La reunión de este miércoles 13 de noviembre en la Casa Blanca entre el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, y el mandatario electo, Donald...
- 14/02/2021 00:00
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El 16 de febrero habrías cumplido 100 años don Armando, ninguno de nosotros que tuvimos la dicha y fortuna de conocerte en vida, y a través de tus obras pioneras de estudios e investigaciones sobre la realidad de la población negra en América y en Panamá, nos habríamos imaginado que tu centenario de natalicio se alcanzaría en medio de una pandemia que ha puesto en jaque a la civilización humana, convirtiendo el miedo, la incertidumbre y el distanciamiento físico en las relaciones cotidianas, en normas fundamentales de sobrevivencia. Lo que de niños leíamos en las historietas, y lo llamábamos ciencia ficción, hoy es nuestra realidad con “héroes del bien y con genios del mal”.
Nos incorporamos al “mundo virtual” en positivo, contenidos verdaderos... y en negativo...fake contenidos..., pero gracias a él, el planeta puedo observar, simultáneamente y en vivo (Live), la brutalidad policial sobre el afroamericano Floyd, como un nuevo ejemplo del racismo en ese país, que llenó de indignación a los ciudadanos de diferentes naciones del mundo, que no dudaron en hacer suyos los principios de justicia contenida en el reclamo Black Lives Matter (La vida de los negros importa, tiene igual valor) y en las redes sociales vimos al mundo movilizado contra el racismo y la discriminación racial, exigiendo destruir los mitos y símbolos que legitimaron de generación en generación la supremacía blanca. Derrumbar estatuas, reescribir la historia, revelando los pasajes y hechos ocultos por la historia colonial oficial se convirtieron en las tareas compartidas colectivamente en medio de la pandemia, juntamente con las acciones solidarias para enfrentar los efectos del SARS-CoV-2.
Al igual que hiciste tú, después de tu primer día de clases en el Instituto Nacional, tu querido Nido de Águilas, cuando el profesor te miró a los ojos, diciendo: “que había que ponerle un alto a la presencia de estudiantes como tú, antes que el plantel se convirtiera en un arca de africanos”. Al recibir ese disparo a tu dignidad, se estimuló tu conciencia y consagraste tu vida a buscar las respuestas desde la visión propia como afropanameño a interrogantes como: ¿Quiénes son los primeros negros del istmo de Panamá? ¿Cómo fueron transportados a América? ¿Qué tipo de relaciones fueron establecidas entre la población negra esclavizada y el resto de la población? ¿Cómo resistieron a la opresión y la explotación? ¿Qué triunfos y derrotas conocieron en sus esfuerzos organizados por la libertad? ¿Cómo han sobrevivido hasta hoy sus descendientes, con qué efectos materiales, psicológicos y culturales, y de qué manera su exclusión y segregación los mantiene en su mayoría como ciudadanos de segunda y tercera categoría sin el reconocimiento y ejercicio pleno de sus derechos ciudadanos...?
Tu destino quedó sellado y dedicaste horas incontables para nutrirte del conocimiento que te ofrecieron los trabajos de José Antonio Saco, Fernando Romero, Paulo de Carvallo Neto, Fernando Ortiz, Gonzalo Aguirre Beltrán, Melvin Herskovits, W.E. Burghardt Du Bois, los poetas, Nicolás Guillen y Emilio Ballagas, entre otros estudiosos de tema en esa época. Y como resultado le ofreciste a la población panameña un número plural de artículos y ensayos en las páginas de la revista Lotería que hoy constituyen el contenido de tus Obras Selectas, publicada por el Inac. cuya edición está agotada, por lo que por gestión de Cedeap se encuentra en proceso de publicación la segunda edición de tu singular obra.
Don Armando, a raíz de las protestas globales a favor de Black Lives Matter las redes sociales fueron colmadas por estas mismas interrogantes que tú respondiste con tus trabajos, y las generaciones actuales de afrodescendientes en todo el planeta, compartieron vía Zoom, sus historias, sus puntos de vista, sus análisis, sus expresiones de cultura, sus tradiciones, sus ejemplos de mujeres y hombres valientes y valerosos que entregaron su vida a la lucha por la justicia y la igualdad en los diferentes planos y dimensiones de la vida de las sociedades multiétnicas y pluriculturales en todo el mundo.
La tecnología generó una maravillosa sinergia afirmativa en la aldea global de los pueblos afrodescendientes y otros sectores conscientes del verdadero significado de los derechos humanos. Tu memoria y tu esfuerzo académico, cívico y patriótico quedó en este nuevo entorno virtual, definitivamente consagrado.
Don Fortune, desde que te fuiste aquel 26 de marzo de 1979, muchas cosas han ocurrido para honrar tu memoria. Así en 1980 se te rindió un homenaje póstumo en el II Congreso de Cultura Negra de las Américas realizado en nuestro país (marzo 1980). Ese mismo año, el Centro de Estudios Afropanameño (Cedeap), fue honrado con tu nombre, materializando tu sueño de la creación de un espacio de producción sostenida de conocimientos integrales sobre los afropanameños.
En el año 2016, la Universidad de Panamá a través de la Vicerrectoría de Asuntos Estudiantiles, la Facultad de Humanidades y el Programa Flacso Panamá en su actividad anual de mayo, mes de la Etnia Negra, creó la condecoración medalla Armando Fortune, como reconocimiento a personalidades afropanameñas dedicadas en diferentes planos académicos, cívicos y culturales a resaltar la presencia y aportes de los afropanameños a la vida nacional. La primera de esta condecoración fue otorgada al licenciado Alberto Barrow; la segunda le correspondió al Dr. Clemente Garnes y la tercera medalla al grupo vocal Los Fabulosos Crooners, de fama internacional, residentes en la ciudad de México.
En 2015, el Dr. Jorge Ritter, editor, consideró justo tu inclusión en los Protagonistas del siglo XX panameño, un compendio de biografías de figuras panameñas destacadas en todos los ámbitos y quehaceres de la vida nacional.
En el tomo 5 de esta colección, quedan detallados aspectos importantes de tu vida profesional como educador (escuela Profesional Richard Neumann), de tu cercanía al considerado presidente más culto de Panamá el Dr. Ricardo. J. Alfaro, a quien acompañaste como su secretario privado y también existen ecos de tu voz como miembro de número de la Academia Panameña de la Historia. También se registran evidencias de tu pluma como periodista, de tu participación como miembro de la delegación panameña al I Congreso de Cultura Negra de las Américas en Cali, Colombia, 1977, y de la publicación de tus principales trabajos en Las obras selectas.
También queda el testimonio de tu afición al ukelele y al calipso y de tu actuación cívica en el parque de Santa Ana, inmortalizando la frase “no queremos fueros ni privilegios, solo queremos aquello que por derecho nos concede la Constitución de la República”. Pensamiento que ha guiado y sigue iluminando los esfuerzos y las conquistas del Movimiento Social Afropanameño, y del Foro Afropanameño en su compromiso de construir una “Patria sin discriminación”.
Continúas igual de vigente entre nosotros como siempre, don Armando Fortune, porque a pesar del tiempo transcurrido, aún existen en nuestro país y en el mundo mentalidades como la de tu profesor que intentó ofenderte en tu primer día de clases y afortunadamente las nuevas generaciones afropanameñas continúan resistiendo estas malas prácticas ciudadanas, orientadas por tus obras y por tu ejemplo.
El autor es académico, escritor, cineasta y poeta.