datos que hay sobre la medicina.

Si bien estas herramientas constituyen una parte del futuro de la medicina, Sosa advirtió a los presentes que estas tecnologías siempre deben ser manejadas con cautela ya que no siempre pueden razonar correctamente y podrían dar respuestas que o bien no son del todo claras o no poseen el razonamiento lógico para poder llegar a una conclusión específica en lo que se refiere a un tema médico.

Por ello, Sosa reivindicó la importancia de la participación activa de los médicos en el diseño, evaluación y validación de estas herramientas de la IA así como fomentar la comprensión de sus limitaciones, y reglamentar algunos aspectos de su empleo.

Los usos de la IA en la salud

El diagnóstico y la detección temprana de las enfermedades, la medicina personalizada, la optimización de los procesos clínicos, la investigación y el desarrollo, la optimización de los procesos clínicos, la investigación y el desarrollo, la atención preventiva, y la telemedicina y la atención remota son algunos de los aspectos en los que incursiona la IA en la salud.

En una mesa redonda en la que intervinieron tanto López como Sosa al igual que el ginecólogo y obstetra, de Hospiten (Gran Canaria, España), el Dr. Walter Plasencia, el Dr. Iván Romero de Cleveland Clinic, disertaron sobre las posibilidades de la IA en el tratamiento de la salud.

López señaló el potencial que tiene la IA aplicada a la salud de cambiar vidas. Una de las iniciativas que citó fue la del robot MyROT desarrollado por un equipo científico de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), que ayuda a las personas con trastorno del espectro autista a mejorar sus habilidades sociales.

Sosa, por su parte, resumió que la IA en la salud automatizará los procesos entre médicos y pacientes, en términos de tener una base de datos computarizada que ofrecerá un resumen de la historia clínica del paciente a base del diálogo que se sostenga en una cita médica. Algo que puede ahorrar 15 o 30 minutos en la cita.

Romero coincidió con Sosa en este sentido y añadió que la IA tiene la capacidad de mejorar el proceso de escaneado para detectar un cáncer de pulmón o bien descartarlo del todo. Un proceso en el que el radiólogo va a pasar eventualmente a un segundo plano.

En tanto, Plasencia destacó que más allá de la detección de posibles retenciones de crecimiento del feto mediante sistemas automatizados, no se está usando grandemente por el momento la IA en el campo de la ginecología y la obstetricia.

Víctor López
Profesor e investigador titular de INDICASAT-AIP
La transformación digital no se trata de colocar equipos sofisticados en las instituciones, sino de transformar la manera en cómo la sociedad y el individuo plasman esa tecnología en su estilo de vida.”
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