• 03/10/2023 00:00

Integración ESG: números y letras que demuestren el valor del negocio

[...] el sentido del éxito empresarial no solo está definido por elementos económicos, sino que también se exige rendimiento ambiental y social [...]

En un momento donde las brechas sociales y los retos ambientales son evidentes y su atención es urgente, y en un contexto donde los consumidores, talento y comunidad tienen altas expectativas del rol de las empresas en su contribución al desarrollo y basan sus decisiones de compra en coincidencia de valores, los inversionistas entienden que los negocios que gestionan sus impactos y atienden a sus stakeholders, tienen mejores resultados y son menos propensos al riesgo.

Por eso, los inversionistas están prestando cada vez más atención al impacto ambiental, social y de gobierno corporativo (ESG) de las empresas en las que invierten, y las empresas deben abordar este tema de manera eficiente para mantenerse competitivas y diferenciadas.

Una tendencia imparable

Lo que hace un par de décadas parecía impensable, hoy es una realidad: el sentido del éxito empresarial no solo está definido por elementos económicos, sino que también se exige rendimiento ambiental y social, unido a un gobierno corporativo ético, responsable y transparente.

Comprender que la sostenibilidad es un elemento que puede mejorar la rentabilidad y que promueve la resiliencia e innovación de una empresa, es esencial para ganar la confianza de todos los públicos de interés de una empresa.

Según el Barómetro de Confianza de Edelman 2023, el 88% de los inversionistas valoran criterios ESG en la toma de sus decisiones de inversión, y esta data nos permite reiterar lo que hemos venido compartiendo en diferentes espacios: la sostenibilidad migró a otra etapa, donde se debe integrar la parte social, ambiental y de gobierno corporativo a la parte financiera, y eso se traducirá en un motor para la transformación del mercado y flujo de capitales.

El gran reto: estándares, transparencia y comunicación realmente efectiva

La transparencia, comunicación y diálogo son esenciales en esta materia. Las empresas deben divulgar datos precisos sobre su impacto ESG, sus metas y sus logros, facilitando a sus públicos de interés la interpretación, la trazabilidad, la comparación y el análisis de sus resultados.

La presentación de informes sólidos de sostenibilidad, siguiendo estándares reconocidos y que conecten la estrategia del negocio con los asuntos materiales, impactos, riesgos y objetivos de negocio, es cada vez más una exigencia, porque repercute en la confianza de los inversionistas, el compromiso del talento, la preferencia del consumidor y el apoyo de la sociedad. Y aquí tenemos un ¡gran reto!

Los estándares, criterios, marcos de referencia en esta materia requieren homologación para simplificar el análisis, y permitir la comparación de los resultados de cada empresa con parámetros objetivos y similares. El lenguaje, los formatos y los canales de comunicación deben ser sencillos y atractivos para promover conexión, credibilidad y recordación.

En paralelo, y como un elemento adicional que complica la situación, tenemos que el valor que crean las empresas no solo puede expresarse en números, hay una serie de personas, letras, historias y explicaciones cualitativas detrás de cada indicador, que también son de interés para las diferentes audiencias.

¿Qué letra es la más importante: ESG?

Esa pregunta es muy común y la respuesta sencilla, si bien los aspectos ambientales, sociales y de gobernanza son importantes para todas las empresas, y ninguno puede excluirse, se ha entendido que la relevancia de cada uno varía dependiendo de la industria.

Según un análisis de Mckinsey&Company, denominado: “Investors want to hear from companies about the value of sustainability”, esta realidad es claramente palpable y se usan como ejemplos a la banca, que sin lugar a duda tiene como eje central la gobernanza, la industria de energía, el ambiente, y las farmacéuticas aspectos sociales. En este sentido, los inversionistas entienden que las expectativas de los grupos de interés cambian según la industria y por eso esperan que las empresas se adapten a su contexto y esto se refleje en su estrategia y sus reportes.

En conclusión, la sostenibilidad ya no es una opción, es un imperativo empresarial. Las empresas que tienen una clara estrategia ESG, mantienen una cultura de mejora continua, miden y reportan sus impactos y tienen en cuenta la realidad de su sector y las preferencias de sus audiencias, fortalecerán sus negocios a largo plazo. Es necesario integrar los criterios ESG a los indicadores financieros, para lograr que la fuerza del mercado sea la que impulse el progreso inclusivo y sostenible.

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