• 21/01/2024 00:00

Tiempos de incertidumbre

A lo lejos suenan tambores de guerra, se lucha por territorios, por riquezas minerales, por mercados y sobre todo por imponer un relato. La posesión de la verdad es poder y poco importa que esa verdad no se corresponda con los hechos, lo importante para la mayoría de los políticos es adueñarse del relato, con una verdad flexible que les permita manipular a la gente.

Pensar que nada es cierto, que no existe la verdad objetiva y que sólo hay opiniones es ácido que disuelve los cimientos de la sociedad, minando la confianza imprescindible para su supervivencia.

Los que están, los de siempre, los que defienden los intereses de los poderosos, propagan su relato con publicaciones en las redes sociales que abaratan el discurso y dificultan el progreso.

Son tiempos de cambio en los que debemos ser capaces de pensar con fluidez un futuro compartido y dentro de tanta información basura encontrar el relato que se sustente en bases reales. No queremos resolverles los problemas a los políticos, sino que ellos estén en capacidad de resolver los nuestros.

Está muy claro que no son tiempos para un novato ni para andar formándose en el cargo, aunque vivimos una gran crisis de esperanza, no podemos dejarnos seducir por el discurso de revancha sin propuestas concretas y capacidad de gestión.

Hoy en día gobiernan quienes han hecho de su incompetencia una forma de vida. Es hora qué los ciudadanos asumamos nuestra responsabilidad. Estamos obligados a cambiar para un mejor futuro. El mayor cambio es no pensar que el futuro es igual que el pasado.

Para enfrentarnos a este panorama de descomposición en que se encuentran los partidos políticos y la sociedad en general es necesario tener un propósito de cambio común que siente las bases de un nuevo orden social.

A principios de los años 60, en Norteamérica, un gran líder sentó las bases de la carrera espacial, sabiendo que mucho más allá de alcanzar la luna, la meta en común era dar un gran impulso de progreso y bienestar a la sociedad en general. El presidente Kennedy dejó un legado que aún se mantiene vigente.

En su transcendente discurso explica “Elegimos afrontar los desafíos, no porque fueran fáciles, sino porque son difíciles, porque esa meta servirá para organizar y medir lo mejor de nuestras energías y aptitudes, porque es un desafío que estamos dispuestos a aceptar, que no estamos dispuestos a posponer y que tenemos toda la intención de ganar”.

La política es una gestión eficaz del tiempo. Con un propósito en común y un líder con experiencia y capacidad podremos alcanzar la victoria, no porque sea fácil, sino porque es difícil y los panameños lo merecen.

El autor es docente universitario
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