Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
- 12/08/2011 02:00
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PANAMÁ.. La Estrella tuvo acceso a información oficial clasificada (generalmente compilada para analizarla en los gabinetes de crisis que se instalan en la Presidencia de la República) con el título ‘Infecciones Nosocomiales’, fechada el pasado 4 de agosto de 2011 y realizada por especialistas de la Caja de Seguro Social (CSS) sobre la bacteria Klebsiella pneumoniae carbapenemasas (KPC).
Según el documento, los infectados adquirieron la bacteria durante una estancia en el hospital y ‘no fue la causa del ingreso al centro hospitalario’.
Afecta primordialmente a pacientes ‘inmunosuprimidos’ con tiempo de estancia prolongada; a los que utilizan catéteres IV, intravesicular y nasogástrica; y a quienes se mantengan con ventilación mecánica.
Según los especialistas del Seguro Social, los contaminantes en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) ingresaron por los ductos de los purificadores del aire y por la unidad de terapia del enfermo: paciente, personal de salud, familiares y sitio ‘per se’. Y la transmisión al paciente, según el informe, es por contacto y microgotas por vía aérea.
VIVIENDO ENTRE INFECCIONES
También se revela que desde 2009, el Complejo Hospitalario Arnulfo Arias Madrid (CHAAM) afrontaba una alta tasa de infecciones nosocomiales y que esos números fueron aumentando en la medida en que pasaba el tiempo.
Para enero de 2010, el CHAAM registró 20% en la incidencia de infecciones nosocomiales en la UCI (no revela la cantidad), pero a junio de ese mismo año, alcanzó el 32.5%. En agosto bajó a 17.6%, la cifra más baja en el registro, y en diciembre subió a 28.7%. Durante ese mes fue que se reportaron los dos primeros casos de la KPC en ese mismo centro hospitalario.
Durante los primeros meses de 2011, la variación demuestra que la CSS tenía poco control de estas infecciones. Para este periodo, el problema no era una tarea exclusiva de la CSS. El Comité Técnico Nacional para la Prevención, Vigilancia y Control de las Infecciones Nosocomiales —adscrito al Ministerio de Salud—
envió la primera alerta a las autoridades administrativas del Complejo.
Enero pasado arrancó con 18.4% de incidencia de infecciones en las Unidades de Cuidados Intensivos. Febrero bajó a 17.6%, Marzo subió a 21.4% y luego vino un crecimiento descontrolado. En abril, la incidencia era de 35.4%, en mayo fue de 34.2% y en junio de 28.7%. (Ver gráfica).
TRAGEDIA POR DOSIS
El informe también revela cómo fueron apareciendo los casos de afectados con la bacteria KPC: en diciembre de 2010 se registraron los primeros dos casos; en enero pasado se registraron 2 más. En febrero no se registraron casos; mientras que en marzo fueron dos casos. Abril, seis casos; en mayo fueron 22 casos y fue el disparador de esta tragedia médica. En junio fueron diez los casos. Hasta esa fecha, totalizaban 44 casos positivos.
El lunes pasado, Javier Díaz, director Nacional de Prestaciones de Salud de la CSS, reveló que eran 71 casos positivos confirmados. La cifra de Díaz hace suponer que entre julio y el pasado lunes 8 de agosto se registraron 7.
Los más afectados del grupo de pacientes positivos con KPC eran los varones. De los 44 que cita el documento, 27 eran hombres y 17 mujeres. En cuanto a la edad de los pacientes, los de edad avanzada eran los más vulnerables.
Así, 17 pacientes tenían entre 60 y 69 años; 7 tenían entre 30 y 39 años; 6 tenían entre 70 y 79 años; 6 tenían entre 50 y 59 años; un paciente tenía más de 90 años; uno tenía menos de 20 años; dos entre 20 y 29 años y 4 entre 80 y 89 años. (Ver gráfica).
LAS MEDIDAS SANITARIAS: SOLO PAPELES EN LA PARED
El documento sostiene que en diciembre de 2010 se reportaron los dos primeros casos y se activaron las medidas sanitarias por el Comité de Infecciones Nosocomiales (debe ser el interno). Y resume entre las estrategias para el control de las bacterias productoras de KPC: el aumento de la limpieza ambiental, la vigilancia de los cultivos, microbiológicos, precauciones de contacto, política antimicrobial. Y enumera otros estándares como: acceso y continuidad en el cuidado, derechos al paciente, evaluación de los pacientes, cuidado quirúrgico, manejo del medicamento y su uso, educación del paciente y de su familia.
Con este documento y con las reiteradas veces que los directivos de la CSS han asegurado que tomaron todas las medidas sanitarias para evitar la crisis —o al menos las que describen en este power point— cómo interpretan
la volante que el doctor Alfredo Matos, jefe de Cuidados Intensivos del CHAAM, pegó en las paredes el 1 de junio de 2011.
‘Respetados familiares y personal de salud, en vista del pobre control que hemos tenido de las infecciones nosocomiales y ante la presencia de un nuevo germen multirresistente (Klebsiella pneumoniae) en conjunto con la dirección médica y el Comité de Infecciones Nosocomiales hemos resuelto lo siguiente: lavarse las manos antes y después de entrar a este cuarto y colocarse bata antes de atender o ver al paciente y luego desecharla’.
‘Cómo íbamos a tomar medidas sanitarias’, preguntan los familiares de Tomás Palacio, uno de los fallecidos, si durante el mes que estuvo en la CSS nunca se les avisó que el desmejoramiento en su salud era por la KPC.
‘Debieron decirnos, ahora no sabemos si nosotros también fuimos afectados con las bacterias’. Así como a los Palacio les causa dolor la muerte del padre que fue por una simple operación de un dedo, también les llena de indignación que la CSS no se haya preocupado siquiera por mantenerlos informados, tal como lo dice el power point, en las medidas sanitarias que tomaron a raíz del brote.
Así hay otros casos de familiares que luego de haber visto la tragedia en los medios, han buscado los papeles de defunción y se han enterado de que sus parientes estaban afectados por la bacteria asesina.