Anayansi Turner: Una constituyente podría evitar un estallido social en Panamá

La promesa de un cambio constitucional ha reaparecido en el panorama electoral con miras a los comicios generales de 2024.

Algunos aspirantes a cargos de elección popular se han mostrado favorables a que se incluya una quinta papeleta en las próximas elecciones y al mismo tiempo surgen opiniones en contra de cambiar la militarista Constitución de 1972.

Este jueves en “Portada” de La Estrella de Panamá, la abogada y catedrática universitaria Anayansi Turner analizó la viabilidad de un proceso constituyente.

Para la jurista es necesario actualizar las “reglas del juego” ante los reclamos ciudadanos por las fallas de fondo del sistema político panameño. Incluso, dijo, podría ser una salida democrática para repensar el país en función de atender los principales problemas y evitar una crisis mayor.

La quinta papeleta abre el espacio de una consulta pública para la posibilidad de una nueva Constitución, indicó Turner.

Explicó que en el caso de que el Tribunal Electoral rechace la propuesta de incluir la quinta papeleta, se podría materializar con una ley aprobada en la Asamblea. “El artículo 2 de la Constitución establece que el poder reside en el pueblo soberano, es quien decide quien lo va representar“ subrayó.

Sostiene que el mecanismo de constituyente paralela consagrado en el artículo 314 de la carta magna, se convirtió en una camisa de fuerza de la voluntad popular en la medida que es muy “restrictivo”, al incluir pasos que hacen muy difícil su impulso como la búsqueda del 20% de las firmas del padrón electoral en seis meses. Y aún consiguiendo las firmas, los próximos pasos quedarían a expensas de una reglamentación del TE. “Eso se aprobó en las reformas de 2004 con la intención de neutralizar los esfuerzos que se hicieron y las presiones que había por una constituyente originaria”, dijo.

Turner consideró que un proceso de constituyente originaria podría darse de manera “pacífica” y “realmente democrático”, contrario a lo que plantean los sectores que rechazan esta medida que generaría inestabilidad social.

El país cuanta con antecedentes de una constituyente originaria, la de 1945. En ese entonces el país superaba un golpe de Estado, se vivía una crisis política y aumentaba la pretensión de EE.UU. de ampliar su presencia colonial. Aquel proceso se convirtió en una forma de salida a la crisis de la época.

“No podemos conformarnos con que a los representantes que escogemos cada cinco años les vamos a soportar todo lo que ellos hagan en nombre nuestro, incluyendo actos de corrupción”, acotó la docente.

Turner consideró que si no se atienden las necesidades de la población, podrían darse estallidos sociales como los que ocurrieron en julio de 2022. Un proceso constituyente podría ser la vía para ayudar a evitar que la crisis se transforme en un estallido, reiteró.

“Es un proceso pacífico donde toda la sociedad se pone de acuerdo para elaborar un nuevo pacto social”, dijo.